Distintas fuerzas políticas acordaron transversalmente impulsar una Nueva Carta Magna. Para ello se realizará un plebiscito en abril de 2020, donde se le consultará la ciudadanía si está de acuerdo con una nueva Constitución y si la Convención Constituyente que se aboque a esta tarea debe estar integrada totalmente por delegados electos por la ciudadanía o si debe estar conformada por  un 50 por ciento de parlamentarios y un 50 por ciento de delegados.

La idea de una Nueva Constitución contempla un Plebiscito de entrada y otro de salida o ratificatorio, sin embargo, es necesario tener claridad de algunos conceptos para entender cómo se desarrollará este proceso.

El plebiscito de entrada que se desarrollará en abril próximo contempla 2 preguntas: ¿Quiere usted una Nueva Constitución? Apruebo o Rechazo. ¿Qué tipo de órgano debería redactar la Nueva Constitución? Convención Constitucional o Convención Mixta Constitucional.

Arturo Squella, director del Centro de Derecho Público y Sociedad de la Universidad San Sebastián explica que en los términos del acuerdo nacional “de aprobarse la idea de modificar la Constitución mediante un Plebiscito, se crearía una convención constitucional mediante voto universal y con el mismo proceso electoral parlamentario actualmente vigente”.

El profesor Squella, agrega que, “si bien el acuerdo aborda varios de los alcances de un posible cambio integral a la Constitución, hay muchos puntos que aún no han sido aclarados, como por ejemplo, en qué términos se enmarca la propuesta en la actual Constitución, ¿Se realizará mediante una disposición transitoria?  Asimismo, el académico plantea en qué términos serán convocadas dichas elecciones, de aprobarse la opción de una nueva Constitución y cómo votarán los futuros integrantes de la Convención”

Lo cierto es que se determinó una consulta ciudadana respecto a si se desea una Convención Constituyente con 100 por ciento de delegados o que esté compuesta en partes iguales (50% y 50%) por parlamentarios y delegados elegidos democráticamente.

Sobre el segundo plebiscito o plebiscito ratificatorio que tendrá voto obligatorio, Arturo Squella indica que por definición “debe apuntar a una pregunta precisa y sencilla para saber si la ciudadanía aprueba o rechaza la nueva Constitución”.