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¿Cómo fortalecer el trabajo de las familias de acogida en Chile?
En el debate sobre las estrategias para garantizar la protección de la infancia en Chile, en el horizonte hay algo más que la nueva institucionalidad del Sename. Cabe preguntarse ¿qué se puede hacer con los niños que han sido vulnerados sus derechos? y ¿cuáles son los mejores caminos para su bienestar? Este tema es abordado por un estudio que realizó la USS y que fue entregado a la Subsecretaría de la Niñez.
Domingo 2 de junio de 2019
El Centro de Derecho Público y Sociedad (Publicuss) de la Facultad de Derecho y Gobierno de la Universidad San Sebastián, desarrolló un estudio sobre el cambio del sistema de medidas alternativas para el cuidado de menores, en conjunto con las Facultades de Psicología y Economía y Negocios de la USS y que está dirigido a la Subsecretaría de la Niñez.
La iniciativa pone el foco en los programas de familias de acogida como medio de cuidado alternativo en el marco de la nueva institucionalidad del Servicio Nacional de Protección Especializada, que sustituye al Sename en lo que respecta a los niños que han sido vulnerados en sus derechos.“Nos concentramos en las familias de acogida externas, porque también entran en esta categoría los parientes del niño. La idea es que personas que cumplen ciertos requisitos, estén disponibles para que durante un período de tiempo puedan acoger a un menor para darle todo el apoyo y el entorno necesario para su desarrollo”, explica Arturo Squella, director de Publicuss, uno de los principales impulsores de este estudio.
Squella señala que se trata de trasladar a gran parte de los menores “que están en residencias a familias de acogida, especialmente a los menores de entre 0 y 3 años, cuya situación es mucho más grave por los cuidados que requieren sobre todo en materia psicológica, motriz y afectiva”.
A su juicio, la evidencia científica demuestra que “hay que mutar hacia el sistema de familias de acogida, lo que implica que sus integrantes están disponibles para cuando un tribunal decida desvincular a un niño de su entorno de origen debido a abusos y maltratos para que llegue a un nuevo hogar. Mientras dura esta intervención, se incorpora además el apoyo médico y psicológico, para el niño y sus padres. En los casos en que no hay vuelta atrás y es imposible la revinculación entre ellos, se implementa un programa de adopción”.
Sistemas y opciones
Otro foco del informe se centra en el punto de vista económico y la realidad de la familia de acogida que recibe a un niño. En ese sentido, Squella sostiene que antes del estudio no había mucho en que apoyarse en nuestro país, para evaluar este ítem relativo a una canasta básica de costos y lo que implica abordar necesidades fundamentales como alimentación, salud, educación, vestuario transporte y vivienda.
El abogado además deja planteada la posibilidad de imitar experiencias de Reino Unido o Estados Unidos, donde existen servicios remunerados para las familias de acogida.
Sobre el foco del estudio, Arturo Squella detalló que “el cuidado alternativo es abordado en diferentes países de distintas formas, dependiendo del sistema de protección que existe, las políticas y las leyes que definen las prácticas y la inversión financiera de los gobiernos. Hay evidencia de éxitos y fracasos en los diferentes sistemas, por lo que es de suma importancia observar y analizar estas experiencias y prácticas, para pensar con cautela los próximos pasos que se deben dar, para avanzar hacia un sistema de protección que funcione mejor en Chile”.
El abogado agregó que “lo importante es no quedar atrapados en una discusión sobre qué tipo de cuidado es mejor, sino más bien, pensar en cómo podemos trabajar con las necesidades de todos los distintos perfiles de que existen en Chile y que requieren de un servicio de cuidado alternativo. En este sentido, este estudio, busca ser un aporte a la discusión a la literatura que en Chile es muy poca y desconocida, aun cuando se trata de una iniciativa de alto impacto social y que viene a complementar el trabajo que realizan las instituciones del Estado en favor de la infancia”.
¿Qué son las familias de acogida?
De acuerdo a lo que establece en su sitio web el SENAME, las familias de acogida tienen como objetivo brindar protección, afecto y atención especializada para reparar el daño de los niños y niñas de 0 a 6 años, y de sus hermanos, que por decisión judicial hayan sido removidos de su familia de origen debido a que sufrieron vulneraciones como abandono, violencia sexual u otras formas de maltrato físico y/o psicológico. A diferencia de la adopción, se les reubica transitoriamente en un entorno familiar alternativo, que garantice su protección, mientras se restablece su derecho a vivir en una familia definitiva.
Las familias de acogida resguardan, particularmente en bebés y niñas o niños pequeños, las necesidades emocionales de cariño y sentimientos de apego, fundamentales para un desarrollo sano. El niño o niña continúa viviendo dentro una familia y desarrolla un mayor sentido de pertenencia, satisfaciendo sus necesidades básicas y el derecho a vivir, descansar y jugar, en un ambiente sano y feliz.