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Vacaciones en la tercera edad ayudaría a evitar dificultades en su salud mental
Marzo y abril son los meses donde más salen de vacaciones los adultos mayores. Empatía, solidaridad o protección a la salud mental son parte de los beneficios que entrega descansar fuera de casa con sus pares.
Miércoles 20 de marzo de 2019
Cuando las vacaciones para la mayoría de los chilenos terminan con la llegada del colegio y el trabajo, para un grupo cada vez mayor es el inicio de su descanso y el disfrute.
Los adultos mayores pertenecientes a programas sociales, juntas de vecinos y otras organizaciones ven en marzo y abril los meses ideales para descansar. Y no es sólo por la baja temporada y lo económico que pueda salir, sino también porque es el momento de compartir con sus pares en instancias distintas a las que se vive el resto del año.
A juicio de la psicóloga y directora del Diplomado en Cuidado y Bienestar del Adulto Mayor de la U. San Sebastián, Nicole Chaigneau, la opción de compartir espacios de distensión con otros adultos mayores, no sólo le permite salir de sus rutinas y conocer nuevas personas, “sino que configura un factor de protección ante eventuales dificultades en su salud mental”.
Precisa que “está comprobado que el sentido de pertenencia a grupos y la posibilidad de compartir y colaborar con otros, favorece un mayor bienestar socioemocional, además de constituir un recurso concreto de apoyo funcional para los momentos en que sientan la necesidad de ser contenidos, acompañados o ayudados”.
Asimismo, hace énfasis en que estos viajes permiten abrirse a nuevos contactos con los que se pueden establecer relaciones más duraderas en el tiempo; “de hecho, se van formando grupos con los que buscan repetir salidas placenteras previas, aprovechando de afianzar alianzas con otros adultos que viven situaciones similares”.
Chaigneau destaca también que “se recomienda a los adultos mayores evitar la soledad y hacer cortes en la rutina a lo largo del año, que les permitan recobrar la vitalidad”.
Dice que desde la psicología “se señala el concepto de “apertura a la experiencia”, el que estaría asociado con mayores niveles de felicidad. Esta apertura se refiere a estar dispuesto a explorar nuevas situaciones, abrir la mente a nuevos puntos de vista y conocer otros sistemas de creencias y formas de vida, de manera de evitar la rigidez de los funcionamientos físicos y mentales, asociados a mayores limitaciones en la vida del adulto. Animarse a vivir experiencias novedosas es un factor de protección de la salud mental y no debiera disminuir con el paso de los años”.