El embarazo es un momento de especial preocupación debido a que la atención se centra en la salud de la madre y el feto, por lo que una de las recomendaciones para esta etapa es el control del peso, ya que el incremento de éste, aumenta el riesgo de padecer diabetes gestacional, hipertensión arterial, sobrepeso, obesidad, preeclampsia, parto por cesárea, también partos prematuros, defectos del tubo neural, macrosomía, entre otros. Por tanto, el cuidado del peso mantiene alejadas a las madres de estas complicaciones.
Algunas de las recomendaciones para evitar el aumento de peso excesivo, es reemplazar la sacarosa por edulcorantes no nutritivos (ENN). Éstos son ampliamente consumidos en la población, en reemplazo del azúcar, como una estrategia para el ahorro de calorías extras. Sin embargo, su utilización en mujeres embarazadas no cuenta con estudios en humanos a largo plazo que avalen su seguridad.
En Chile los edulcorantes no nutritivos autorizados para su comercialización y consumo por el público en general, incluidas las mujeres embarazadas y lactantes, son: aspartame, acesulfame-K, sacarina, sucralosa, neotamo, glucósidos de esteviol (stevia) y advantame.
En relación a la sacarina, es importante mencionar que algunos estudios indican que atraviesa la placenta humana y su eliminación en el feto es mucho más lenta, lo que sugiere que la ingestión repetida de este producto por la madre, podría dar lugar a una acumulación de la sacarina en el feto.
En razón de la evidencia científica disponible, mi recomendación es restringir la sacarina en embarazadas, ya que su eliminación en el feto es muy lenta.
No debemos olvidar que una nutrición adecuada se basa en el equilibrio del consumo y que el ambiente nutricional durante el desarrollo embrionario, juega un papel crucial en el riesgo de la descendencia de poder desarrollar enfermedades más tarde en la vida.
Aunque los edulcorantes no nutritivos (ENN) proporcionan sabor dulce sin contribuir a la ingesta de energía, los estudios no son concluyentes, por tanto, poblaciones especiales, como las mujeres embarazadas, deberían limitar el uso de ellos aunque estén aprobados por la Food and Drug Administration (FDA) de USA, utilizándolos con moderación.