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¡La nunca bien ponderada Filosofía!
¿Qué nos ofrece la filosofía? En primer lugar, más que respuestas inmediatas, entregará muchas preguntas vitales para activar nuestra capacidad de asombro.
Miércoles 17 de abril de 2019
Hace un tiempo atrás en nuestro país se corría el rumor que la Filosofía sería sacada del currículum escolar. A ello se suma la decisión de diversas universidades del mundo que comenzaron a eliminar sus institutos y facultades de esta disciplina, con variados fines.
Contrario al contexto internacional, la sede De la Patagonia de la Universidad San Sebastián inauguró recientemente su propio Instituto de Filosofía, relevando esta disciplina como un elemento esencial en la formación de los estudiantes. Este se encuentra al servicio de la comunidad universitaria en su totalidad, desde una óptica práctica, es decir, tocando temas que vive nuestra sociedad, más de alguno un poco áIgido. Además, tiene su trasfondo en el Humanismo Cristiano, una tradición que no anula al hombre ni a Dios.
Al respecto, ¿qué nos ofrece la filosofía? En primer lugar, más que respuestas inmediatas, entregará muchas preguntas vitales para activar nuestra capacidad de asombro. En un segundo lugar, se puede decir, que toda filosofía busca el bien, la verdad y la belleza como ideales básicos que deben, imperiosamente, ser respondidos desde el sentido común, el tiempo y el intelecto. En un tercer lugar, cabe el cuestionamiento del actuar de las personas, interrogando su propia praxis en la vida cotidiana. En un cuarto lugar, se encuentra la política, es decir, la vida en sociedad, ejemplificada con la clásica amistad cívica, hoy, un poco olvidada. En un quinto lugar, la duda por la naturaleza humana, siempre es un constante misterio. Por último, de acuerdo a la trascendencia, la finitud y el origen de todo, es necesaria la pregunta por el ser superior.
Muchos pensarán que la Filosofía entona su propio réquiem, en medio de un mundo particularmente pragmático, pero impresiona ver que con su inutilidad e improductividad sigue vigente.
Sin querer absolutizar en estas preguntas básicas el quid de la filosofía, ellas y muchas más, llevarán al buen filósofo a un constante cuestionamiento sabiendo, que esta especulación, es inútil en sí misma.
A esta inutilidad condicionante, muchos han asistido para descartar de plano a la Filosofía, y dejarla en evidencia como improductiva, en una sociedad donde todo tiene que conducir a un resultado, que ojalá nos lleve al éxito, dejando de lado todo lo que nos lleve a perder el tiempo.
Así entonces, muchos pensarán que la Filosofía entona su propio réquiem, en medio de un mundo particularmente pragmático, pero impresiona ver que con su inutilidad e improductividad sigue vigente, tal como los griegos lo hacían en el Ágora, los existencialistas en los cafés y los escolásticos en las diversas universidades de Europa; hoy, se lleva adelante en las conversaciones que ocupan sobremesa familiar, cuestionando el actuar de las autoridades, los encuentros entre amigos, tratando de arreglar el mundo y las reuniones de un grupo filantrópico que discute sobre qué causa servir, entre otras tantas ocasiones, develando que, la nunca bien ponderada Filosofía sigue vigente, aunque nos quite tiempo “útil” y “productivo”.