Vacaciones fuera de Chile: las precauciones de salud que no debe olvidar

Independiente de dónde se planifique ir, los viajeros deberían recibir la orientación profesional y tratamiento o vacunas recomendadas para reducir la probabilidad de contagiarse y propagar enfermedades, además de ciertas precauciones, aseguran expertos.

Viernes 6 de enero de 2017

Vacaciones fuera de Chile: las precauciones de salud que no debe olvidar
escrito por Oscar G. Galaz y María Graciela Opazo

Muchos ya están preparando las maletas o, al menos, las ganas para unos merecidos días de descanso y vacaciones. Y si bien dentro del territorio nacional, la mayoría de la población conoce los cuidados que hay que tener a la hora de protegerse del sol o de infecciones alimentarias, ¿sabrán cómo prepararse quienes viajan a lugares tropicales o con tipos de fiebre?

Este punto no es menor, ya que algunos viajes internacionales pueden presentar un mayor riesgo para la salud, en particular los que tienen como destino a áreas rurales y países en desarrollo. Estos riesgos dependen de una variedad de factores, por ejemplo: lugar adonde viaja, actividades que hará durante el viaje, estado de salud o vacunas que haya recibido. Así, independiente de dónde se planifique ir, los viajeros deberían recibir la orientación profesional y tratamiento o vacunas recomendadas para reducir la probabilidad de contagiarse y propagar enfermedades, además de ciertas precauciones.

Al respecto, el infectólogo de la Pontificia Universidad Católica, Carlos Pérez, puntualiza que para quienes viajan particularmente a países con climas más tropicales con menos desarrollo desde el punto de vista de las medidas de saneamiento ambiental, “es conveniente un asesoramiento de especialistas para prevención de infecciones, la cuales se adquieren fundamentalmente por ingestión de alimentos contaminados, con cuadros de gastroenteritis o diarreas agudas, o enfermedades más graves como la fiebre tifoidea o hepatitis A”. Para esta dos últimas, existe vacuna para prevenirla.

Acota que la alimentación en lugares establecidos, con alimentos cocidos y consumir agua envasada o hervida, incluso el hielo, pude ayudar a evitar inconvenientes.  

El también académico de la PUC asegura que otro gran grupo de riesgos que se puede prever tiene que ver con las que se adquieren con picaduras de mosquito, los que pueden portar microrganismos infecciosos, fundamentalmente virus como la fiebre amarilla, el virus zika, dengue chicunyunga y otros virus. “Para la fibra amarilla existe una vacuna que previene, para los otros no hay vacunas disponibles pero si repelentes de insectos y uso de ropa adecuada.  Acá también está la malaria, infección parasitaria que se transmite por mosquito, la cual se trata con medicamentos durante el periodo del viaje a las zonas de riesgos, lo que ayuda a disminuir contraer la infección”.

Punto no menor que agrega Pérez es otros riesgos como mordeduras potenciales de perros con rabia, “y algo que no se menciona mucho es el riesgo de adquirir enfermedades de transmisión sexual sino hay protección. Acá hablamos de VIH, o Hepatitis B y Hepatitis C y otras enfermedades”.

Comparte la apreciación el médico cirujano de la facultad de Medicina de la Universidad San Sebastián (USS), Eduardo Salas, quien  destaca  “tener cuidado con tomar agua de otros países de la región, aunque sea potable. Tratar de consumir agua embotellada o agua potable hervida, para así evitar la ‘diarrea del viajero’. En países de Europa Occidental este riesgo es mínimo, y en Austria en particular el agua de la llave es tanto o más pura que la embotellada.

Respecto a los mosquitos, recomienda ocupar repelente que contengan dietiltoluamida (DEET), ojalá lo más cercano a un 30% de concentración. Esto es seguro en embarazadas. Con ello se previene la picadura de los mosquitos que provocan, entre otros, el dengue, el chikungunya y el virus zika.

Salas también comenta que quienes vayan a países tropicales o con selvas cálidas, deben protegerse de dos enfermedades endémicas trasmitidas por mosquitos: la fiebre amarilla y la malaria. “Para la fiebre amarilla existe una vacuna que es de dosis única y protege de por vida. Hay que tener en cuenta que la inmunidad (protección) puede demorarse hasta 2 semanas en aparecer. También hay que tener en cuenta sus contraindicaciones”.

Respecto a la malaria, precisa que “no existe vacuna pero si un tratamiento profiláctico, que dependiendo del país puede ser con cloroquina o mefloquina. Para ambos casos es importante acudir al médico ya que debe expender la orden o la receta respectiva”. Cabe consignar que esta vacuna habitualmente no se utiliza en el embarazo (aunque hay excepciones en los periodos de brotes o epidemias).

Temas no menores también son:

Según el doctor Pérez, antes de emprender cualquier viaje un aspecto importantísimo es la consulta anticipada a algún especialista: “es muy importante que se haga con la debida anticipación, ojalá la mayor anticipación posible. Hay algunas que requieren largo tiempo previo, como la vacuna para la hepatitis A, pero la mayoría de las vacunas deben ser recibidas al menos dos semanas antes de viaje, sobre todo considerando que  hay vacunas que no pueden administrarse todas en conjunta, sino que algunas primeros y otras después. Lo ideal es que las personas tengan la asesoría suficiente para evitar mayores problemas”.

Lávese las manos a menudo con agua y jabón o con desinfectante de manos a base de alcohol.

No toque a los animales, en particular a los monos, perros y pájaros. Siga otros consejos para estar seguro alrededor de los animales.

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Consulte a su proveedor de seguro médico acerca de la cobertura médica fuera de los Estados Unidos. Considere la posibilidad de adquirir un seguro adicional que cubra la atención médica y evacuación en caso de emergencia, especialmente si planea realizar deportes extremos o viajar a áreas remotas.

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