Analfabetismo funcional y salud: tareas pendientes

Los recientes resultados de la prueba Simce en 8° básico y 2° medio arrojaron un descenso en los niveles de comprensión lectora de los niños. Experta en Alfabetización en Salud de la Unesco sostiene que “no tiene sentido acceder a mucha información si no se puede entenderla”.

Jueves 2 de julio de 2015

Analfabetismo funcional y salud: tareas pendientes
escrito por Bastián Garcés

Acción Terapéutica: Atraviesa la barrera hematoencefálica y produce sedación debida a la ocupación de receptores H1 cerebrales, que están implicados en el control de la vigilia. Clorfenamina maleato además posee efectos anticolinérgicos, lo que proporciona un efecto secante sobre la mucosa nasal.”

¿Entendió algo?...¿No? Esto es parte de la información que aparece en los envases del antialérgico Clorfenamina, bastante popular durante la primavera, y que todo paciente debe leer. ¿Y comprende cuando el médico u otro profesional de la salud le explica los resultados de un examen o el diagnóstico que ha hecho? Diversos estudios han demostrado que hasta el 84% de los pacientes no entiende las instrucciones o ni siquiera lo que lee. Es lo que se conoce como 'analfabetismo funcional', es decir, saber leer pero no poder comprender lo que dice un texto. Y eso tiene consecuencias incluso para la salud de la persona...

Los resultados de la prueba Simce del año pasado indicaron que la prueba de Lectura en Octavo Básico bajó 15 puntos, mientras que en Primero Medio el descenso fue de 2 puntos, en comparación al Simce 2013. El ministerio de Educación (Mineduc) la calificó como una situación “atípica” que será monitoreada.

Mary Guinn Delaney, experta en Alfabetización en Salud y asesora de la Oficina Regional de Educación para América Latina y El Caribe de la UNESCO, señala que la comprensión de lectura es un componente esencial en la alfabetización en salud.

El organismo internacional se basa en cuatro aspectos para medir la alfabetización en salud: acceder, entender, valorar y aplicar información para poder tomar decisiones sobre su salud y prevenir enfermedades. Es por eso que un escaso nivel de comprensión lectora perjudica la forma en que las personas puedan cuidarse.

“No tiene sentido acceder a mucha información sin entenderla, que es justo lo que pasa con todos, pero principalmente en los jóvenes”, explica Mary Guinn Delaney. Para ella la comprensión de lectura permite filtrar los contenidos que están disponibles y además poder determinar si la fuente de la que proviene es confiable o no. “He visto que si uno tiene alguna enfermedad o preocupación por una de ellas, lo primero que encuentra al buscar son las historias de terror en vez textos más objetivos y científicos”.

Enfermos crónicos, los más afectados

Los que más se ven afectados por una baja comprensión lectora son las personas con enfermedades crónicas. “Hay mucha información sobre diabetes, hipertensión, a lo mejor hay más textos disponibles sobre estas enfermedades que los que hay sobre varias otras”, señala la experta de Unesco. “La capacidad de entenderla y decidir qué es lo relevante es muy importante”.

Una competencia que es indispensable para poder comunicarse con los profesionales de la salud, ya que muchas veces la información que entregan es escrita -recetas, folletos o afiches- y muchas veces “no se pueden leer ni mucho menos entender”, dice Mary Guinn Delaney.

Sobre este punto el magíster en Líteratura y coordinador de Evaluación de la Escritura y Lectura de la Facultad de Educación de la USS, Jorge Sánchez, plantea que comprender la receta médica no es deber exclusivo del paciente. Para el coordinador, los profesionales de la salud también influyen en la forma en que las personas entienden lo que ellos les explican. El coordinador señala que si el médico no le enseña al enfermo o a su familiar el lenguaje técnico, será más difícil que ellos puedan asimilar la información.

Medidas para una mejor comprensión

Según Sánchez, el problema de la comprensión lectora pasa, en primer lugar por la prueba Simce, porque busca que los estudiantes respondan lo que la prueba pregunta. “La prueba está haciendo trampa hace rato porque está midiendo otra lectura. Los jóvenes leen primero las preguntas y luego el texto”, afirma.

En base a eso, el experto plantea que el objetivo de la comprensión lectora no es responder bien la prueba Simce sino entregar herramientas para poder “leer un conjunto de textos que le haga sentido dentro de las comunidades donde la persona vive”. Algo tan simple como que el estudiante se pregunte si entiende o no el texto o que el estudiante pueda defender la idea principal del texto, para el investigador serían un gran avance para mejorar la manera en la que leen los chilenos.

Por otro lado, la representante de Unesco, Mary Guinn Delaney, recalca la importancia del Programa Paciente Empoderado para poder mejorar la alfabetización en salud y “el esfuerzo que se ha hecho en los talleres para presentar y trabajar la información de manera mucho más visual”.

Por cierto, el extracto del instructivo de Clorfenamina presentado al comienzo de esta crónica pretendió informar que el medicamento pasa a la circulación cerebral y ahí produce letargo, calma, relax, una menor cantidad de mucosa en la nariz y sueño.

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