Aylwin y reforma educación superior: “Se ha construido no sobre la evidencia, sino sobre la ideología”

En el Panel Reforma a la Educación Superior ¿hacia dónde vamos?, moderado por el rector de la Universidad San Sebastián (USS), Hugo Lavados, los ex ministros Cristian Larroulet y Mariana Aylwin, desmenuzaron el proyecto de ley ingresado a inicios de julio por el Gobierno y llamaron a hacer cambios profundos, ya que la evidencia con la que se trabajó no se ajusta a la realidad que Chile tiene ni menos a lo que el país necesita a futuro.

Jueves 28 de julio de 2016

Aylwin y reforma educación superior: “Se ha construido no sobre la evidencia, sino sobre la ideología”
escrito por Oscar G. Galaz

Un llamado al gobierno a buscar consensos amplios en materia de educación superior, donde cada grupo o interés se sienta representado para expresar su punto de vista y con ello generar una discusión pausada, con elementos objetivos y basados en la evidencia hicieron la ex ministra de Educación, Mariana Aylwin, y el ex secretario general de la Presidencia, Cristián Larroulet, en el marco del Panel Reforma a la Educación Superior ¿hacia dónde vamos?, moderado por el rector de la Universidad San Sebastián (USS), Hugo Lavados. 

Durante su exposición, los ex secretarios de Estado desmenuzaron lo que es el actual proyecto de ley de reforma a la educación superior, las complejidades que trae en su origen, el real costo económico que apareja la gratuidad, el nivel de educación que hoy tenemos en comparación a países de la región, así como lo que falta en el texto actualmente en discusión en la comisión de Educación de la Cámara de Diputados. 

En la oportunidad, la ex ministra Aylwin aseguró que “la voluntad del gobierno es sacar este proyecto antes de que termine su mandato. Va a depender de cómo sea el debate legislativo y si efectivamente en el Parlamento se da un debate más profundo y no uno en el cual se atrinchere cada uno en su sector, ya que es un proyecto que requiere dialogo, requiere confrontar información, datos, hacer proyecciones, a que cobertura queremos llegar, seguir creciendo o no. Son preguntas que no tienen respuestas en el proyecto, donde también hay  recursos involucrados".

 

Explica que “es muy distinto decir esta es la cobertura y no vamos a hacerla crecer más a decir vamos a seguir creciendo. También hay una demanda no sólo de los estudiantes jóvenes, sino también de trabajadores que ingresan a la educación superior para perfeccionarse en un mundo globalizado, competitivo, en que los empleos son más sofisticados. Creo que el debate ojalá se complejice de manera que se puedan poner todas las cartas sobre la mesa y pueda haber una posibilidad de generar una acuerdo que permita una reforma para los próximos 30 años”.    

Para Larroulet, en tanto, este proyecto de ley “está concebido con un sesgo ideológico estatista muy fuerte y que no recoge la realidad profunda de lo que es el sistema de educación superior chileno. No recoge, por ejemplo, lo inclusivo que es, el gran aporte a la ciencia y tecnología que ha hecho, no recoge la calidad que ha evolucionado favorablemente; entonces es un proyecto que pone más incertidumbre para el futuro en el país”. Añade que es “optimista” de la voluntad del gobierno para que se pueda mejorar permanente y ojalá se haga “radicalmente”. 

Aylwin: Desmenuzando la génesis del proyecto 

En su presentación, la ex ministra apuntó a varios puntos del proyecto de ley de educación superior, que a su juicio deben corregirse. 

Partió diciendo que la autoridad ha hecho mucho oído “a las demandas de los estudiantes y a intereses sectoriales, que no han ejercido el rol de la política como es encausar esas demandas, articular esos intereses, buscar el bien común, sino que más bien se ha puesto un poco a la cola de los movimientos sociales”. 

En este punto, aseguró que “esta reforma se ha construido no sobre la evidencia, sino sobre la ideología y aquí lo que hay detrás es en todos los ámbitos, y también en la educación, es sustituir el modelo neoliberal y el paradigma es construir una sociedad de derechos garantizados, universales para todos, en que el Estado cumple un rol fundamental y en que no hay nada entre el Estado y el mercado, donde el Estado es el instrumento principal para reducir la desigualdad o el igualitarismo como teoría central y el mercado es la expresión del egoísmo y los intereses individuales”. 

Aylwin acuñó que personalmente no cree que la crisis que existe en la educación superior “sea una crisis del modelo, sin perjuicio de que haya que hacer modificaciones, como la creación de una superintendencia o reformar la agencia de calidad, o financiamiento estudiantil cuando se está empezando, pero esas reforma son requiere necesariamente una ruptura con lo que hay. Creo que el dilema ha sido reforma o ruptura y el gobierno ha optado por ruptura y esto es terminar con un modelo para iniciar otro. Y creo que también hay una cierta incertidumbre de cuál es el otro modelo, pero sí tiene dos líneas centrales: el igualitarismo como horizonte y por otra parte el Estado como el instrumento principal para llegar  a ese igualitarismo”. 

