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Potable, mineral o purificada: la que sea, pero beba agua
Desde el punto de vista de la nutrición, el beber agua mineral en comparación a la potable o purificada no aportaría ningún beneficio extra.
Domingo 27 de diciembre de 2020
El agua es fundamental para la vida. No por nada compone cerca del 70% de nuestro cuerpo, cumpliendo funciones como ayudar a transportar nutrientes, lubricar órganos y tejidos e hidratarnos. Por eso, es importante conocer las opciones que tenemos para decidir qué agua beber.
Tenemos el agua potable y la embotellada (mineral y purificada). La primera, en nuestro país es apta para el consumo y uso doméstico, además contiene minerales como sodio, potasio, calcio, magnesio, cloro, azufre y fósforo.
El agua mineral se encuentra definida en el Decreto N° 106 de 1997 del Ministerio de Salud y debe cumplir con las condiciones bacteriológicas exigibles a laagua potable, sin sobrepasar los límites establecidos por el Reglamento Sanitario de los Alimentos y el Decreto 106 de 1997 de sustancias específicas (nitritos, plomo, cadmio, sulfatos). Al ser “mineral” se entiende que contiene gran variedad de minerales, ya que se obtiene de aguas subterráneas de vertientes y manantiales que tienen características distintas en cuanto a su composición, según el lugar geográfico donde se extraiga.
Entre las embotelladas, la purificada ha incrementado su popularidad al atribuírsele propiedades más saludables que la mineral o incluso, la potable, pero hay que considerar que la purificada no es más que agua obtenida por destilación u otro proceso en cual se controlan parámetros de calidad microbiológica, se reducen los niveles de sodio, se elimina el cloro y otros residuos que provengan de la red potable (como el sarro) y que, además, debe cumplir con las mismas normas del agua potable, lo que permite que su composición sea muy similar.
Desde el punto de vista de la nutrición, el beber agua mineral en comparación a la potable o purificada no aportaría ningún beneficio extra, es más, considerando el costo y la contaminación producida por las botellas de plástico, tendría más perjuicios.
Según estudios de análisis de la composición de las aguas minerales en Chile, podrían contribuir al desarrollo de toxicidad crónica cuando se exceden los niveles recomendables de micronutrientes específicos (aunque faltan más estudios en torno a este tema). En este sentido, y si por gusto aún prefiere este tipo de agua, las personas con hipertensión arterial deben tener cuidado con el sodio, ya que si beben agua mineral en grandes cantidades, podría agravar los niveles de presión arterial.
Ahora bien, si su preocupación es que el agua potable pueda contener residuos que dañen su salud, existen dos opciones. La primera (más costosa a largo plazo, pero con un impacto medioambiental menor que el de las aguas minerales), sería comprar agua purificada a domicilio. La segunda opción, es instalar un filtro en el grifo de su casa para reducir la carga de sustancias no deseadas (como el exceso de cloro y residuos del alcantarillado, entre ellos, el sarro) con el fin de obtener agua purificada o filtrada, con un precio más conveniente a largo plazo y con un menor impacto medioambiental.