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Fernando Muñoz: "Si no avanzamos más en cobertura de vacunación no es por desconfianza, sino porque las estrategias toparon techo"
Según el jefe del Departamento de Inmunizaciones del Ministerio de Salud, Chile tiene una alta tasa de vacunación ( 90%), pero hay ciertos mitos asociados a esta prevención que hacen que muchos padres prefieran no implementarla con sus hijos.
Viernes 10 de junio de 2016
Según Fernando Muñoz, jefe del Departamento de Inmunizaciones del Ministerio de Salud (Minsal), Chile tiene una buena tasa de vacunación en general, aunque cada cierto tiempo aparecen grupos que las cuestionan. Asegura que en la campaña contra la influenza, ya llegan al 77%, pero que estarán sobre el 85% a fines de este mes.
- ¿Qué impresión le dejan los datos publicados por la Encuesta IPSUSS, donde un 21% de los padres considera que las vacunas son perjudiciales para sus hijos?
- Me es bastante coincidente con lo que nosotros hemos encontrado en estudios cualitativos que hemos hecho. Lo que llama la atención sí acá es que ese 21% es la suma de 5% que cree que son perjudiciales y otro 16% que cree que algunas veces son perjudiciales, entonces no son la misma cosa. Lo que uno podría opinar es que ese 16% es una cifra que está influenciado por las polémicas que se generan en torno a algunas vacunas. Algunos afirmar que el timerosal puede ser malo, porque el rechazo o la duda no es a la vacuna como concepto, sino a los componentes de ella. Entonces algunas veces hay que interpretarlo así.
- ¿Entonces el rechazo es al componente que podía hacer mal, no que las vacunas en sí afecten a nuestro organismo o desarrollo del mismo?
- Se entiende que la gente no ve que las vacunas seas perjudiciales, sino que algunas veces y ciertos componentes pueden ser perjudiciales.
- ¿Ahora, ese 5% se ajusta al estándar mundial, o está bien para Chile?
- Hay pocos estándares mundiales, lo único que podría decir es que cifras de California (Estados Unidos), donde se desencadenaron brotes de sarampión los últimos años, se relacionó con una baja en la cobertura de vacunación que pudo tener una cobertura del 70%, lo cual es bajo para el sarampión. Y en paralelo existe la objeción de conciencia que sirve para no someterse a ciertas obligaciones. En el caso de California, los niños al inscribirse en la escuela en primer grado, tienen que llevar el certificado de vacuna, una obligación legal. Entonces la objeción era del 3%, pero eso subió hasta el 8%, lo que es coincidente con las bajas de coberturas. Entonces, este 5% no me extraña y coincide también que cuesta mucho lograr cobertura sobre el 95%.
- De los visto por ustedes, ¿cuáles son los principales mitos asociados a las vacunas?
- Son variables y están de acuerdo a la vacuna. Por ejemplo, en la influenza la mitología es que está enferma y puede ser peor vacunarte porque puede darte una gripe, lo cual es un mito porque la vacuna no tiene componentes que puedan reproducirse en el ser humano y producir enfermedad. Lo que ocurre es que se vacuna cerca del invierno y hay coincidencia de resfriarse. También hay mitología en el VPH de que esta vacuna produce desmayo o porque a alguien se le ocurrió que esa vacuna podría producir enfermedades neurológicas. O del timerosal que podría provocar autismo, cosa que está totalmente rechazado. Al final lo que pasa es que se magnifican eventos adversos, que pueden ocurren, pero con una frecuencia comparada bajísima.
- También existe una especie de grupos reticentes a las vacunas…
- En términos de fenómenos sociales, la difusión a través de las redes sociales de este tipo de afirmaciones erróneas respecto a las vacunas, ha influido bastante en que la gente tenga este tipo de posiciones. Desde la perspectiva de validar lo que ahí se informa es un problema serio.
- ¿Hay alguna estratégia para aumentar más la vacunación y que se siga con una inmunización sobre el 80%?
