Hace unos días científicos franceses descubrieron una nueva variante del virus SARS-COV-2, a la que llamaron IHU, la cual cuenta con 46 mutaciones, nueve más que Ómicron (37).  

Aún no está claro su origen. En un artículo de la publicación científica medRxiv se indica que el primer caso  se identificó en un adulto francés que había viajado a Camerún tres días después de haber regresado a Francia. El paciente presentó problemas respiratorios leves. Luego de una prueba nasofaríngea se detectó una combinación atípica del virus SARS-CoV-2 que no correspondía al patrón de las variantes ómicron o delta.

Investigadores de Japón y EE.UU. descubrieron que la variante Ómicron ataca con menor frecuencia los pulmones. En cambio, suele afectar más las vías respiratorias superiores como la nariz, la garganta y la tráquea. Estudios de la Universidad de Hong Kong señalan que infecta el sistema bronquial 70 veces más rápido que la variante delta y que se multiplica en esa zona, pero que se propaga hasta diez veces menos en el tejido pulmonar.

Al respecto, el presidente del Instituto de Políticas Públicas en Salud (IPSUSS) de la U. San Sebastián, Dr. Manuel José Irarrázaval, esto demuestra que "se trata de un virus que es mucho más infeccioso, pero menos grave". De acuerdo con el médico, lo positivo de esto es que "hay menos gente que se siente mal", pero lo negativo es que al no tener molestias, las personas no toman precauciones lo que "es un elemento multiplicador de la transmisibilidad del virus".

Según los reportes del Ministerio de Salud, a la fecha no hay registro de ningún paciente contagiado con Ómicron que haya requerido ser hospitalizado y, menos aún, de algún fallecido.