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Presidenta electa de Asofamech buscará intercambio de colaboración entre universidades
Patricia Muñoz Casas del Valle será quien desde el 27 de agosto tome la dirección de la Asociación de Facultades de Medicina de Chile, tras resultar electa hace unos días por un periodo de dos años. Dice que su enfoque estará en tratar de mejorar el Eunacom y formar lazos -especialmente- entre las casas de estudios de Santiago y regiones.
Viernes 10 de agosto de 2018
En una estrecha votación, la Dra. Patricia Muñoz Casas del Valle fue electa presidenta de la Asociación de Facultades de Medicina de Chile (Asofamech) para el periodo 2018-2020 y reemplazará al Dr. Antonio Orellana.
La actual decana de la Facultad de Medicina de la Universidad Diego Portales no es nueva en esta área. Antes fue vicepresidenta y secretaria de la misma institución y estuvo a cargo de la comisión que elaboró el perfil de egresado de medicina de la institución. A lo anterior suma el que será la primera representante de las universidades privadas creadas tras la reforma a la educación superior en 1981.
La Dra. Muñoz dice que la tarea por delante no es menor “y compete a todos". Apuesta para su gestión “tener un muy buen examen único nacional de conocimientos, mantener y estandarizar un buen examen Eunacom práctico y ver el tema de los campos clínicos, que es un tema que se viene arrastrando hace mucho tiempo y se han cambiado las normativas. Además, acreditar los programas de especialidad médica entre las universidades antiguas y nuevas”. Para hacer frente a esta tarea, comenta que al ser electa “llamé a la unidad, a colaborarnos, a que fuéramos solidarios y generosos, y a que compartiéramos las experiencias que tenemos en distintos ámbitos”.
La electa presidenta de Asofamech es médico cirujano de la Universidad de Chile, especialista en pediatría y magíster en Ciencias Médicas con mención en Parasitología de la misma casa de estudios.
- ¿Cómo evalúa el Eunacom?
- El actual Eunacom fue concebido en 1999 como una prueba como Examen Médico Nacional para que la rindiéramos los que estábamos asociados en Asofamech, como una manera de velar por la calidad interna nuestra, para que nosotros miráramos qué áreas eran las más débiles o fuertes y a partir de ello ir mejorando internamente. Surgió a raíz de las nuevas escuelas de medicina que se fueron creando. Se inició como una marcha blanca y se instauró como Examen Médico Nacional oficialmente para Asofamech el año 2003. En 2008 esta prueba pasó al Congreso y ahí determinaron que sería un examen que podía ser habilitante para los médicos recién egresados para atender en el sistema público y posteriormente se incorporó a los extranjeros, para revalidar el título, y (ahí) perdió el sentido que tenía esta prueba. Junto con esto vino la comercialización de la preparación del Examen y se ensució. Personalmente creo que hoy en día la prueba no mide lo que tiene que medir porque es preparable y hay universidades que preparan la prueba. También hay empresas externas a las universidades que ofrecen preparar este examen a un costo bastante alto para poder asegurar la aprobación y trabajar en el sistema público.
- ¿Perdió el sentido?
- Perdió el sentido. Tanto es así que hoy en día este examen es por ley y se le encargó a la Asofamech. En un inicio se le encargó a un comité técnico y de contenido. Este último -encargado a especialistas de diferentes facultades- vivió una filtración el año 2012 y desde ahí se cambió totalmente la estructura. Ahora este comité está compuesto por profesionales que se presentan voluntariamente, sin universidad, sino con especialidades y construyen las preguntas. De hecho, los decanos no conocemos el examen. No tenemos acceso ni antes ni después. La administración es de Asofamech, pero no está involucrada en la construcción de las preguntas.
- Y en su mandato ¿trabajará para volver al sentido original de la Prueba o ya no se puede?
- Está por ley ya fijado. El examen es perfectible, pero una vez que se establece esta comercialización del examen es muy difícil volver atrás. Es cosa de ver lo que ha pasado en otros países como España donde existen empresas que preparan el examen que rinden los egresados de medicina. Es como un preuniversitario. Y esto se venía venir en Chile. Cuando trabajaba en la Universidad de Los Andes, el decano de entonces lo dijo: él se oponía a que este examen se hiciera público. Era una cosa que tenía que quedar internamente entre las escuelas de medicina. Advirtió que esto se iba a comercializar y que las escuelas iban a empezar a que sus currículos estuviesen orientados a rendir este examen, cosa que no ha ocurrido tanto esto último, pero sí la preparación de todas las escuelas externa o internamente.
- ¿Pero cómo vamos a medir a los médicos extranjeros que quieran trabajar en el país y tengan un conocimiento homologable al de Chile?
- Uno es el examen que tiene que ser perfectible y lo segundo tiene que ser un estandarizado de examen práctico, porque el examen práctico lo tomamos varias escuelas, pero estoy absolutamente segura que ninguna escuela lo toma igual que la otra; algunos usan un examen clínico objetivo estructurado de simulación (ECOE), otros frente a una comisión en un hospital, algunos hacen cinco días de evolución, otros un examen en de una sola área. Hay que trabajar en una visión común de cómo velar por la calidad del médico extranjero que llega a nuestro país. Y ese es otro desafío.
