En primera fila estuvo sentada la representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y Organización Mundial de la Salud (OMS) en Chile, Paloma Cuchi, en la entrega de la Encuesta Nacional de Salud 2016-2017 la semana pasada por el Ministerio de Salud.

Según la funcionaria internacional, los resultados arrojan aspectos destacados como la baja en el tabaquismo, pero hay otros a los que se debe poner más atención: la obesidad y el sobrepeso debido a su incidencia en el desarrollo de otros problemas de la salud, como las enfermedades cardiovasculares, diabetes e hipertensión. 

- ¿Cómo interpreta los resultados de la última Encuesta Nacional de Salud 2016-2017? 

- En esta encuesta vemos una mezcla de cifras. Por un lado, políticas que sí funcionan al lado de otros resultados que no son tan alentadores. Lo que es interesante rescatar es que en tabaquismo la encuesta muestra cifras que son alentadoras y que parte de sus resultados es porque se pusieron en marcha algunas iniciativas y actividades decisivas como: el aumento de los impuestos, la prohibición de fumar en lugares cerrados de uso público; eliminación de la publicidad en los puntos de venta, entre otros.

- ¿Cómo traspasar esa experiencia para controlar la epidemia de la obesidad, donde Chile hace años viene con una alta prevalencia?

- A nivel de la OPS y la OMS tenemos un plan de obesidad que tiene cinco componentes que son esenciales. Chile está cumpliendo algunos de ellos, en lo nutricional, con el etiquetado de alimentos, de que no se comercialice estos productos en las escuelas, pero se tiene que mover a otros elementos como son la restricción de la publicidad en horarios infantiles o la dirigida a los niños. Asimismo, se tiene que favorecer el consumo de frutas, verduras y legumbres. 

- En actividad física tampoco salimos bien parados

- Exacto, debemos sumar la actividad física, donde hay un mínimo de la población que lo hace. Lo mismo que comer frutas de manera sostenida en la semana ya que es muy baja. Asimismo, hay deberes que quedan por hacer. Lo que creo que es fundamental es saber cuáles son los elementos de sostenibilidad, no sólo al cambio de gobierno, sino que cómo podemos hacer que lo que hemos avanzado no se vaya para atrás, y las cosas que se han quedado en el tintero retomen en la forma adecuada, porque no es sólo Chile, sino todo la región la que está yendo a un proceso de obesidad y sobrepeso. Chile, México y Barbados están a la cabeza.

- ¿Comparte la idea de aumentar los impuestos a bebidas azucaradas o bajarlos a aquellos alimentos saludables como frutas, verduras y legumbres?

- Lo que se tiene que facilitar es el aumento a las frutas y uno de ellos, es el precio, pero otro aspecto es favorecer lo que es la producción familiar; que el acceso o cercanía de estos productos estén a disposición del consumidor. Esto, porque muchas veces cuando tienes mercados locales o el cultivo sustentable, ayuda a facilitar el consumo. Todo esto debe ir acompañado también de lo que se enseña en las escuelas, en las casas. Es un proceso de educación, donde las personas sepan hacer esta combinación alimentaria. Una bebida de soda no puede ser el elemento esencial del día, la base son las comidas.

VIH

- La Encuesta Nacional de Salud 2016-2017 también mostró que Chile tiene una baja prevalencia de personas que se hacen el test de VIH. ¿Cree que ha fracasado la política de control de esta enfermedad?

- Aquí ha habido una combinación de temas, entre ellos, Chile tiene muy buenas cifras cuando hablamos de mujeres embarazadas con VIH y no trasmisión vertical. Donde se ha quedado corto -a mi juicio- son en las cifras en poblaciones más vulnerables para el VIH, que es donde posiblemente estamos viendo estos aumentos. También creo que ha habido una relajación en cuanto a las medidas preventivas, ya que como las cifras estaban relativamente bajas, cosas como el acceso a pruebas rápidas, que se retome la educación sexual saludable no solo para el VIH, sino para distintos tipos de infecciones de transmisión sexual, son temas importantes.

- ¿Educación sexual en los colegios?

- La educación sexual tiene que comenzar a una edad en la que pueda haber un inicio de los hábitos que se van a  compartir. Una vez que están puestos ya es más difícil demarcarlos. Hay educación sexual para todos los tipos de edad, es decir, es distinto lo que vas a hablar con una persona joven a una de 25 años. Y también hay que retomar cómo trabajamos y cómo hablamos y diseñamos políticas de intervenciones junto con las poblaciones que están más vulnerables.

Además, es importante mirar que se está haciendo desde el punto de vista de tratamiento, retomar el acceso a la atención y facilitarla. Todavía hay un aspecto esencial es el estigma y discriminación con esta infección. Son temas que deben tratarse en la población. Es conocido que las personas en cuanto más saben de educación sexual, más retrasan el inicio de su actividad sexual.