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Uso de pabellones quirúrgicos: hasta 540 mil cirugías mayores más podrían realizarse cada año
Si se hubiesen habilitado el 100% de los pabellones y aumentado a 83% su uso, se hubieran cubierto la totalidad de las cirugías mayores en espera desde 2017, señala un análisis de IPSUSS de la U. San Sebastián.
Viernes 25 de noviembre de 2022
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Aumentar la tasa de uso y habilitar los pabellones en desuso permitiría abordar parte o todas las cirugías en espera, según sea el caso. Ello, porque actualmente cerca de 15% de los pabellones no están habilitados para ser utilizados y, del restante 85%, se utiliza cerca de 60% del tiempo disponible, en el periodo 2017 a 2019.
Así lo evidenció un estudio elaborado por el Instituto de Políticas Públicas en Salud (IPSUSS) de la Universidad San Sebastián, que analiza en qué medida se hace un uso eficiente de los pabellones de cirugía mayor de los hospitales dependientes del Ministerio de Salud. Asimismo, revisa las causas que impactan en el uso y habilitación, para luego realizar una serie de propuestas que permitan abordarlas.
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El análisis elaborado por los investigadores de IPSUSS, Carolina Velasco y Raúl Aguilar, considera los pabellones dispuestos para cirugía mayor (ambulatoria, no ambulatoria, de urgencia y electiva) dependientes del Ministerio de Salud dentro del periodo 2017 - 2021. El trabajo calcula diferentes indicadores para medir, tanto la proporción de pabellones habilitados, como el uso de los mismos.
En relación con el nivel de habilitación de los pabellones se establece que causas como la falta de equipamiento o de personal provoca que cerca de 15% de las horas de pabellón queden inutilizadas.
Los Servicios de Salud que tienen una mayor cantidad de horas de pabellón en desuso son los de Aysén, de Magallanes y de Aconcagua, cuyo déficit principal está en los recursos humanos.
Respecto de la utilización de los pabellones, "se programa hacer un menor uso que las horas totales disponibles y se suspenden cirugías producto principalmente de problemas de gestión de los hospitales, ya sea por falta de material o de organización o porque no se prepara adecuadamente al paciente", sostiene el estudio.
Acerca de este indicador, se puede observar que ninguno de los Servicios del país usa sus pabellones en más del 65% de las horas disponibles (incluyendo pabellones habilitados e inhabilitados), con la menores tasas en Arauco, Atacama, Metropolitano Oriente, Aysén y Chiloé, cuyas cifras son menores a 40%, resaltando Magallanes con 17%.
Sin embargo, también se encuentra que, si se consideran solo los pabellones que sí cuentan con equipamiento y personal para funcionar, las tasas de uso de estos recintos bordean el 50%, muy por debajo de las de otros países, que superan el 80%.
Programación
El análisis establece una baja utilización de los quirófanos destinados a cirugía mayor ya que se planifica un uso menor a su capacidad. Pero además, hay un bajo cumplimiento de las programaciones, con la excepción de los pabellones de cirugía electiva, donde, en el periodo pre pandemia "la programación de uso de 84% se cumple totalmente. De todas maneras, queda un 15% del tiempo de los pabellones que no es usado ni programado", se indica en el documento de IPSUSS.
"Conocer la capacidad de programar la actividad quirúrgica y, por otra, de cumplir con dicho plan es relevante porque refleja la habilidad de gestión de cada hospital. Desviaciones negativas respecto a la programación (ya sea por retrasos en el comienzo de la primera cirugía o extensión de una intervención) implicarán menor cantidad de intervenciones que las programadas y una menor eficiencia en el uso de estos espacios, con el consecuente retraso en la atención de otros pacientes, afectando las listas de espera", complementa el estudio.
Suspensión de cirugías
Entre las causas de incumplimiento con lo programado está la suspensión de cirugías. Una investigación realizada en el Hospital de Kingston de Canadá mostró una tasa de suspensión de cirugías programadas de 7,8% y que la mayoría (85%) de los motivos de cancelación son prevenibles. Chile no escapa a esta tendencia, ya que, si bien la tasa de suspensión de cirugías reportada está entre 6 y 8,5%, más de 90% de los motivos de suspensión son evitables.
En efecto, la categorización usada en Chile atribuye principalmente los motivos de suspensión al paciente y al hospital (administrativas; unidades de apoyo clínico, insumos clínicos, etc.) con un 50% cada uno aproximadamente. Pero, al usar la categorización internacional, la mayoría de las causas pueden ser evitadas con una adecuada gestión de parte del hospital.