- ¿Pero ahí se cumple el objetivo de evaluar al extranjero?
- Sí, pero hay que trabajar en que el examen mida lo que tiene quiere medir, porque por ley también se estableció que con el 51% de las preguntas aprobadas pasabas el examen, y eso desde el punto de vista técnico no es correcto porque los exámenes varían desde una aplicación a otra en cuanto a dificultad, porcentaje o aprobación. Debe existir un puntaje de corte para cada examen que hay que calcularlo estadísticamente.
- Hay algunos detractores del examen. Ellos dicen que sólo dificulta la entrada de médicos extranjeros al sistema público. ¿Cree que hay algo de discriminación?
- Eso es un prejuicio que no tiene ninguna base. Ninguna. Porque aquellos que conocen realmente cómo se efectúa el examen, cómo se construye, quienes participan y todo, saben no existe ningún sesgo desde ese punto de vista. Ninguno. Al contrario, es el mismo examen que miden todos los egresados de las facultades de medicina de Chile y los que no la componen también, por lo tanto, el estándar es el mismo para los chilenos y los extranjeros. Segundo, hubo una solicitud del Ministerio de Salud a la OPS sobre el examen y este dice que es un buena prueba, que no discrimina, que sí es perfectible y pide mejorar algunos aspectos como que la administración no debiera estar en una sola persona, que el número de preguntas debiese ser menos, pero que el examen es bueno. Además, todas las sociedades científicas, médicos y facultades de medicina están por continuar con el examen. Sólo algunas personas del Congreso han estado por eliminarlo para apoyar a los extranjeros.
El sello Muñoz en Asofamech
- ¿Qué sello le gustaría imprimir y mejorar en la Asofamech?
- Mejorar la colaboración y ser solidarios entre las facultades de medicina, porque esta es una asociación de decanos, que representamos a facultades, pero siempre hemos estado muy orientados a la carrera de medicina siendo que bajo el techo de estas facultades muchas veces existen otras escuelas del equipo de salud. Uno de los desafíos interesantes es trabajar con nuestros directivos en ejecutar y operativizar la carrera: directores de Escuela y postgrados y establecer alianzas de mayor colaboración. Esto se puede optimizar.
Lo segundo es poder compartir. Es decir, si hay una facultad que tiene muy bien desarrollado un determinado polo, ¿por qué competir entre facultades tratando de hacer lo mismo? ¿Por qué cada universidad y facultad no desarrolla su propio polo en lo que sea, y podamos compartir conocimiento, experiencias y colaborar entre nosotros, especialmente orientada a las universidades regionales? Esto puede ser a través de rotaciones, pasantías o intercambios. Nosotros siempre estamos mirando los intercambios estudiantiles al extranjero, cuando nosotros tenemos experiencias locales valiosísimas ¿por qué no hacemos intercambios internamente?
- ¿Cree que esto le faltó empujar a la administración anterior?
- No solamente a la anterior, sino que a varias. De repente son tantas las áreas en las que uno tiene que interactuar como el Colegio Médico, Ministerio de Salud, con la Asociación de Sociedades Científicas de Medicina y los estudiantes entre otros. Tenemos que dialogar con todos estos actores porque es la única manera de construir: Somos un país tan pequeño pero somos tremendamente competitivos entre nosotros mismo. La idea es ver cómo podemos desarrollar algo mucho más potente porque hemos sido bastante líderes en educación médica a nivel Latinoamericano, sin embargo, se pueden hacer más cosas.
Y la segunda deuda pendiente de todas las administraciones anteriores es participar un poco más en el debate público de políticas públicas en salud, porque estamos formando profesionales de la salud y algo tenemos que decir. Las universidades no podemos cerrarnos en cuatro paredes a planificar y diseñar lo que vamos a hacer. Tenemos que ver nuestro entorno y contactarnos con nuestra realidad.
- Una de las críticas a Asofamech es que conversa solamente con el Colegio Médico. ¿Eso busca cambiar?
- Exactamente. Tenemos que ser mucho más abiertos, más flexibles y más colaboradores.
- ¿Y por qué no se da esa colaboración?
- Por esa competitividad que existe entre las universidades. Cada una quiere su propio feudo y ser mejor que la otra, y ese es un tema. Pienso que si bien es cierto que los ranking puede ser adecuados o no y miden distintas cosas, siempre se miran los rankings (para compararse), y lo que hay que hacer es mirarse hacia adentro; que lo que uno esté haciendo sea bueno, pero nosotros siempre estamos mirando para el lado porque tengo que ganarle (al otro) y esa visión tan egoísta no la comparto. Yo soy más de colaboración.
- Un mandato más colaborativo
- Ojalá me resulte, porque uno propone pero hay tantos factores que influyen que no depende solo de uno, además que son sólo dos años de presidencia. Y a eso hay que sumar que el consejo de decanos va cambiando porque cada universidad tiene periodos muy variables.