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Chile: primer lugar en obesidad infantil en América Latina y sus consecuencias físicas, psicológicas y en la salud de la sociedad
Según un estudio del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), el avance de la obesidad en Chile no se detiene. Esto porque el análisis afirma que el 70% de los niños podría llegar a ser obeso próximamente.
Martes 26 de enero de 2016
Chile actualmente se encuentra en el 6° lugar mundial en obesidad infantil y en el primer puesto en América Latina. Así lo demostró un estudio recientemente publicado en la revista del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), en el que advierte que en Chile el 70% de los niños va a ser obeso en el corto plazo.
Esto se suma a la entrega de un informe realizado por la Comisión de Finalización de la obesidad infantil (ECHO, por sus siglas en inglés) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que tras dos años de investigaciones propone una serie de recomendaciones para los gobiernos encaminados a revertir la tendencia al alza de los niños menores de 5 años.
"Se necesita un mayor compromiso político para abordar el desafío mundial del sobrepeso y obesidad infantil", dice Sir Peter Gluckman, co-presidente de la Comisión. "La OMS tiene que trabajar con los gobiernos para implementar una amplia gama de medidas que aborden las causas ambientales de la obesidad y el sobrepeso, y ayudar a dar a los niños el comienzo saludable en la vida que se merecen", afirmó Gluckman.
Según datos del Ministerio de Salud, en Chile para el año 2003 las personas obesas alcanzaban 6,8 millones, cifra que se vio aumentada para el año 2010, llegando a 8,9 millones de personas.
Además, las estadísticas destacan que en Chile el 22,3% de los niños de pre kínder son obesos, el 23,6% de Kínder, el 25,3% de primero básico. Esto se debe a que el consumo de algunos alimentos en Chile se dispara.
En el consumo de alimentos como el azúcar, sal, mayonesa y helados, el chileno supera con facilidad al resto de América Latina, muchas veces doblando y hasta triplicando la ingesta por persona de estos productos.
Asimismo, el informe entregado por ECHO afirma que muchos niños están creciendo hoy en entornos propicios al aumento de peso y la obesidad. Esto es impulsado por la globalización y la urbanización, la exposición a ambientes insalubres está aumentando en países de altos, medios y bajos ingresos y en todos los grupos socioeconómicos. La comercialización de alimentos poco saludables y bebidas no alcohólicas fue identificada como un factor importante en el aumento del número de niños con sobrepeso y obesidad, particularmente en el mundo en desarrollo.
El Dr. Sania Nishtar, miembro de la comisión que elaboró el informe de la OMS comentó que "El impacto del sobrepeso y la obesidad en la calidad de vida de un niño, se enfrenta a una amplia gama de barreras, incluidas las consecuencias físicas, psicológicas y de salud. Sabemos que la obesidad puede tener un impacto en el nivel de instrucción también y, esto, combinado con la probabilidad de que seguirán siendo obesos en la edad adulta, plantea importantes consecuencias sanitarias y económicas para ellos, sus familias y la sociedad en su conjunto".
La prevalencia de sobrepeso en los niños menores de 5 años ha aumentado entre 1990 y 2014, del 4,8% al 6,1%. El número de niños con sobrepeso en los países con ingresos medianos-bajos se duplicó durante ese período, pasando de 7,5 millones a 15,5 millones.
En 2014, un 48% de todos los niños con sobrepeso y obesos menores de 5 años vive en Asia y una cuarta parte (25%) lo hace en África. El número de niños con sobrepeso menores de 5 años en África casi se ha duplicado desde 1990, pasando de 5,4 millones a 10,3 millones.
El Informe ECHO tiene 6 recomendaciones principales para los gobiernos
1.- Promover el consumo de alimentos saludables: Implementar programas integrales que promuevan el consumo de alimentos saludables y reducir la ingesta de alimentos poco saludables y bebidas azucaradas en niños y adolescentes (a través, por ejemplo, de la imposición efectiva sobre las bebidas endulzadas con azúcar y poner freno a la comercialización de alimentos poco saludables).
2.- Promover la actividad física: Implementar programas integrales que promuevan la actividad física y reducir el sedentarismo en niños y adolescentes.
3.- Antes de la concepción y el embarazo de atención: Integrar y reforzar la orientación para la prevención de las enfermedades no transmisibles (ENT) con orientación actual sobre la preconcepción y la atención prenatal (para reducir el riesgo de la obesidad infantil mediante la prevención de bajo o alto peso al nacer, la prematuridad y otras complicaciones en el embarazo).
4.- Dieta de la primera infancia y la actividad física: Proporcionar orientación sobre una dieta saludable, dormir y la actividad física en la infancia. Promocionando hábitos saludables y asegurando que los niños crezcan adecuadamente. El desarrollar hábitos saludables es posible mediante la promoción de la lactancia materna; limitar el consumo de alimentos ricos en grasas, azúcar y sal; asegurar la disponibilidad de alimentos sanos y la actividad física en los entornos de la primera guardería.
5.- Salud, nutrición y actividad física para los niños en edad escolar: Implementar programas integrales que promuevan ambientes escolares saludables, la salud y la nutrición de la alfabetización y la actividad física entre los niños y adolescentes (mediante el establecimiento de normas para las comidas en niños en edad escolar; la eliminación de la venta de alimentos poco saludables y bebidas, incluyendo la salud, la nutrición y la educación física de calidad en el plan de estudios).
6.- Control de peso: Proporción basada en la familia, de múltiples componentes, servicios de gestión de peso estilo de vida para los niños y jóvenes que son obesos.
El informe aclara que los hallazgos realizado por ECHO instan a la OMS para institucionalizar, un enfoque transversal y mejorar un ciclo de vida para acabar con la obesidad infantil. El informe también identifica una serie de acciones a realizar por otros actores, llamando a las organizaciones no gubernamentales a elevar el perfil de la obesidad infantil y abogar por mejoras en el medio ambiente, apoyando la producción a través de la empresa privada y mejorando el acceso a los alimentos y bebidas que contribuyen a una dieta saludable.