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Día Internacional del Ciclista: ¿Santiago está preparado para las dos ruedas?
El destacado arquitecto Albert Tidy menciona que cuando la ciudad no trabaja de manera integrada en una solución para el ciclista, el producto final puede ser “inorgánico”, “desarticulado” e, incluso, “ilógico”.
Martes 18 de abril de 2017
La bicicleta es actualmente una solución al tráfico en ciudades como Santiago, reduciendo los tiempos y mejorando el desplazamiento en distancias relativamente cortas. ¿El problema? Al menos en la Región Metropolitana, el conflicto estaría en la poca coordinación.
Así lo explica el arquitecto Albert Tidy, quien es decano de la Facultad de Arquitectura y Arte de la Universidad San Sebastián: “No se planificó una red para recibir esta tendencia y en todo el Gran Santiago existen ciclovías de las más diversas calidades. Es probable que Providencia, Ñuñoa o Santiago Centro sean las comunas con mayor intensidad de ciclistas, pero donde cada municipio pensó endogámicamente su solución. Esto terminó en ciclovías inorgánicas, desarticuladas y de trazados a veces muy ilógicos”.
Una de las razones del boom de la bicicleta se centraría en que la comodidad se aleja cada vez más de la idea de movilizarse en automóvil por la ciudad, debido la congestión vehicular que alteró la calidad de vida en las urbes. Muy por el contrario, cuenta Tidy, hoy el ideal se ve en quien pueda moverse caminando por la ciudad o que haya logrado reducir su tiempo de desplazamiento.
“Tarde o temprano todo esto tendrá que regularizarse, porque la presión de los ciclistas va creciendo día a día”, asegura. “Debería haber vías pensadas para los ciclistas, no recortadas a franjas de parques o franjas de calles, como existen hoy. Debe ser una red interconectada, que estuviese normada por el Ministerio de Transportes, con vías troncales de bicicletas, pensando desde la lógica de los flujos”, dice.
¿Y Santiago está preparado para esto? “La masividad de la bicicleta no es para toda la población de Santiago, porque es una ciudad demasiado extensa e inclinada”, menciona el también Master en Arquitectura de la Universidad de Yale, EE.UU., agregando que “con una pendiente del 2%, que en algunos puntos alcanza 4%, no funciona para desplazamientos muy largos”.
Sin embargo, al contrario de lo que muchos pueden pensar, “la bicicleta no es la solución a la necesidad de un transporte público de calidad e integrado para Santiago. Hacen falta buses de superficie y una red unificada de metro, que se sume a la peatonalización del triángulo fundacional de Santiago, que es el polígono comprendido entre la Alameda, el río Mapocho y la carretera Norte-Sur”, recalca Tidy.