Con el objetivo de incentivar la permanencia en un solo establecimiento y contar con profesores especialistas desde el séptimo año de escolaridad, la Ley General de Educación (LGE) estableció en 2009 que a contar de 2018 los colegios del país debían implementar un nuevo sistema de enseñanza: seis años de educación básica y seis años de media.

No obstante, este año surgió una importante barrera, ya que se propone retrasar en 10 años este cambio para iniciarlo recién en 2027. ¿Las razones? Que el plazo anterior se hizo insuficiente por la complejidad de cambios que esto implica. Entre otras, la infraestructura de más de 4.200 establecimientos y la especialización de los profesores.

Se estima que al menos 40% de los docentes que actualmente realizan clases a estudiantes de séptimo y octavo básico, deberían especializarse. Es decir, más de 25.000 profesores.

“Está bien, es entendible que se deba aplazar el cambio por cuestiones de infraestructura y de especialización de los docentes; pero 10 años es demasiado. Si no se puede reformar a partir de 2018, al menos debiese comenzar la transición desde ya, para que en un plazo de 10 años como máximo, este cambio sea una realidad en las aulas”, afirma la directora de Pedagogía en Educación Básica de la Universidad San Sebastián, Mariana Oyarzún.

Según argumenta, en los colegios del país actualmente ya hacen falta los cambios. “Los niños de 6° y 7° básico ya requieren de profesores especialistas. Ya no es como antes, los tiempos han cambiado, las miradas son distintas y el proceso cognitivo de los niños, también”, dice.

A su juicio, esta medida puede ser muy tardía para 2027. “En diez años las necesidades pueden cambiar y los perfiles necesarios para entonces, pueden ser otros. Si vamos a contextualizarnos en la realidad, que sea desde ahora”.