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¿Por qué es importante vacunar a recién nacidos contra la hepatitis B?
Desde hace varios años que el Plan Nacional de Inmunización incorporó la vacuna contra esta enfermedad en el calendario de los niños, pero a partir de los dos meses. Ahora la idea es otorgar inmunidad a los recién nacidos, para prevenir el contagio de madre a hijo.
Miércoles 17 de abril de 2019
El Ministerio de Salud decidió impulsar un plan de vacunación contra la Hepatitis B dirigido a recién nacidos en todo el país. Esto debido al aumento de casos de mujeres embarazadas con esta enfermedad y que pueden transmitirla a su hijo en el parto a través de la sangre y los líquidos corporales, o bien durante el amamantamiento.
La vacuna actúa como una red de protección al reducir el riesgo de que contraiga la enfermedad de la mamá o de otros familiares que podrían no saber que están infectados.
La Hepatitis B es una enfermedad que produce la inflamación del hígado. Algunas personas pueden combatir la infección y eliminar el virus. En otras, permanece en el cuerpo y se vuelve “crónica”.
Claudio Figueroa, académico del Departamento de Ciencias Biológicas y Químicas de Facultad de Medicina y Ciencia de la U. San Sebastián señala que “la vacunación contra la Hepatitis B no es que sea nueva en lactantes, ya que se viene inmunizando contra este virus hace varios años, pero desde los 2 meses de edad”.
Sin embargo, el académico USS indica que “efectivamente hay un período en el que esa vacunación no está incorporada ya que una madre traspasa sangre al feto y está la posibilidad de que, al momento del parto, el recién nacido se pueda contagiar con Hepatitis B”.
“Si uno mira el calendario de vacunación soy muy pocas las vacunas que reciben los recién nacidos, porque son pocas las que tienen la potencia necesaria para inducir inmunidad en ellos. No obstante, en este caso sí se puede vacunar contra la hepatitis B y la idea es proteger al niño durante toda la etapa de posible contagio vertical que es cuando la madre traspasa el virus por amamantamiento o durante el parto”, explica Figueroa.
Además de la inoculación como recién nacido, el niño recibirá las otras dosis de la vacuna a los 2, 4, 6 y 18 meses.
El académico precisa que esta medida “permite reducir la posibilidad de una falla hepática fulminante en los niños más pequeños que recién están generando su inmunidad”.
Figueroa agrega que estas dosis protegen por varios años a las personas, pero se pide que cada 10 años esta vacuna se refuerce, particularmente en el caso de las personas que trabajan en áreas de la salud.