"Conocer los motivos de suspensión de las cirugías permite, por una parte, abordarlas y con ello aumentar la cantidad de intervenciones y, por otra parte, pronosticar dichas suspensiones y con ello mejorar la programación", se indica en el análisis.
Según la directora de estudios del IPSUSS, Carolina Velasco, "cada cirugía que no se hace, se traduce en una persona más en lista de espera, por lo que, al multiplicar la cantidad de cirugías que se dejan de hacer por cada uno de esos pabellones, tienes una pérdida importante de capacidad y un incremento de las cirugías en espera".
Raúl Aguilar, investigador del IPSUSS, complementa señalando que "la investigación muestra que el trabajo de las unidades pre-quirúrgicas, tanto en relación con verificar que los pabellones estén en condiciones de ser usados, como que los pacientes estén preparados, es fundamental. El costo de contar con una persona a cargo de verificarlo es mucho menor que el de suspender una cirugía".
Impacto de un uso más intensivo de los pabellones
El análisis elaborado por IPSUSS simula cuánto sería el aumento de cirugías que podrían realizarse, asumiendo diferentes escenarios respecto del uso de los pabellones habilitados y de habilitar los que actualmente están en desuso. Dependiendo de ello y tomando el escenario más conservador (donde no se habilita ningún pabellón nuevo y se aumenta la tasa de uso a 83% de todos los pabellones, salvo los de urgencia), hasta uno optimista (donde se habilitan todos los pabellones y todos aumentan la tasa de uso a 90%), se podrían producir, entre 16.433 y 541.217 más cirugías mayores cada año.
Más aún, el análisis muestra que, es posible abordar la totalidad de las cirugías en espera, que son del orden de 254.000 a 316.000 anualmente, si es que:
- Se aumenta a 90% el uso de todos los pabellones actuales, es decir, sin habilitar los que están en desuso;
- O se habilitan los pabellones que faltan y se aumenta la tasa de uso a 83%, siguiendo el estándar señalado por la CNEP en su estudio de 2020.
El estudio elaborado por los investigadores del Instituto de Políticas Públicas en Salud de la U. San Sebastián plantea como conclusión que, "mejorar las tasas de uso y habilitación permitiría ampliar la capacidad de hacer cirugías y con ello resolver en su totalidad las listas de espera, mejorando la oportunidad, calidad de la atención y sobre todo la vida de las personas, ahorrando importantes costos a las personas y al país".
Para Velasco, "los hallazgos evidencian la falta de incentivos y herramientas para un adecuado uso de los recursos públicos destinados a los hospitales". En esta línea, el trabajo revela que diversos estudios apuntan a que la dependencia de los hospitales del Ministerio de Salud es un impedimento para mejorar el desempeño, ya que el Minsal actúa como juez y parte, al ser el que dicta las políticas (y las evalúa) y quién las aplica (el evaluado). Por lo tanto, señala el estudio "no está en su interés evaluar y generar información sobre el desempeño de sus propios prestadores, exponiéndose al escrutinio público", y puntualiza que "las escasas evaluaciones que existen han sido realizadas por externos".
Propuesta
Urge generar un marco que motive el buen desempeño, el foco en el paciente y la rendición de cuentas por el uso de los recursos públicos en salud. Para ello, transversalmente, se ha propuesto reorganizar la estructura, el gobierno corporativo y las atribuciones de los prestadores estatales de salud.
¿Cómo hacerlo?
Primero, entregándole a una entidad técnica e independiente del Minsal (y del gobierno de turno) la administración de los hospitales, para que pueda tener una mirada de largo plazo y foco en los pacientes. Es decir, con un consejo directivo representativo, técnico y participativo, que vele por el buen desempeño de los hospitales y las necesidades de las personas. Este debe nombrar, evaluar y remover a los directores de Servicios y hospitales con base en su desempeño y en el cumplimiento de metas.
Segundo, y como contraparte del fortalecimiento del gobierno superior, se deben traspasar las atribuciones necesarias a los directores para que puedan gestionar sus recintos y cumplir con su misión, responsabilizándose por los resultados de sus establecimientos. Las propuestas en este ámbito son variadas, concordando en que, es fundamental entregar la gestión de sus recursos humanos, físicos, médicos y financieros, a cambio de metas y evaluaciones con consecuencias, asociadas a su cumplimiento. Es clave que puedan adecuar las políticas a las necesidades de la realidad en que cada uno está inserto.
Velasco finalmente añade que para lograr este objetivo "lo importante es que se avance en exigir a los responsables de cada hospital y Servicio un mejor desempeño, lo que requiere entregarles las competencias para lograrlo, hoy tienen las manos atadas en muchos aspectos", complementando que "solo se puede responsabilizar a alguien de sus resultados, cuando tiene las herramientas para modificar dichos resultados".
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