Respecto a qué modelo le hace mejor al país, la ex ministra sostuvo que esa discusión “no tiene salida, ya que nunca nos vamos a poner de acuerdo cuál es el camino”. Sí destacó que "los avances que se han producido en educación, tanto en acceso como calidad, más aún en tiempos en que la masificación de la enseñanza ha sido notable. Chile pasó de ser quinto o sexto en todo a primeros en educación en América Latina”. 

La ex autoridad precisa que si se mira lo que hay hoy día, “hay un desprecio por los diagnósticos, por el aporte de los técnicos. Acá lo que se hace es construir evidencias para sustentar la visión ideológica. Y hay muchos encargados de eso como Fernando Atria, Carlos Ruiz o Gabriel Zalazar que están dedicados a construir evidencia para sustentar el modelo y es evidencia que no se basa en la realidad, la desprecian. Y por otra parte, no cabe duda que hay un deseo, que no es explícito, de aumentar la matrícula pública y disminuir la privada. No es un deseo por mejorar la educación superior, sino por aumentar el rol del Estado, o las matrículas  estatales”. 

Ante este escenario Aylwin dijo que de alguna manera “hay de demostrar el aporte que hace el sector privado y que entre el Estado y el mercado existe la sociedad, comunidades organizadas, la iniciativa privada, la posibilidad de organizarse para resolver los problemas y las universidades privadas”. En este punto destacó que los gobiernos de la Concertación “fueron capaces de integrar al mercado, aceptando y promoviendo el desarrollo de la sociedad, con un rol del Estado más efectivo. Hoy, con el salto que estamos dando, corremos el riesgo de que esta sociedad no sea más igualitaria y tampoco vamos a responder a la necesidad de mejorar la calidad de la educación”. 

Sentenció diciendo que hoy “estamos entrampados en una discusión que puede significar no sólo estancar el desarrollo de la educación superior que veníamos teniendo, sino deteriorarlo”. 

Larroulet: Evaluación comparada 

Para el ex ministro y actual director de Investigación Facultad de Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo (UDD), Cristián Larroulet, sin un buen diagnóstico de lo que hay no puede haber una buena política pública. Y para ello las condiciones son dos, dijo: “una, que se base en evidencia científica, la realidad, y lo segundo que se genere una manera de trabajar donde haya visiones lo más plurales posibles, sobretodo en temas como educación ya que si hoy tomamos una decisión está afectando a 50 o 100 años el futuro del país”. 

En ese sentido, mostró diversos ejemplos de cómo está la educación superior chilena. Acá, por ejemplo, dijo que la cobertura en educación superior “es extraordinaria. En el mundo en los últimos 30 años sólo Corea del Sur y Chile han avanzado importante en cobertura, estando por sobre el promedio de la OCDE. Entonces no puedo partir haciendo un diagnostico olvidándome de esto”. 

Otro punto es el financiamiento público promedio por alumno el año 2015. Acá, dijo “el sector que tiene más recursos por alumno son las universidades estatales, luego tradicionales y la privadas mucho menos. Y al último los institutos profesionales y los CFT. Entonces, se plantea un sesgo como si todo estuviera discriminando a las universidades estatales y eso no es así”. 

Como tercer punto, el ex ministro apuntó a que se dice que “no hay calidad, algo que también es falso. Este sistema que hemos construido (…) es una tendencia a las características de los sistemas educacionales más exitosos del mundo y si lo corregimos por habitante, tenemos por lejos, el mejor sistema universitario de América Latina, entonces, no estamos mirando lo correcto, sino que todo es caótico, desordenado, cosa que no es tal”. 

Criticó la ex autoridad también el que se diga por parte de la autoridad que el sistema no es inclusivo y sólo beneficia a los más ricos. En este punto, “sostuvo que Chile tiene el sistema más inclusivo por lejos en América Latina, incorporando a los sectores más vulnerables a la educación superior, siendo más inclusivo que Argentina o Brasil. Incluso más que Francia o Alemania, desde el punto de la vulnerabilidad social de estos países”. 

Finalmente, Larroulet hizo hincapié en las investigaciones que llevan adelante distintos planteles de educación superior. “Acá hay un salto gigantesco de las universidades privados no Cruch. Para ello, dijo que desde 2004 a 2015 en 11,7 se multiplicaron las investigaciones”. 

Otro punto de destacó del proyecto es lo referente a la autonomía de las instituciones. Acá sostuvo que “todos estamos de acuerdo que haya una superintendencia, pero que no ponga en jaque o afecte la autonomía de la institución. Asimismo, el sistema va a deteriorar la calidad, aumentará la segmentación y también la pérdida de diferenciación de características de los planteles, ya que el sistema va a tender a un modelo de universidad y la gracias a tener diversos modelos de universidades: por todo esto, lo mejor sería que el proyecto se retirara del Parlamento”, sentenció.

Por su parte, el rector de la USS, Hugo Lavados, precisó que “existe una visión extremadamente elitista de una universidad, es decir, cómo es posible que jóvenes con tal o cual resultado o antecedentes ingresen a la universidad’, y la verdad es que si nos remitimos a los resultados de la PSU, tenemos que, por ejemplo, solo el 8% obtiene más de 650 puntos, y de ese segmento casi todos provienen de colegios particulares pagados”, comentó.

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