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La terapia que ayuda a detener la intoxicación por monóxido de carbono
El envenenamiento con el llamado “enemigo silencioso”, afecta la capacidad de los glóbulos rojos para transportar oxígeno, por lo que las terapias convencionales para detener su avance no sirven. La medicina hiperbárica surge como la posibilidad para oxigenar el organismo y evitar el fallecimiento de los afectados.
Jueves 23 de mayo de 2019
Seis turistas brasileños fallecieron ayer al interior de un departamento en Santiago Centro debido a una intoxicación por monóxido de carbono (CO), un gas sin olor ni color pero muy peligroso.
La exposición a este gas puede causar súbitamente envenenamiento que se puede traducir en una enfermedad o la muerte.
Puede encontrase en el humo de la combustión, como el expulsado por automóviles y camiones, estufas, parrillas de carbón o leña y sistemas de calefacción, entre otros artefactos, y su riesgo es cuando se acumula en lugares que no tienen una buena ventilación.
Los síntomas más comunes de envenenamiento por CO son: dolor de cabeza, mareo y confusión, náuseas, vómitos y dolor en el pecho.
Dado el tipo de síntomas -que se asemeja a otras enfermedades- a veces es difícil identificar este tipo de envenenamiento.“Por eso es clave conocer el antecedente de a qué tipo de gas o combustión lenta se estuvo expuesto”, dice Andrés Llarena, especialista en medicina hiperbárica de la Facultad de Medicina y Ciencia de la U. San Sebastián.
Éste actúa en dos puntos cruciales produciendo su efecto de intoxicación. “Uno es desplazando el oxígeno para poder acoplarse a la hemoglobina de los glóbulos rojos, haciendo que éstos se vuelvan inútiles para el transporte de oxígeno y el otro a nivel intracelular, interfiriendo con el metabolismo base de la oxigenación biológica”,
Frente a un cuadro de esta naturaleza, se debe acudir inmediatamente a donde la persona pueda respirar aire fresco y acudir inmediatamente a un servicio de urgencia. “Aquí el tratamiento no puede ser el convencional, porque estos utilizan al glóbulo rojo para transportar el oxígeno y éste está desactivado por las moléculas de dióxido”, explica el director del diplomado de Medicina Hiperbárica de la USS.
El médico agrega que “lo que se necesita es mucho oxígeno bajo presión y eso se logra en una cámara hiperbárica que aumenta la presión ambiental y produce una enorme cantidad de oxígeno que ya no se traslada a través de glóbulos rojos (están dañados), sino que diluida en el plasma (componente líquido de la sangre). De esa manera se asegura que el oxígeno llegue a todos lados, especialmente a los órganos nobles, como el cerebro”, detalla Llarena.
De manera preventiva, se aconseja, revisar los calentadores, estufas u otros artefactos de uso domético que utilicen gas natural u otro tipo de combustible, para garantizar du seguridad.