La preocupación por el bienestar de las futuras madres y de los niños que están por nacer son transversales a todos los países del orbe. Las políticas públicas apuntan a otorgarles mayores y mejores beneficios que garanticen una maternidad confortable y el bienestar de sus hijos. 

Sin embargo, en esta zona del planeta hay aún falencias que dificultan el bienestar de la futura madre, existiendo lamentables situaciones que terminan, incluso, con el fallecimiento de las futuras madres. En Ecuador, por ejemplo, hay inequidades en las frecuencias de muerte dentro del país; hay lugares que están a un 3 mil por ciento por sobre la frecuencia de una provincia a otra, lo que tiene que ver con la geografía, con la composición étnica de la población y el acceso de profesionales, entre otras variables. 

Muchas veces es el técnico paramédico el único profesional que está en el lugar donde se ubica la población, ya que el equipo médico de los profesionales de la salud hace rondas dependiendo de las condiciones climáticas y geográficas, y no siempre dan abasto. 

Las causas de muerte son principalmente dos: la hemorragia y el síndrome hipertensivo, es decir todas las alteraciones asociadas a la hipertensión arterial durante la gestación. 

Un organismo que ha tomado cartas en el asunto es Sanofi Espoir Foundation, que reúne a entidades europeas en el área de la salud preocupadas por el manejo del cáncer –principalmente en niños– y el descenso de la mortalidad materna e infantil. En ese contexto, desde 2014 existe el concurso de matronería internacional “Midwives for Life” donde se postulan ideas de acuerdo a la temática, que este año correspondió a bajar la mortalidad materna o infantil en áreas en desarrollo. 

Una de esas ideas pertenece a Erica Castro, matrona y académica investigadora de la Facultad de Medicina y el Instituto de Políticas Públicas en Salud de la Universidad San Sebastián (IPSUSS), quien se contactó con el Instituto Superior Tecnológico Bolivariano de Tecnología de Guayaquil, que forma técnicos paramédicos en todas las áreas de salud y tiene una asignatura de Salud Reproductiva. La académica pidió información, considerando que como profesora de la USS cumplió un rol en la simulación clínica, “así pensé que la simulación puede ser una herramienta que fortalece la asignatura que ellos tienen en su programa de estudio”. 

El Instituto le envió información sobre la mortalidad materna en Ecuador, que la investigadora manejaba: “sabía del contexto mundial de la mortalidad materna, efectivamente en Latinoamérica había varios países que debían bajar el hito al 2015, que es cuando comenzaron los nuevos objetivos milenio y algunos estuvieron bastante disímiles en su descenso”. Ecuador tuvo un descenso menor y tuvo que hacer un análisis de los subregistros que tenía logrando mejorar ese índice, pero aun así no lo alcanzó, explica Castro. 

Mortalidad materna en Ecuador 

Erica Castro resalta que “la mortalidad materna para poder impactar debe ser medida por en qué lugar se dio”. Así, se mide si el evento fue en el domicilio, en el traslado o al llegar a la entidad prestadora de la atención. “Eso permite ver dónde hay que ir a actuar; y llama la atención que casi un 35%  de las muertes maternas por hemorragias en Ecuador, ocurrían al llegar a la prestación del servicio, es decir dentro del ambiente intrahospitalario, lo que implica que hay una probable falta de coordinación del equipo de trabajo o falta de recursos, que es la primera parte de la investigación que voy hacer”. 

Los datos demostrarían que el problema tiene que ver con el ejercicio profesional, porque las mujeres se trasladan al centro de atención y en el traslado se mueren un 20% y solo un 10% en el lugar de residencia, lo que evidencia que las embarazadas están siendo trasladadas al centro atención, pero se están muriendo ahí. 

Su proyecto se denomina “Innovación Metodológica para mejorar el rol profesional del Técnico Paramédico en las urgencias asociadas a muertes maternas en Ecuador”, cuya primera parte contempla ir a hacer un diagnóstico unas semanas a Guayaquil, a “analizar fichas clínicas de muertes, ver qué patrón común hay, ver dónde se están muriendo, conocer la infraestructura intrahospitalaria, ver las carencias que puede haber, los protocolos que están establecidos, los fármacos que hay a disposición, los insumos, el manejo, hasta la parte operacional de movimiento dentro del esquema asistencial”, detalla la experta. 

De acuerdo a eso y siguiendo la formación para la urgencia, explica que hay que enfocar protocolos de asistencia muy sistematizados de tal forma que además de dar el contexto general de la patología al estudiante, este también debe conocer el protocolo y con ello someterlos a experiencias de simulación dentro del Instituto; y luego cuando los estudiantes pasen por su experiencia clínica llevarlos a simulación in situ “que es que vivan dentro del hospital una emergencia, para ver cómo se comportan de manera individual y como equipo, porque hay que ver los roles dentro de éste. De esta forma si el técnico paramédico internaliza esta experiencia, después tenga ya el campo de atención preparado, como los medicamentos a ocupar dentro de los protocolos y pueda sugerir soluciones”. 

La investigadora de la Universidad San Sebastián se adjudicó fondos de Midwives for Life 2016 para desarrollar su proyecto en Ecuador, en el marco del concurso convocado por Sanofi Espoir Foundation, que este año convocó proyectos de todo el mundo enfocados en bajar la mortalidad materna o infantil en áreas en desarrollo, para financiar los 10 mejores. El de Erica Castro está entre ellos.