Colegio de Kinesiólogos: "Si cambiamos la política sanitaria de cuál es el rol del kinesiólogo podemos impactar de mejor manera en la población"

Leandro Miret, presidente del Colegio de Kinesiólogos de Chile, pide cambios al decreto que los rige del año 1958, un nuevo trato en sanitario de parte la autoridad y mejorar el campo laboral donde actualmente se desempeñan. Así también, solicita una mayor regulación en la formación de los futuros profesionales.

Miércoles 8 de junio de 2016

Colegio de Kinesiólogos: "Si cambiamos la política sanitaria de cuál es el rol del kinesiólogo podemos impactar de mejor manera en la población"
escrito por M.G.Opazo y O. Galaz

Para el presidente del Colegio de Kinesiólogos de Chile, Leandro Miret, los cambios que necesita su sector deben partir con una mejora en cómo el Estado los ve. Apuesta por un cambio de reglamento, mejoras salariales y una mejor comprensión de la función que cumplen con los pacientes.

- ¿Cuál es la visión y las proyecciones profesionales de los kinesiólogos en la actualidad?

- Hoy en día hay un número importantísimo de kinesiólogos en el país. Tenemos 11 kinesiólogos por cada 10 mil habitantes, aproximadamente, sin embargo, los países OCDE, que son más avanzados y lideran el desarrollo en kinesiología, tiene entre 20 y 25 profesionales. Bajo esa perspectiva podemos establecer que, efectivamente, si nosotros cambiamos un poco la política sanitaria respecto del cuál es el rol del kinesiólogo, y no solamente lo colocamos en un ambiente curativo sino también preventivo, de prevención de patologías, ahí está el impacto donde podemos generar mayores espacios laborales. Tenemos que hacernos cargo de esta realidad donde ni el Estado ni el sector privado están generando los puestos de trabajo. 

- ¿Y cuál es la protección ahora?

- Nuestra proyección es que este año vamos a llegar a tener más de 20 mil kinesiólogos. Queremos hacer un cambio desde la educación a la población respecto de lo que nosotros hacemos y cómo podemos impactar de mejor manera en ellos. Eso es necesario. Así también generar las políticas sanitarias necesarias para, por ejemplo, que las personas adultas mayores deberían ir a un gimnasio que esté liderado por kinesiólogos, sin la necesidad de una indicación médica. Sólo por el hecho de que todos necesitamos realizar ejercicios. Y el kinesiólogo, en la preparación sanitaria puede detectar cuando ese adulto mayor o esa persona con enfermedad crónica no transmisible, presenta una descompensación  y luego derivarla al médico tratante porque los kinesiólogos no nos hacemos cargo de la enfermedad, sino de la salud y la calidad de vida. Si detectamos una enfermedad y podemos colaborar en ella, perfecto, pero esta debe ser tratada por un médico. Ahí nosotros derivamos.

- ¿Cuáles son sus propuestas como objetivo sanitario?

- Estamos en discusión interna para proyectarla. Por ejemplo en el equipo infantil donde trabajo hay una gran ausencia porque los niños deben ir a clases, pero por qué tenemos al kinesiólogo que hace la recuperación funcional de los niños en un consultorio u hospital cuando deberíamos tenerlo en el colegio para hacerse cargo de todos los niños operados con disfunciones o escoliosis. Ahí los deberíamos tener. Ir y llevar la kinesiología a los lugares donde están las personas. Hacer atención a domicilio. Por ejemplo, Fonasa no cubre la atención kinesiológica en la casa y eso es un tema, porque la población adulto mayor en invierno se guarda, no sale al frío, el piso de pone resbaloso, la lluvia, etc, entonces se debería portar en eso. Otro punto es, por ejemplo, el costo directo a la persona: hoy día ir a tenderse con el kinesiólogo es caro; no tenemos estrategias comerciales ni un sistema sanitario de cobertura de salud que haga que sea más barato todo eso.

- ¿No tiene arancel Fonasa?

- Tiene un arancel Fonasa, pero finalmente el kinesiólogo recibe $6.000 por atención individual, entonces tienes que tener muchos pacientes por hora para que la hora tenga un costo (más alto). Al final son más pacientes por hora, menor calidad de la atención, menores resultados y el kinesiologo no sirve para nada, cuando podemos generar otras estratégicas. Está en discusión el enfoque sanitario, enfermedad crónica no transmisible, adultos mayores, discapacidad. Esos son enfoques esenciales que vienen en la próxima década: educación, programas de integración educacional, participar más activamente de la cultura de la actividad física, ya no sólo del deporte porque el deporte intrínsecamente tiende a la lesión, pero la actividad física no. También promover espacios deportivos, ser una sociedad más inclusiva y tenemos que actuar ahí si queremos ser socialmente responsables.

