Es una enfermedad transmitida por un virus que lleva su nombre y que se caracteriza por la aparición de fiebre súbita, debilidad intensa y dolores musculares, de cabeza y de garganta, lo cual va seguido de vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática y, en algunos casos, hemorragias internas y externas. Los resultados de laboratorio muestran disminución del número de leucocitos y plaquetas, así como elevación de las enzimas hepáticas.

Se transmite de persona a persona, por contacto directo (a través de las membranas mucosas o de soluciones de continuidad de la piel) con órganos, sangre, secreciones, u otros líquidos corporales de personas infectadas, o por contacto indirecto con materiales contaminados por dichos líquidos.

Es una enfermedad que está presente en algunos países del Africa como Guinea, Liberia y Sierra Leona, donde actualmente hay un brote que ha afectado a más de 13 mil personas, de las cuales cerca de 4.900 han fallecido. También se han presentado algunos casos en España y Estados Unidos, de personas que han estado en contacto con pacientes enfermos.

En el caso de Chile, esta enfermedad no se ha presentado y ante la eventualidad, el Ministerio de Salud ha diseñado un plan de contingencia, similar al empelado en otras situaciones de riesgo como la pandemia de influenza A H1N1 en el 2009.

• Se reforzó las capacidades de vigilancia ya instaladas; y la detección y manejo de casos en puntos de entrada al país.

• Se actualizaron los protocolos de atención en los centro s de salud del país y se definieron establecimeintos de referencia nacional

• Se aseguró la capacidad de diagnóstico a través de los laboratorios en el Instituto de Salud Pública.

• Se reforzó la capacidad de respuesta de los establecimientos de salud ante la potencial aparición de un caso sospechoso, considerando especialmente las medidas de protección y bioseguridad del personal de salud.