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Expertos en psiquiatría y psicología piden ley especial en salud mental
Convocados por el Instituto de Políticas Públicas en Salud (IPSUSS) y las facultades de Psicología y Medicina de la Universidad San Sebastián, cuatro especialistas del mundo público y privado debatieron sobre la importancia de contar cuanto antes con una normativa que apunte a asegurar los derechos de pacientes que tengan algún trastorno metal. Más aún cuando para la OMS es una exigencia de salud.
Miércoles 10 de agosto de 2016
Contar pronto con una ley de salud mental que ayude no sólo a asegurar derechos, sino ampliar la cobertura en la atención y el presupuesto para implementar las políticas que se necesitan fue la opinión unánime de especialistas del área que se dieron cita en el Coloquio ¿Cómo es la salud mental de los chilenos? organizado por el Instituto de Políticas Públicas en Salud (IPSUSS) y las facultades de Psicología y Medicina de la Universidad San Sebastián (USS).
En el panel participaron Mauricio Gómez, jefe del Departamento de Salud mental del Ministerio de Salud; Fernando Voigt, coordinador área psiquiatría social de Sonepsyn; Jorge Calderón, psiquiatra de la UC y Claudio Orellana, decano facultad de Psicología de la U. San Sebastián. Durante la actividad se presentaron los resultados de la encuesta de percepción de salud mental de los chilenos donde si bien 9 de cada 10 personas señala que se siente bien, 3 de cada 10 sostiene que se ha sentido deprimido en el último año.
Al respecto, el jefe del departamento Salud Mental del Ministerio de Salud, Mauricio Gómez, comentó que es “el principal convencido e impulsor de una ley de salud mental. Pertenezco al mundo de la salud mental hace 30 años y esto es un tema que está absolutamente consensuado entre los técnicos, los equipos de salud mental, las organizaciones de usuarios y de familiares. Lo que falta es que la comunidad tome más conciencia de que esto es importante y que lo ponga como una necesidad”.
Agrega que en el Ministerio de Salud hace más de un año que se creó un grupo de trabajo que consensuó un informe de diagnóstico donde se vieron aspectos normativos, legislativos, financieros, de desarrollo de los servicios, atención primaria, especializada o privada “y entregamos una propuesta de contenido a la autoridad ministerial. Ahora en qué momento pueda eso ser transformado en un proyecto de ley dependerá de la iniciativa del Ejecutivo”, indicó.
Gómez indicó que los gobiernos responden a necesidades reales pero también a la percepción que una comunidad toma una necesidad como suya. “Aquí hace falta poner presión social sobre esto. Es un tema que la comunidad tiene que empoderar porque no es un tema de los técnico o especialistas solamente”.
Jorge Calderón, psiquiatra de la Universidad Católica calificó como “una necesidad” el que Chile cuente con una ley que resguarde la salud mental de sus habitantes.
Puntualizó que lo que hoy existe en el país es un decreto “que da cuenta a qué paciente se puede hospitalizar en contra de su voluntad y por otro lado un párrafo dentro de la Ley de Deberes y Derechos de los Pacientes, pero que no da cuenta de la necesidad de un cuerpo legal que defina al paciente con un trastorno mental como un sujeto de derecho por un lado, y que defina por otro lado las instancias que se van a llevar a cabo una hospitalización involuntaria, donde también defina los estándares de atención. Eso es el centro de una ley. En Chile no exista una legislación de este tipo y es una carencia que debemos resolver”.
Calderón comentó que este tema lo han trabajado en el Centro de Políticas Públicas de la UC y posteriormente con un grupo de diputados liderados por Sergio Espejo, “quien hace un mes presentó un proyecto de ley al respecto que sería discutido dentro de este mes en el Parlamento”, dijo.
En tanto, el coordinador GDT psiquiatría social, Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía (Sonepsyn), Fernando Voigt, afirmó que es fundamental la instauración de una ley de salud mental, además de que es una exigencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que sólo alrededor 20 países en el mundo no tienen ley de salud mental.
Para el siquiatra, la normativa que se cree debería ser “al estilo más duro, no sólo a los derechos de los pacientes, sino que también tome toda la cobertura de la salud mental y se deje explícito también la necesidad de presupuesto en salud mental para garantizar las prestaciones que se necesitan; que se haga cargo del plan de salud mental, o sea, de las brechas, del deber ser en la atención de salud mental, incluida la participación de la comunidad en cómo participa la gestación de los apoyos a las personas con sufrimiento mental, por decirlo de alguna manera”.
Comentó que hoy la realidad que vive el país en esta materia es indefinida: “hay sectores de la población que están mucho más afectados por el no cumplimiento de norma, como aquellos que trabajan hasta 60 horas a la semana, o que todas las prestaciones en salud mental Chile están basadas en ser individuales y no en grupales, o que no existen prestaciones de promoción y previsión en salud”, aseguró.
El decano de la Facultad de Psicología de la USS, Claudio Orellana, también coincide en este planteamiento. “Es urgente y necesario” contar con un resguardo legal para aquellos chilenos que necesiten una atención en salud mental.
“Nosotros somos un país que opera desde las leyes. Nos cuesta generar espacios de desarrollo más bien cultural, sino que seguimos a la ley, a la norma. Nadie o muy pocos usaban el cinturón de seguridad hasta que surgió la ley. Y en esto, para bien o para mal, el que se desarrolle un proyecto de ley y se establezcan normas estructurales respecto al concepto de salud mental, va a ayudar a generar mayor conciencia y obviamente que las políticas bajen a la salud primaria, de las instituciones de educación o en general a la población”, precisó.