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Vacuna Covid-19: Expertos respaldan grupos prioritarios propuestos por Minsal
Personal de salud “para mantener la estructura sanitaria funcionando” y adultos mayores porque “concentran el mayor número de fallecidos en los datos actuales”. Esos son los principales argumentos para definir por qué ellos se deben vacunar primero.
Domingo 20 de diciembre de 2020
La llegada de la primera vacuna contra el Covid-19 al país, la que se espera ocurra a fines de esta semana, pone en discusión quiénes deben ser las primeras personas en ser vacunadas. El Ministerio de Salud ya definió los primeros grupos, partiendo por el personal de salud y adultos mayores.
Medida que cuenta con la aprobación de los técnicos y que quedó reflejada en el coloquio Covid-19 en Chile: ¿Quiénes deben vacunarse primero?, organizado por IPSUSS y el Centro de Políticas Públicas de la U. San Sebastián, donde participaron Jeannette Dabanch, presidenta del Comité Asesor en Vacunas e Inmunizaciones (CAVEI); Carlos Pérez, infectólogo y decano de la Facultad de Medicina y Ciencia USS y Miguel O’Ryan, investigador del Instituto Milenio de Inmunidad e Inmunoterapia de la Facultad de Medicina de la U de Chile.
Al respecto, el decano de la Facultad de Medicina y Ciencia U. San Sebastián, Carlos Pérez, indicó: “parece bastante razonable que cuando existe un número limitado de vacunas en esta etapa, priorizar al personal de salud con alto riesgo de exposición y contagio”.
El segundo grupo, a juicio del médico, “son los que tienen más riesgo de complicarse e incluso fallecer, y ahí estamos hablando de los adultos mayores que concentran el mayor número de fallecidos en los datos que tenemos hasta el momento, y a continuación, las personas con enfermedades crónicas que aumentan también el riesgo”.
Para la presidenta del CAVEI, “la priorización está absolutamente enlazada con un aumento de la demanda y bajo suministro en la fase inicial de campaña. Nuestra propuesta es partir por el personal sanitario (tanto público y privado, clínico, administrativo e internos). Es decir, todos los que tienen actividad directa o indirecta de la atención de un paciente”.
Respecto a qué otros grupos de la población se priorizar, la experta precisó que “dado el suministro limitado y fraccionado que va a producirse para nuestro país y que está observándose en todo el mundo, además del personal de salud, sugerimos vacunar a aquellas personas que desempeñan actividades esenciales de la comunidad y la gobernanza y los grupos más vulnerables. Eso significa incorporar también a los grupos que están en instituciones de larga estadía, instituciones de reclusión, Sename, y en la medida que tengamos más vacunas, ampliar a otros grupos”.
Por su parte, Miguel O’Ryan, argumentó que “la priorización va a tener que entrar al área chica, dependiendo de la cantidad de dosis que vayan llegando. A mi modo de ver al principio será un hibrido entre personal de salud de mayor riesgo y los adultos mayores que tiene mayor riesgo de morir. En la medida que las vacunas vayan llegando hay que ir vacunando a los dos grupos en forma paralela. Lo que no puede pasar es no vacunar a los adultos mayores -que tienen mayor riesgo de morir- porque estamos esperando vacunar al personal de salud. Dependiendo de la cantidad de vacunas que hay, va a ver que otros grupos se pueden ir sumando”.
Los expertos coinciden que vacunar a toda la población objetivo va a tomar tiempo, cerca de un año, por eso hacen hincapié en que se necesitan mantener las medidas de prevención como: el uso de mascarilla, el lavado de manos, la distancia física y agregan una cuarta, evitar salir si no es estrictamente necesario.
Más de una vacuna para Chile
La primera vacuna que se autoriza su uso en el país es la de Pfizer. Sin embargo, existen varias otras que se encuentran en fase de estudio clínico y que podrían ser prontamente aprobadas por las agencias regulatorias. Sobre este tema, los expertos coinciden en que de llegar otras alternativas se requiere una programación por parte de la autoridad sanitaria.
“Una persona no va a poder recibir dos vacunas diferentes. Esa es una primera máxima. Hay que programar. Es decir, aplicarlas por zonas o microzonas o por grupos de la población. Va a depender -y esto es relevante- del comportamiento de cada una de las vacunas en cuanto a reactogenicidad, eficacia, entendiendo que todas van a ser suficientemente seguras y que la eficacia va a ser buena. Todas esas variables van a tener que ir evaluándose para que cuando tengamos dos, tres o cuatro vacunas, se pueda hacer una planificación dónde voy a ir con una y dónde voy a ir con otra”.
La Dra. Dabanch sostuvo que “si se incorporan nuevas vacunas, cada una de ellas como todo producto, tiene indicaciones específicas (…), además habrá que evaluar de acuerdo con las diferentes necesidades de la población, de acuerdo a la morbilidad y otros criterios”.
Encuesta
Durante el coloquio, el director ejecutivo de IPSUSS, Arturo Zúñiga, presentó los resultados de la encuesta sobre la aceptabilidad de la población a la vacuna de COVID-19, donde un 39% de los santiaguinos señaló que es partidario de vacunarse inmediatamente, mientras que un 33% lo haría más adelante, un 15%, sólo si es obligatoria y un 13%, no se vacunaría.
Un 56,8% de los entrevistados considera que, si la vacuna no está disponible para toda la población, se debería priorizar al personal de salud, un 22,8% cree que a las personas mayores de 65 años y 10,2%, a los enfermos crónicos.