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¿Qué es la Salud Mental?
Los antiguos romanos ya sabían eso de mens sana in corpore sano, pero nos demoramos dos mil años en tomar conciencia de esta relación interconectada entre lo físico-corporal y lo psicológico-mental...
Jueves 8 de octubre de 2015
En el año 2003 se instituyó el Día Mundial de la Salud Mental, dedicado aquel 10 de octubre a los trastornos mentales de los niños y adolescentes. Fue un paso más en el camino que ya había comenzado en 1948, cuando la naciente Organización Mundial de la Salud empezó a hablar de 'higiene mental', al comprobar las graves consecuencias que la Segunda Guerra Mundial había dejado en la población pre y post conflicto.
Este año, la conmemoración sorprende a la población chilena con 42% de sus licencias médicas debido a alteraciones de su salud mental, y a Santiago como una de las tres ciudades del mundo con peor salud mental, derivada del estrés agudo y cronificado y de los trastornos del ánimo.
Los antiguos romanos ya sabían eso de mens sana in corpore sano, pero nos demoramos dos mil años en tomar conciencia de esta relación interconectada entre lo físico-corporal y lo psicológico-mental, y de la importancia de mirar la salud física y la salud mental durante toda la vida de las personas, como lo propugnaba el doctor Benedetto Saraceno, antiguo director de Salud Mental de la OMS. Esto se traduce en cuidar ambos aspectos desde el embarazo, la infancia y la adolescencia, hasta la etapa adulta y la tercera, cuarta y futura quinta edad.
A diferencia de tiempos pasados –cuando la salud mental hacía referencia a la ausencia de un desorden y su déficit a la generación de alteraciones físicas y mentales- hoy podemos referirnos a la salud mental como el bienestar subjetivo, relacionado con lo cognitivo, los afectos, las emociones y el comportamiento de la persona ante las contingencias de su vivir.
Se ha intentado definir la 'normalidad' del ser humano desde campos tan diversos como la antropología, la psicología, la sociología, la demografía, la religión, la estadística y la ética legal. Lo que podemos considerar son elementos esenciales que van desde aspectos biológicos (bienestar físico) hasta psicológicos (como la capacidad de amar en planos de amistad, pareja y familia) y de espiritualidad y trascendencia. Esto implicaría ser capaz de desarrollar el propio potencial de individuo con buena autoestima, autodeterminación, tolerancia a la frustración, control de impulsos, empatía, altruismo, solidaridad, sana dependencia versus independencia, afectividad laboral, autocuidado, capacidad para enfrentar la adversidad con resiliencia, sentido del humor y disfrute del ocio.
Estos aspectos ideales en el ser 'normal' son teóricos y en la realidad van a depender de factores genéticos, familiares, sociales, ambientales y demográficos. De ahí que todos tengamos alguna falencia y hoy nos denominemos 'normales neuróticos'.
Ahora, para mantener una buena salud mental con las consideraciones antes mencionadas, es importante considerar la prevención. Chile ha avanzado tanto a nivel de investigación como en cuanto a suscribir postulados de la Organización Mundial de la Salud, de la Organización Panamericana de la Salud y de la Convención de Derechos Humanos. Más aún: hoy tenemos la Ley 20.584 sobre Derechos de las Personas con Enfermedades Mentales, que ya no se consideran como 'enfermos' sino como personas discapacitadas, lo que deja de lado la connotación peyorativa que había antes.
Además, en Chile se usa el instrumento de evaluación para los temas de salud mental (OMS-IESM) conocido también como WHO-AIMS (World Health Organization Assessment Instrument for Mental Health Systems), que ha permitido incrementar en 260% el número de establecimientos donde se entrega atención especializada a nivel primario, tanto urbano como rural.
La salud mental además está relacionada con la búsqueda de la felicidad del ser humano, que a su vez se vincula con cinco aspectos esenciales: Calidad de vida y emociones positivas; Involucrarse con lo que uno hace, que permite fluir los talentos y destrezas personales; Establecer buenas relaciones con el prójimo, logrando redes de apoyo familiar, social y de amistad; Fijarse metas realistas de autosuperación con satisfacción; y Descubrir el propio sentido de la vida acompañado de espiritualidad.
Podemos concluir entonces que la salud mental consiste en la capacidad de las personas y de los grupos para interactuar entre sí y con el medio ambiente, de modo de promover el bienestar subjetivo, el desarrollo y uso óptimo de las potencialidades psicológicas, cognitivas, afectivas, y el logro de metas individuales y colectivas en concordancia con la justicia y el bien común.