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OMS: Alcanzar metas de desarrollo requiere fuerte aumento de inversiones en agua y saneamiento
Los países no están incrementando las inversiones a un ritmo suficiente para alcanzar las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible relativas al agua y al saneamiento, según dice un nuevo informe publicado por la OMS en nombre de ONU-Agua. Los presupuestos para agua, saneamiento e higiene han aumentado a un ritmo medio del 4,9% anual en los últimos 3 años. Sin embargo, el 80% de los países considera que la financiación de estos servicios sigue siendo insuficiente para alcanzar sus metas.
Martes 18 de abril de 2017
Los países no están incrementando las inversiones a un ritmo suficiente para alcanzar las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relativas al agua y al saneamiento, determinó un nuevo informe publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en nombre de ONU-Agua, el mecanismo de coordinación entre organismos de las Naciones Unidas para todos los problemas relacionados con el agua dulce, incluido el saneamiento.
"Cerca de 2.000 millones de personas todavía utilizan fuentes de agua de bebida contaminadas por heces, con el consiguiente riesgo de contraer enfermedades como el cólera, la disenteria, la fiebre tifoidea o la poliomielitis»", dice María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Determinantes Ambientales y Sociales de la Salud de la OMS.
"Según las estimaciones, el agua de bebida contaminada causa más de 500 000 muertes anuales por diarrea y es uno de los principales factores que contribuye a varias enfermedades tropicales desatendidas, como las parasitosis intestinales, la esquistosomiasis o el tracoma", dice Neira.
El informe hace hincapié en que los países no alcanzarán el objetivo mundial de lograr el acceso universal al agua de bebida salubre y al saneamiento si no adoptan medidas para utilizar los recursos financieros de forma más eficiente y no redoblan los esfuerzos por identificar nuevas fuentes de financiación.
Según el informe GLAAS (Análisis y evaluación del saneamiento y el agua de bebida) 2017 de ONU-Agua, los países han aumentado sus presupuestos para agua, saneamiento e higiene a un ritmo medio del 4,9% anual a lo largo de los últimos 3 años. Sin embargo, el 80% de los países consideran que la financiación del agua, el saneamiento y la higiene sigue siendo insuficiente para alcanzar sus metas con respecto a estos servicios.
En muchos países en desarrollo las actuales metas nacionales de cobertura se basan en lograr el acceso a infraestructuras básicas, que no siempre pueden proporcionar servicios continuamente seguros y fiables. Las inversiones previstas todavía tienen que tener en cuenta las metas mucho más ambiciosas de los ODS, que consisten en lograr, para 2030, el acceso universal a servicios de suministro de agua y saneamiento gestionados de forma segura.
Según las estimaciones del Banco Mundial, para alcanzar las metas mundiales de los ODS es necesario triplicar las inversiones en infraestructura hasta alcanzar los US$ 114.000 millones anuales, cifra que no incluye los costos de operación y mantenimiento.
Aunque el déficit de financiación es muy grande, 147 países han demostrado antes ser capaces de movilizar los recursos necesarios para alcanzar la meta de los Objetivos de Desarrollo del Milenio consistente en reducir a la mitad la proporción de personas sin acceso a una fuente mejorada de agua, y otros 95 para alcanzar la meta correspondiente relativa al saneamiento. Las metas mucho más ambiciosas de los ODS necesitarán medidas colectivas, coordinadas e innovadoras para movilizar una financiación aún mayor, procedente de todas las fuentes: impuestos, tarifas (pagos y trabajos de los hogares) y transferencias de los donantes.
"Estamos ante un reto que podemos superar», dice Guy Ryder, Presidente de ONU-Agua y Director General de la Organización Internacional del Trabajo. «El aumento de las inversiones en agua y saneamiento puede aportar beneficios considerables a la salud y el desarrollo humanos, generar empleo y conseguir que nadie se quede atrás".
Otros resultados:
Los desembolsos de la asistencia oficial para el desarrollo (AOD) en materia agua y saneamiento van en aumento, pero las inversiones futuras son inciertas
Los desembolsos (gastos) de la AOD para agua y saneamiento han aumentado de US$ 6300 millones en 2012 a US$ 7400 millones en 2015. Sin embargo, los compromisos de ayuda en esta esfera han disminuido de US$ 10 400 millones en 2012 a US$ 8200 millones en 2015. Dado que los compromisos son plurianuales, si siguen disminuyendo es probable que también disminuyan los desembolsos futuros. Considerando que las necesidades serán mayores si se quiere seguir avanzando hacia el acceso universal a servicios de suministro de agua y saneamiento gestionados de forma segura que requieren los ODS, las posibles reducciones futuras de los desembolsos de la asistencia están reñidas con las aspiraciones mundiales.
La ampliación de los servicios de suministro de agua y saneamiento a los grupos vulnerables es una prioridad política, pero está retrasada
Más del 70% de los países dicen disponer en sus planes sobre suministro de agua y saneamiento de medidas específicas para llegar a las poblaciones pobres. Sin embargo, la ejecución de esas medidas concretas está retrasada: son pocos los países que se consideran capaces de aplicar sistemáticamente medidas de financiación para destinar recursos a las poblaciones pobres. El aumento y mantenimiento del acceso al suministro de agua y saneamiento para los grupos vulnerables será fundamental para alcanzar no solo el ODS 6, sino también el ODS 3, consistente en «garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos a todas las edades.»
El informe GLAAS de 2017 presenta un análisis de los datos más fiables y actuales de 75 países y 25 organismos de asistencia externos sobre temas relacionados con la financiación del acceso universal al agua y al saneamiento en el contexto de los ODS. El agua de bebida salubre y el saneamiento son fundamentales para el bienestar humanos, pues contribuyen a la salud y la subsistencia, además de ayudar a crear entornos saludables. El agua de bebida insalubre afecta a la salud humana causando enfermedades como la diarrea, y las aguas residuales no tratadas pueden contaminar el suministro de agua de bebida y el medio ambiente, generando una pesada carga para las comunidades.