- Sólo educar, educar y educar. Nosotros lo que hacemos es incorporar este mensaje de seguridad sobre las vacunas en todas las acciones comunicacionales que hacemos en la influenza, vacunas nuevas u otras. Y también hay otro aspecto: los principales educadores son los médicos, enfermeras y equipos de salud. Lo que encontramos en los estudios cualitativos es que la gente confía en lo que le dice el pediatra y el equipo de los consultorios en el caso de los grupos socioeconómicos de más bajos ingresos. Por tanto, ese grupo tiene que estar informado, saber lo que pasa; no puede aparecer desconfianza de las políticas de vacunación del ministerio por desconocimiento y lamentablemente eso pasa a veces. También el apoyo de las sociedades científicas, de pediatría o infectología u otras son muy relevantes.
- Respecto a la vacunación de este año contra la influenza, ¿cómo van los registros?
- Va un poco mejor que el año pasado. En nuestra última evaluación se está llegando al 77% y por lo tanto, así como van las cosas, dentro de este mes deberíamos alcanzar una cobertura un poco superior al 2015, que fue de 85% en una población que es mucho más grande que la que habitualmente vacunábamos. Esto, porque ahora estamos llegando a 5.170.000 la población, entonces, va llegando a lo máximo que hemos alcanzado históricamente. Sino avanzamos más en cobertura hoy día en Chile no es por la desconfianza a las vacunas, sino porque las estrategias toparon techo.
- ¿Y dónde está lo más difícil de llegar?
- Es difícil subir más porque tenemos problemas de llegar a tres grupos principalmente. Uno, los adultos mayores jóvenes, por así decirlo, que 65 y 80 años, que es gente recientemente activa y que por lo tanto, no considera necesario protegerse de manera especial. Y éste es el grupo con más baja cobertura. Después están los niños que tiene entre dos y tres años. Niños que no van a control con la misma frecuencia a los servicios de salud ni tampoco van a jardines infantiles porque la cobertura es baja. Y el último grupo son las embarazadas. En este último caso la cultura de vacunación asociada es muy difícil de implantar, incluso los mismos médicos muchas veces son reticentes a tocar con cualquiera droga a alguna embarazada.
- ¿Y en la vacunación contra el papiloma humano, cómo va la cobertura?
- Tenemos una cobertura de 85%, lo cual en el mundo es muy buena.
- Hace unos días la ministra Castillo informó al Congreso el estado de ejecución de su cartera y mencionó también que están estudiando distintas vacunas nuevas para ser implementadas en 2017 ¿Hay certeza ya de cuáles serán?
- Sí. Nosotros hacemos consultas a nuestro comité asesor cada vez que pensamos aconsejable introducir una nueva vacuna. En este caso las consultas son para introducir la vacuna contra la tos convulsiva en las embarazadas, que es una forma de proteger a las guaguas chicas, ya que como vacunamos a partir de los dos, cuatro y seis meses, los niños que tiene coqueluche grave y fallecen -8 niños en 2014 en el país- son niños de menos de seis meses y por lo tanto, se le ha alcanzado aponer una sola dosis, y eso no basta. En el Reino Unido la vacunación en embarazadas que se viene implementando hace varios años .Y acá el comité nos ha dicho que quieren observar más tiempo la experiencia en otros países, pero vamos a insistir ya que al Reino Unido le ha ido muy bien.
- Y hay otras viendo con más posibilidades para implementar a partir de 2017…
- Está lo que pueda ocurrir con la vacuna de dengue, que pudiera ser una medida que tuviera sentido estudiarla para Isla de Pascua, porque es una vacuna nueva pero ya tiene una recomendación de la OMS en aquellas poblaciones donde la experiencia de la población con el dengue tipo 1 es alta. Serviría para evitar el ingreso de otros virus que cuando se producen epidemias por los otros tres tipos más frecuentes. Acá para aplicarlo se necesita conocer el estatus de la población y eso va a ser materia de un estudio que es parte del proyecto de control del mosquito en Isla de Pascua y el norte del país. Todas son cosas que no se pueden anunciar hasta que se hagan.