- La idea es entonces ampliar el rol del kinesiólogo entre los próximos objetivos sanitarios

- Generalmente a los kinesiólogos se nos dice que somos profesionales de la rehabilitación, pero no es así: los kinesiólogos estamos en la pre rehabilitación, la habilitación y la re habilitación, básicamente, recuperando la función. Nuestro rol es recuperar la función del individuo en cualquier etapa del ciclo vital y en cualquier condición de salud, sea un adulto mayor con una fractura de cadera o que solamente tiene problemas de equilibrio. La acción del kinesiólogo es relevante, no desde la curación de la enfermedad porque para eso hay otros profesionales, sino que en la recuperación y la mejora en la calidad de vida.

- Sabemos donde actúan los kinesiólogos y su campo, pero vemos alta lista de espera para ser atendido por kinesiólogos en los hospitales, ¿qué pasa ahí?

- Creo que en parte el Estado como tal tiene un foco de urgencia. Cuando hablas de medicina, ahí faltan especialistas porque la población- así como nosotros tenemos mucha lista de espera- la cantidad de pacientes que no es operado o no es diagnosticado es terrible. Entonces, claro, estamos en la pirámide de necesidades de Maslow en una etapa no de calidad de vida, sino que de vida. Estamos en una etapa de diagnosticar enfermedades, solucionar problemas de salud, pero todavía tenemos que evolucionar a la calidad de vida, entonces, nosotros no somos la prioridad. Si yo discuto de recursos monetarios con el subdirector médico de mi hospital, por ejemplo, él en vez de comprar una bicicleta ergométrica prefiere comprar materiales para hacer una cirugía y eso es lógico. Ahora, cómo nos hacemos cargo de ese problema en una discusión interna, con el Estado, con las universidades o la sociedad si efectivamente el Estado tiene que pagarlo y financiarlo todo, creo que no. Nos tenemos que hacer cargo como población y buscar nuevas estrategias costos-efectivas, administrativas, económicas que permitan que la población, a bajo costo, obtengan los beneficios del kinesiólogo.

- ¿Cuántos kinesiólogos trabajan en APS, consultorios y en hospitales de alta complejidad y cuántos deberían haber?

- Las relaciones todavía no las tenemos, pero en el Sotero del Río creo que tiene más de 800 camas y son 88 a 90 kinesiólogos. Una relación en sala básica es que deberíamos tener un kinesiólogo por no más de 20 camas, en intensivo deberíamos tener uno por cada seis u ocho camas en 24 horas de cobertura y con esa dotación de profesionales podríamos dar una mejor cobertura de salud.

- ¿Como ven los kinesiólogos esto de un gran acuerdo en salud. Ven que debe ser profunda y que ustedes jueguen una labor más preventiva?

- Primero tiene que avanzarse en que no haya discriminación entre las mismas personas que trabajamos en salud. Hoy día tienes cuatro profesiones que tiene una ley distinta respecto al resto y no debería ser porque todos somos trabajadores del mismo empleador, o sea, condiciones iguales. Segundo, no me molesta que unos ganen más que otros, pero las diferencias abismantes que hoy día existen generan diferencias que incluso son más grande las que tenemos a nivel social. Hoy día un médico puede estar ganando sobre los $3 millones y un auxiliar de servicio $300 mil. La caridad parte por casa, entonces démosle un trato justo a todos nuestro empleados. Eso es fundamental, porque si no generas problemas. Tercero, respetar a todas las profesiones, técnicos y auxiliares por igual. Esto, porque no se mueve nada sin indicación médica: enfermeras, kinesiólogos, matronas, tecnólogos; todos entregamos otras cosas de salud que no necesitan de la indicación médica. Son colaborativas, no suplen la función del médico.

- Hay prejuicios...

- Hay prejuicios en salud muy tradicional porque está basada en el diagnóstico médico, lo cual es una herencia eterna y efectivamente es necesario, pero hoy podemos avanzar en paralelo. La salud en Chile no tiene estándares internacionales porque tenga excesiva o excelente tecnología, no es por la utilería de nuestro sector público, sino por la calidad de formación de nuestros profesionales. Si seguimos con el libertinaje en educación y seguimos sacando estudiantes que no tiene idea de lo que hablan, del médico para abajo, la verdad es que bajamos la calidad: la profesiones de salud en Chile eran de muy alta calidad y hoy día ha disminuido por el mercado de la educación. Trabajar en salud no es hacer galletas. A nosotros como kinesiólogos se nos exige ver número profesionales, pero si hoy día lo hacemos a la cundidora para ganar más plata por hora, la verdad es que si tengo 12 pacientes por hora, no me resulta el tratamiento porque la efectividad tiene que ver con la atención directa del paciente, no con el volumen de personas.

-Y cómo evalúan el Decreto 382

- Ese el decreto que hoy día rige a los kinesiólogos desde 1958 y estamos en un proceso de modificarlo en el Ministerio de Salud con el fin de darle más autonomía a la profesión y tener un impacto sanitario mayor dentro de las libertades de la profesión, que no esté tan constreñidas a un par de acciones. Y Fonasa tiene que ver con la actualizacion de lo que hacemos los kinesiólogos en la salud. El código Fonasa no se ha modificado, entonces las tecnologías y el desarrollo de la profesión tiene que hacerse. 

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