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¿En qué consiste la enfermedad de boca, manos y pies?
Las autoridades de salud han advertido de un aumento de casos en cuatro regiones del país.
Martes 24 de octubre de 2017
Se trata de una patología ocasionada por el virus conocido como Coxsackie. Es relativamente estacional y afecta principalmente a lactantes y niños menores de 5 años, pero también puede transmitirse a los adultos. Pese a ser un cuadro común, su aparición en cuatro regiones con un total de 380 casos, puso en alerta a las autoridades de salud.
Claudia Velastegui, académica de la Facultad de Medicina de la Universidad San Sebastián (USS), afirma que “es un cuadro viral que primero se manifiesta con fiebre muy alta, que incluso puede llegar hasta los 39 grados, además de dolor de garganta y lesiones en el cuerpo como son ampollas en las palmas de las manos, en las plantas de los pies y al interior de la boca”.
La profesional agrega que estas ampollas “miden entre 3 y 5 milímetros” y junto a esta manifestación “se genera un compromiso del estado general de los niños, como la disminución del apetito y algunas molestias digestivas, además de síntomas respiratorios compatibles con un resfrío”.
En cuanto al período de infección, la docente de la USS indica que “el cuadro dura aproximadamente una a dos semanas como máximo y tiene un período de incubación de entre 3 y 10 días, aproximadamente”.
El contagio se produce principalmente en lactantes y menores de 5 años. Sin embargo, la especialista en medicina familiar dice que también le puede dar a un mayor de 10 años e incluso a los adultos, aunque no van a tener todos los síntomas, ya que las ampollas son más usuales en los niños”
En cuanto a cómo se contrae la enfermedad, la académica indica que el virus se propaga a través de la saliva y las secreciones nasales, por lo tanto al hablar, toser o estornudar ya se está diseminando. Después está el contacto directo con el líquido que secreta de las ampollas y en tercer lugar, las deposiciones que también están contaminadas también”.
Cuidados
En ese sentido, Claudia Velastegui precisa que si “la mamá o la cuidadora del jardín infantil mudó a un niño enfermo, sin un adecuado lavado de manos posterior, puede contagiarse y generar un foco al tomar contacto con alimentos que eventualmente luego sean ingeridos por otros niños”.
No obstante, la docente señala que no hay complicaciones severas con la enfermedad “salvo en aquellos pacientes susceptibles a las convulsiones febriles, debido a la alta temperatura que produce este cuadro”.
Además sostiene que “podría haber deshidratación en el caso que el afectado lleve muchos días con fiebre y no se esté alimentando e ingiriendo líquido en forma adecuada”.
Lo importante a su juicio es que en una semana todos los enfermos ya están sanos, aunque las lesiones y síntomas son muy molestos y dolorosos para los más pequeños.
Sobre la razón de que esta enfermedad se produzca en primavera y verano, la especialista precisa que no se sabe de un factor específico, porque los virus son bastante cíclicos. “Quizás porque es muy contagioso ha llamado la atención, pero eso es una particularidad de cada virus y en este caso no es necesario exponerse tanto para contagiarse porque depende de la susceptibilidad del huésped y de factores ambientales que favorecen su multiplicación y propagación”, puntualiza la docente USS.
Respecto a la forma de enfrentar la enfermedad, Velastegui enfatiza que sólo hay un tratamiento general con antiinflamatorios y paracetamol. En el caso de las lesiones a la piel no se debe aplicar ningún tipo de loción o crema y hay que dejar que las ampollas evolucionen en forma espontánea.
Asimismo, puntualiza que “antes se usaba un gel anestésico para las aftas en la boca, pero este producto está prohibido en los niños, debido a los efectos secundarios que tiene y a la dificultad para dosificar su aplicación”.
Para prevenir, la especialista asegura que lo primero es preocuparse de la higiene del lugar, principalmente “en los jardines infantiles, salas cuna y colegios, donde se deben mantener limpias las superficies y extremar los cuidados con la manipulación de los pañales en el caso de las personas que están a cargo de los niños ya sea en los establecimientos educacionales como en las casas”.
También plantea que el menor que está enfermo debe permanecer aislado y quienes tengan contacto con él, deben lavarse bien las manos y usar productos antisépticos.
Para la académica, un elemento clave es “la pesquisa de los primeros síntomas y hacer una consulta precoz para poder disminuir la propagación y contagio con el virus”.