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Kinesiología y adultos mayores: cómo actuar frente al Covid-19
La pandemia del Covid-19 sitúa a las personas mayores como la población de mayor riesgo, obligándolos a ponerse en cuarentena. Por supuesto, esto implica el cese de ciertas atenciones sanitarias, entre estas las kinésicas, especialmente aquellas cuya suspensión temporal no afectan mayormente su calidad de vida.
Lunes 27 de abril de 2020
Las atenciones kinésicas en las personas mayores han proliferado de gran manera en la última década, no solo desde lo interventivo, sino también desde lo preventivo. Desde aquí, han germinado una gama de estrategias metodológicas en virtud del contexto clínico de cada usuario.
Pese a todo, dice el académico de Kinesiología de la Universidad San Sebastián, Nelson González, "nuestro modelo sanitario continúa bajo un paradigma básicamente “reactivo” –solo moderadamente preventivo– y nuestras labores clínicas en dicha población aún tienen como eje medular un diagnóstico y tratamiento basado en los deterioros. El abanico de estas intervenciones es múltiple: desde intolerables dolores originados por trastornos musculoesqueléticos, a patologías neurológicas o respiratorias que reducen su capacidad funcional general. La mayoría de estos cuadros clínicos requiere de atención kinésica continua para el entrenamiento de la autonomía y la funcionalidad".
Asegura que "la pandemia del Covid-19 sitúa a las personas mayores como la población de mayor riesgo, obligándolos a ponerse en cuarentena. Por supuesto, esto implica el cese de ciertas atenciones sanitarias, entre estas las kinésicas, especialmente aquellas cuya suspensión temporal no afectan mayormente su calidad de vida".
Agrega que "en el caso de los adultos con altos índices de fragilidad –inmunosuprimidos, dependientes severos, crónicos, etc.– es más importante aún este resguardo, a excepción de que su condición de salud sea tan inestable, que por razones clínicas deba igualmente efectuarse un procedimiento específico. De ser el caso, nuestro colegio profesional ha sido enfático en promover protocolos y medidas dispuestas por la autoridad sanitaria".
El también presidente de la Sociedad Científica Chilena de Kinesiología en Geriatría y Gerontología, precisa que "algunas de las sugerencias para nuestra comunidad profesional son reagendar las sesiones terapéuticas, o planificar estrategias de consultas virtuales –a distancia– para resolver dudas y atender ciertas situaciones. Lo importante, es que el profesional evalúe de forma crítica cada situación, según los informes médicos y clínicos de cada paciente".
Y agega: "Evaluar significa establecer un criterio de proporcionalidad terapéutica, es decir, determinar de manera objetiva si la atención que se otorgará al paciente será de alto impacto para mejorar su calidad de vida actual, y, en caso de no ser efectuada, que su salud física y emocional no se vea altamente comprometida. Ejemplo de esto son los usuarios mayores con patologías respiratorias altamente obstructivas, que necesiten de intervención terapéutica para permeabilizar su vía aérea, o de lo contrario dejarán de respirar adecuadamente".
Finalmente, González destaca que "si la persona mayor requiere de atención domiciliaria dada su condición de salud, esta debe ser entregada en óptimas condiciones. Tenemos un compromiso con la ciudadanía y nuestras atenciones relevantes no pueden decaer. El profesional de la kinesiología siempre debe considerar que el usuario mayor aspira a mejorar su calidad de vida, y que necesita de un apoyo verdaderamente profesional, pero, sobre todo, humano".