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¿Por qué las embarazadas deben vacunarse contra la tos convulsiva?
El Ministerio de Salud anunció la incorporación de la vacuna contra el coqueluche dentro del Programa Nacional de Inmunización para mujeres embarazadas a partir de las 28 semanas de gestación.
Viernes 13 de octubre de 2017
Actualmente la vacuna contra el coqueluche o tos convulsiva está considerada para los niños menores de dos años a los que se les suministra a los dos, cuatro, seis y 18 meses, con un refuerzo en primer y octavo año básico. Sin embargo, el Ministerio de Salud decidió incorporarla dentro del Plan Nacional de Inmunizaciones para las embarazadas con más de 28 semanas de gestación (7 meses).
Esto debido a que se observa un importante aumento de casos, siendo el grupo más afectado los niños menores de 1 año, que aún no cuentan con su esquema de vacunación primario completo. Claudio Figueroa, académico del Departamento de Ciencias Biológicas y Químicas de la Universidad San Sebastián (USS), justifica esta estrategia porque permite que la madre no se enferme y además le transmite anticuerpos al bebé a través de la placenta y también por medio de la leche materna.
En ese sentido, el experto explica que en los primeros cuatro meses de vida los niños están vulnerables al no haber alcanzado la protección apropiada y tienen mayor riesgo de enfermar al exponerse a adolescentes o adultos contagiados con la bacteria que produce la enfermedad.
El académico agrega que el hecho de que “la maternidad se ha ido retrasando y si antes la media de hijos era a los 25 o 26 años, en el último tiempo se acerca de los 35 años y se ha distanciado el período de eficacia de la vacunación en la niñez y adolescencia.
¿Por qué hay que vacunarse? Figueroa explica que la tos convulsiva en el caso de los lactantes puede ser grave. “Los episodios de tos se extienden por 10 a 15 días y los niños no se pueden alimentar de forma correcta y es tanta la fuerza que hacen al toser, que se les puede generar hernias. Además, por los problemas para alimentarse e hidratarse, los bebés pueden sufrir convulsiones, apneas, además de un paro cardiorespiratorio”.
El coqueluche es una patología de origen bacteriano que “tiene cuadro bastante particular ya que durante su período de incubación se confunde con un resfrío clásico y los síntomas iniciales no son muy llamativos”.
Agrega que “hace que en los pulmones se acumulen secreciones y el período contagioso no es cuando se está cursando la tos convulsiva, sino que la etapa anterior y ahí está el peligro principalmente para los lactantes”.
El coqueluche se transmite a través de gotitas de secreciones respiratorias de personas infectadas. El tiempo que transcurre desde la exposición a la bacteria que origina esta enfermedad hasta la manifestación de los primeros síntomas es de aproximadamente entre tres a quince días. Lo primero que aparece son tos leve, estornudos o secreción nasal y fiebre leve. Después de una o dos semanas, la tos se vuelve incontrolable y suele terminar con una inspiración violenta y prolongada.