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¿La accesibilidad universal es posible en entornos naturales y turísticos?
¿Cómo hacer que todas las personas, independiente de su condición social o física, puedan subir una montaña, darse un baño recreativo en un río y alcanzar la copa de un árbol? Las opciones son infinitas cuando existe conocimiento, voluntad, tecnologías e innovación.
Martes 9 de abril de 2019
El trabajo en las áreas silvestres protegidas no solo supone la conservación de la flora, fauna y el entorno natural, sino también tiene una función social, que se traduce en entregar bienestar a la población.
Justamente bajo esa premisa, la Corporación Nacional Forestal, CONAF viene trabajando hace 20 años una serie de medidas para mejorar la accesibilidad a la naturaleza a través del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado, Snaspe.
De hecho, CONAF lidera la Estrategia Nacional de Accesibilidad Universal a la Naturaleza ENAUN, que busca facilitar las visitas de personas en situación de vulnerabilidad y discapacidad en actividades que le permitan vincularse con el entorno natural y turístico de una manera más cercana y activa. En otras palabras, se trata de potenciar su autonomía e independencia con la infraestructura y herramientas necesarias en las áreas silvestres protegidas del país.
Ángel Lazo, ingeniero forestal y especialista en áreas protegidas de CONAF ofreció la charla “Inclusión Social y Parques Nacionales” a la comunidad educativa de la Universidad San Sebastián, invitado por la carrera de Ingeniería en Gestión de Expediciones y Ecoturismo, donde puso de relieve la importancia de hacer accesible todos los destinos turísticos y las áreas silvestres protegidas.
“A veces cometemos el error de hacerle el traje a la medida a las personas en situación de discapacidad”, comentó el expositor, aludiendo a la necesidad de diseñar medidas que permitan lograr la accesibilidad universal, pero poniendo el énfasis “en el derecho que tienen las personas a tener una conexión emocional e intelectual con la naturaleza, para disfrutar de ella, aprender y mejorar su salud mental, física y espiritual”.
El experto en áreas silvestres aseguró que nuestra falta de conocimiento y actitud frente a la discapacidades otra de las barreras que impiden avanzar. Además, enfatizó que en este trabajo inclusivo ha sido clave la alianza entre el sector público y privado con más de 60 instituciones participando para poder diseñar políticas y llevar adelante los distintos proyectos en los parques nacionales.
“Hay que desarrollar la empatía y pensar cómo puedo hacer para que las personas con discapacidad o un adulto mayor con movilidad reducida disfrute y se emocione con la naturaleza y cambie su visión de la vida. Por eso en Chile debemos entender que los parques nacionales están al servicio de todas las personas”, afirmó el ingeniero forestal.
El director de la carrera de Ingeniería en Gestión de Expediciones y Ecoturismo, de la sede Santiago de la USS, Fernando Aizman comentó que involucrarse en acciones o proyectos de inclusión y accesibilidad es una experiencia de vida que cambia nuestra forma de entender a la sociedad: “hacer partícipes a personas en situación de discapacidad en el diseño de infraestructura de accesibilidad, por ejemplo, no solo permite generar mejores proyectos, sino que nos permite entender la importancia que tiene la naturaleza en la calidad de vida de las personas”.
Además, resaltó que “no debemos entender la accesibilidad como un espacio solo para personas con problemas de movilidad, sino que en un espacio en donde se integra toda la sociedad, sin importar su condición física o social”.
Datos
Lazo expuso que actualmente hay 41 áreas silvestres protegidas con accesibilidad universal, lo que representa casi el 50% de los parques que hay en el país. Cuatro de estas áreas cuentan con audio guías en diferentes sistemas y dos tienen paneles de cartografía viso táctil para personas con discapacidad auditiva o visual.
A esto se suma la existencia de orientación educativa e información el Braille, además de senderos, cabañas y piscinas con infraestructura para facilitar el acceso a los discapacitados.
A la fecha, más de 57 mil personas con movilidad reducida o discapacidad visitaron áreas silvestres protegidas y entre los años 2016 y 2018, más de 600 personas en situación de vulnerabilidad social participaron de un programa especial de visitas en áreas protegidas. Además, se han implementado otros sistemas como lenguajes de señas, lazarillos y personal de Guardaparques capacitados en la atención de personas en situación de discapacidad.