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Día Nacional de los Pueblos Indígenas
Académica de la U. San Sebastián, Mabel Cantuarias, invita en esta fecha a reflexionar acerca de la diversidad cultural, el respeto, la igualdad, las prácticas sociales y la construcción de relato histórico y las políticas públicas de nuestro país.
Sábado 19 de junio de 2021
El 24 de junio estaba reconocido como el Día Nacional de los Pueblos Indígenas desde 1998, fecha no casual, pues coincide con el solsticio de invierno, momento significativo para los pueblos originarios, ya que da inicio al nuevo año y, con ello, a la renovación del ciclo de la vida.
De esta manera, nos encontramos con las festividades del Aringa Ora o Koro de los Rapa Nui, el Inti Raymi de los quechuas, el Machaq Mara de los aimaras, el We Tripantu de los mapuches. Todas tienen en común la celebración del renacimiento de la naturaleza, lo cual se expresa a través de ceremonias y rituales.
Desde mi mirada, como formadora de futuros profesores y profesoras de Historia y Geografía, este tipo de decisiones al mismo tiempo políticas que culturales, constituyen una instancia para reflexionar acerca de la diversidad cultural, el respeto, la igualdad, las prácticas sociales, la construcción de relato histórico y las políticas públicas, entre otros. Tantos temas propios de las Ciencias Sociales que develan la multiplicidad de expresiones e interacciones que se generan entre las distintas culturas, grupos y sociedades.
En la anterior lógica es inexcusable no citar al historiador y filósofo mexicano, Edmundo O’Gorman, quien en su obra “La Invención de América” de 1958, ya expresaba la necesidad de pensar América y su construcción histórico-discursiva desde posicionamientos epistemológicos que incorporaban el reconocimiento y la visibilización del acervo cultural original de cada pueblo a la llegada de los conquistadores.
Siguiendo en esta línea, también podemos mencionar los planteamientos del búlgaro-francés, Tzvetan Todorov, quien desde la perspectiva de la otredad problematiza las interacciones que se establecieron entre los dos mundos, los unos (europeos) y los otros (pueblos originarios), con el propósito comprender las enseñanzas del proceso de la conquista en su conjunto. En este punto es inevitable preguntarse si los honorables habrán tenido a la vista estas consideraciones bibliográficas, a la hora de determinar nuestro nuevo feriado. Sea como sea, para el mundo académico y de la formación del profesorado constituyen referentes que no pueden omitirse.
Las decisiones del mundo político, con independencia de la percepción que cada ciudadano o ciudadana tenga de ellas, implican un desafío epistemológico, necesario de ser analizado a partir de varios prismas. El social, el cultural, el económico, en fin, desde todos aquellos que permitan comprender su origen y destino. En este contexto, lo que es un día de asueto para muchos, concentra en sí la realidad de la historicidad. Esto quiere decir, de una forma de pensar el mundo, donde el presente no es sólo eso, sino que el producto de una y muchas historias, y que no es posible de ser entendido en todo su sentido si no es a partir de la comprensión (o de su empeño bien intencionado) de los acontecimientos y procesos pretéritos.