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¿Cómo acompañar emocionalmente, en el dolor y la angustia a un paciente?
La comunicación, el conocerse a sí mismo y el acompañamiento emocional son aspectos claves para el cuidado de los pacientes. Las enfermeras y enfermeros requieren constantemente de herramientas para acercarse al dolor, la angustia y el sufrimiento del otro, pero esa relación terapéutica siempre debe ser profesional.
Jueves 21 de septiembre de 2017
La comunicación, el conocerse a sí mismo y el acompañamiento emocional son aspectos claves para el cuidado de los pacientes. Las enfermeras y enfermeros requieren constantemente de herramientas para acercarse al dolor, la angustia y el sufrimiento del otro, pero esa relación terapéutica siempre debe ser profesional lo que implica no sobreinvolucrarse, ni tampoco alejarse emocionalmente.
Así lo plantea, Claudia Moya, académica de la Facultad de Enfermería de la U. San Sebastián, quien junto al docente Aaron Trajtmann, presentó el trabajo ¿Cómo Enseñar Acompañamiento Emocional a Estudiantes de Enfermería?", en el marco de la Jornada Nacional de Enfermería en Salud Mental Comunitaria que fue organizada por el Ministerio de Salud y que se realizó el 8 de septiembre pasado, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.
La docente de la USS señala que "la calidad asistencial disminuye si uno se involucra demasiado o bien si se asumen los procedimientos de manera fría y distante".
En ese sentido, argumenta que socialmente, la cultura que prima hoy en día "te quita lo humano y la gente huye hacia lo deshumanizado, porque no se entregan las herramientas necesarias para no dañarse en este proceso de acompañamiento y lo que se impone es alejarse, pero a la vez se reduce la capacidad de atención".
Moya enfatiza que trabajar con "el dolor humano es complejo y cansa emocionalmente, pero se tiene que establecer una relación terapéutica que permita acercarse al paciente y generar confianza en un marco de equilibrio".
Por eso, la enfermera expone que "no se trata de hacer una terapia con el paciente, pero sí de tomarse algunos minutos y saber cómo se encuentra el paciente que está hospitalizado, evaluar anímicamente el impacto de su enfermedad, los vínculos y apoyos familiares y si es necesaria una derivación". A nivel ambulatorio ocurre lo mismo, existiendo más posibilidades de adentrarse en el mundo del otro
Además indica que "cuando se trata de una enfermedad crónica, el tema no es fácil de abordar y hay muchos ejemplos como sucede con pacientes que tienen patologías cardiovasculares y que suelen abandonar sus tratamientos muchas veces el problema es que les cuesta aceptar una enfermedad. Por eso hay que adentrarse en lo que le está pasando para que el tratamiento funcione".
Desde esa perspectiva, se pueden plantear distintas preguntas a los pacientes para entenderlos y lograr una empatía
"No se ha tomado las pastillas. ¿Le cuesta acordarse? ¿No le gusta estar enfermo? ¿Qué le han dicho en su casa de su enfermedad? ¿Ha tenido algún problema o efecto secundario con un medicamento?", son algunos ejemplos que expone Claudia Moya sobre las consultas que permiten obtener información del paciente para poder ayudarlo en su terapia.
Esto también se hace evidente en una Unidad de Urgencia, dónde después de superar esta situación, "las personas lo que buscan que es alguien le explique lo que le está sucediendo y que empatice, porque no saben dónde están y existiendo además mucha ansiedad".
Autoconocimiento y humanización de la salud
Claudia Moya sostiene que a partir de estas experiencias cotidianas, hay que lograr un perfil más humanista y cercano al paciente en la formación de los profesionales de la carrera de enfermería.
A partir de esa mirada se impulsó como estrategia el curso de "Comunicación e Interacción humana", donde el trabajo se realiza en grupo, con una previa evaluación personal para conformar grupos heterogéneos de estudiantes.
"Se trata del autoconocimiento para ayudar al otro a partir de las vivencias personales ya que la idea es saber que me está pasando, cuáles son mis miedos y en la medida que me puedo cuidar mejor, podré hacer lo mismo con otros y evitaré lo que se conoce como Burnout o síndrome de desgaste profesional".
Este enfoque se basa en la teoría humanista, donde Carl Roger (psicólogo estadounidense) menciona lo que denomina grupos de encuentro, siendo su foco movilizar al estudiante a conectarse consigo mismo, con su propia vivencia en el grupo, con la capacidad de decisión y la identidad profesional. Moya enfatiza que en la medida que nos conectamos con nosotros mismos, podremos cuidar mejor a otros".