¿Por qué las embarazadas deben vacunarse contra la tos convulsiva?

El Ministerio de Salud anunció la incorporación de la vacuna contra el coqueluche dentro del Programa Nacional de Inmunización para mujeres embarazadas a partir de las 28 semanas de gestación.

Viernes 6 de octubre de 2017

¿Por qué las embarazadas deben vacunarse contra la tos convulsiva?
escrito por Álvaro Mociño

Actualmente la vacuna contra el coqueluche o tos convulsiva está considerada para los niños menores de dos años a los que se les suministra a los dos, cuatro, seis y 18 meses, con un refuerzo en primer y octavo año básico. Sin embargo, el Ministerio de Salud decidió incorporarla dentro del Plan Nacional de Inmunizaciones para las embarazadas con más de 28 semanas de gestación (7 meses).

Esto debido a que se observa un importante aumento de casos, siendo el grupo más afectado los niños menores de 1 año, que aún no cuentan con su esquema de vacunación primario completo.

Claudio Figueroa, académico del Departamento de Ciencias Biológicas y Químicas de la U. San Sebastián (USS), justifica esta estrategia porque permite que la madre no se enferme y además le transmite anticuerpos al bebé a través de la placenta y también por medio de la leche materna.

En ese sentido, el experto explica que en los primeros cuatro meses de vida los niños están vulnerables al no haber alcanzado la protección apropiada y tienen mayor riesgo de enfermar al exponerse a adolescentes o adultos contagiados con la bacteria que produce la enfermedad.

El académico agrega que el hecho de que "la maternidad se ha ido retrasando y si antes la media de hijos era a los 25 o 26 años, en el último tiempo se acerca de los 35 años y se ha distanciado el período de eficacia de la vacunación en la niñez y adolescencia".

Asimismo, Marcela Potin pediatra-infectóloga e integrante del comité de inmunizaciones de la Sociedad Chilena de Infectología sostiene que para prevenir enfermedad, una buena estrategia "es usar la vacuna en mujeres embarazadas con 28 semanas de gestación en adelante, para que la madre no se enferme y además le transmita anticuerpos al bebé a través de la placenta y también por medio de la leche materna".

Riesgos y tratamiento

Claudio Figueroa explica que la tos convulsiva en el caso de los lactantes puede ser grave.  "Los episodios de tos se extienden por 10 a 15 días y los niños no se pueden alimentar de forma correcta y es tanta la fuerza que hacen al toser, que se les puede generar hernias. Además, por los problemas para alimentarse e hidratarse, los bebés pueden sufrir convulsiones, apneas, además de un paro cardio respiratorio".

Marcela Potin, coincide en que la situación es delicada cuando se presentan los síntomas y la enfermedad en los adultos y especialmente en la madre o el padre de un bebé que no ha comenzado a recibir sus vacunas.

Y agrega que son precisamente estos niños, los que se enferman con mayor gravedad y manifiestan cuadros de neumonía pausas respiratorias o apneas y  se pueden poner cianóticos (morados) además de tener paros cardiorrespiratorios.

En ese sentido, la Infectóloga explica que "la vacunación para ellos es a los 2, 4, 6 y 18 meses de edad y luego en su etapa escolar en primero y octavo básico. De modo que en los primeros 4 meses de vida no han recibido ninguna o  sólo 2 dosis y por tanto, están vulnerables  al no haber alcanzado la protección apropiada".

La experta afirma además que "en Chile tenemos brotes cada tres a cinco años y el último se produjo entre los años 2011 y 2012 y se dan casos en primavera de manera habitual pero no sabemos por qué".

Asimismo indica que "en la Región del Maule no hay una situación particular que pueda explicar esto, sino que es probable que se asocie que esté circulando con mayor intensidad la bacteria entre los adultos que no tienen anticuerpos porque la efectividad de las vacunas pediátricas no supera los 12 ó 13 años".

Cuando se trata de personas contagiadas, Potin afirma que se debe tratar a los pacientes con antibióticos para eliminar la bacteria entre quienes tienen los síntomas y sus contactos cercanos.

Patología y contagio

El coqueluche es una patología de origen bacteriano que "tiene cuadro bastante particular ya que durante su período de incubación se confunde con un resfrío clásico y los síntomas iniciales no son muy llamativos".

Agrega que "hace que en los pulmones se acumulen secreciones y el período contagioso no es cuando se está cursando la tos convulsiva, sino que la etapa anterior y ahí está el peligro principalmente para los lactantes".

El coqueluche se transmite a través de gotitas de secreciones respiratorias de personas infectadas. El tiempo que transcurre desde la exposición a la bacteria que origina esta enfermedad hasta la manifestación de los primeros síntomas es de aproximadamente entre tres a quince días. Lo primero que aparece son tos leve, estornudos o secreción nasal y fiebre leve. Después de una o dos semanas, la tos se vuelve incontrolable y suele terminar con una inspiración violenta y prolongada.

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