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Apuntar a adolescentes, mujeres y adultos jóvenes en la prevención del riesgo suicida
Prevenir estas muertes no es sólo una tarea de los profesionales de la salud, porque también están la comunidad, las instituciones públicas y privadas y los medios de comunicación. Este tema fue analizado en el Simposio de “Detección de Conducta Suicida y Primera Ayuda Frente a la Crisis”, que se realizó en el Campus Bellavista de la USS.
Miércoles 25 de octubre de 2017
Una muerte cada 40 segundos como consecuencia de un suicidio ocurre en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Chile, en tanto, una de cada 10 personas falleció por esta causa, entre los años 2000 y 2015, de acuerdo con cifras del Ministerio de Salud.
Si bien en nuestro país las muertes por lesiones auto infringidas ocurren en edad adulta y mayoritariamente en hombres, hoy los expertos ven con preocupación manifestaciones o intentos de suicidio en jóvenes.
“Desgraciadamente están aumentando los casos de suicidio en menores de 14 años y uno de los grupos de mayor riesgo hoy es el que está entre los 14 y 19”, aseguró Tomás Baader, médico psiquiatra y fundador de la Alianza contra la Depresión y el Suicidio (ACHID), en el marco del coloquio “Detección de Conducta Suicida y Primera Ayuda Frente a la Crisis”, organizado por el Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y Personalidad, MIDAP y patrocinado por la Universidad San Sebastián.
Según el experto, “de la mortalidad por suicidio en las mujeres, el 25% de la muestra corresponde a jóvenes de entre 15 y 19 años, mientras que el peak de los hombres se da en una edad media de entre 35 y 45 años, pero lo que llama la atención es que a las jóvenes les está resultando y eso quiere decir que están accediendo a más información a través de internet, donde se vinculan con la idea de muerte”.
Claudia Moya, académica de la Facultad de Enfermería de la USS e investigadora del MIDAP afirmó que en el caso de los jóvenes “es importante identificar factores de riesgo, además de evaluar si tiene conductas auto lesivas e interpretar en una escala con diversas preguntas si está pensando en morir”.
Asimismo sostuvo que “se debe determinar si hay intentos de suicidios previos de él o de sus familiares, desesperanza o problemas de salud mental de él o alguien de su entorno cercano. En ese sentido, en los colegios generalmente se dan cuadros de depresión o ansiedad”.
Respecto a las mujeres, la docente manifestó que “si bien hay varias características que nos protegen, porque tenemos más lenguaje emocional y está socialmente aceptado que la mujer pueda hablar de lo que le pasa y manejamos recursos para pedir ayuda, algo está sucediendo y tal vez tiene que ver con la presión social y laboral. El cumplir un montón de roles también genera mucha tensión”.
Efecto Depresión
En cuanto a la depresión, Baader, explicó que es una enfermedad muy frecuente y que el 17,5% de la población general evaluada en Chile la padece. Sin embargo, precisó que no es el único factor asociado al riesgo suicida, pero sí en un 70% de los casos consumados.
Al respecto, señaló que “si no hay campañas públicas, la mayoría de las personas que se van a suicidar no alcanzarán a llegar a sus redes de apoyo y por eso hay que sensibilizar a la población sobre las conductas suicidas y la detección precoz de la depresión”.
Una mirada similar manifestó, Irma Rojas enfermera salubrista y asesora del Departamento de Salud Mentaldel Ministerio de Salud (Minsal), quien planteó que es necesario “enfocarse en mujeres, adolescentes y adultos jóvenes”.
Nuevo foco y medios de comunicación
Un dato relevante que entregó tiene que ver con la plataforma telefónica “Salud Responde”, donde la gran mayoría de las llamadas que se generan, son hechas por mujeres. Entre enero y octubre de este año se totalizaron 231 notificaciones de intentos de suicidios a nivel nacional y gran parte de ellas se concentran en la Región Metropolitana.
Rojas precisó que en el caso de los hombres, cuando llaman son ellos, los propios afectados, mientras que las mujeres se contactan por terceros como los hijos, el marido o una hermana. Al entregar detalles del Programa Nacional de Prevención Nacional del Suicidio implementado a contar del año 2007, la asesora del Minsal precisó que para reducir la mortalidad del suicidio en ambos sexos se tuvo que impulsar este plan con un carácter regional, “considerando las características particulares de cada zona que hacen que los riesgos sean distintos”.
También se instaló “un sistema de vigilancia que no sólo incluyese los hechos consumados sino también los intentos suicidas, para poder registrarlos y así dar una respuesta más eficaz al contactar a las familias para brindarles apoyo, emocional, psicológico y terapias”.
Rojas indicó que otro aspecto clave del plan ha sido la capacitación de la comunidad y también del personal de salud porque son “quienes debiesen saber cómo detectar a las personas en riesgo y la forma de intervenir, además de conocer qué se debe o no decir y hacer en estos casos”.
No obstante, Rojas indicó que hay un elemento fundamental que está pendiente y es el manejo de los casos en los medios de comunicación en una situación de crisis. “Hace pocas semanas tuvimos un ejemplo clarísimo de cómo se informó sobre un suicidio, a raíz de la muerte de una persona con cianuro y a los pocos días fallecieron dos más. Los medios no sólo entregaron antecedentes sobre el método, sino también donde se compraba y cómo se usaba esta sustancia, lo que puede derivar en el fenómeno de contagio e imitación”.