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¿Cómo saber si mi hijo tiene problemas de lenguaje?
Pediatras y educadores comentan que las niñas comienzan a hablar antes que los niños; a los dos años muchos padres esperan que sus hijos armen frases completas y cuando eso no sucede, comienzan a desesperarse pensando en posibles problemas de lenguaje.
Lunes 5 de junio de 2017
La mayoría de los niños comienza a decir sus primeras palabras cuando han cumplido su primer año, con vocablos como “mamá”, “papá”, “agua”, “tata” o “tete”. Pero no es raro que un infante empiece a hablar más tarde; de hecho, no hay una fecha que estipule cuándo debe iniciar esta etapa, aunque sí que hay periodos descritos por los especialistas que indican cuándo el bebé tiene que alcanzar determinadas metas para hablar, expresarse o entender lo que le dicen otros.
Estos problemas se pueden advertir y van cambiando según la edad del niño. “En primer lugar, es necesario descartar dificultades de audición, ya que esta es fundamental para el desarrollo del lenguaje, pues en la medida que el niño escucha lenguaje va recibiendo información y modelos lingüísticos en los que se sustenta el desarrollo.
Luego es fundamental reconocer y poner atención respecto de la capacidad de comprensión, particularmente en las etapas iniciales del desarrollo. Es preciso observar si el niño logra responder a requerimientos de interacción, los que habitualmente se traducen en seguimiento de instrucciones. En relación a este punto se señala que en esta etapa inicial las habilidades comprensivas están más desarrolladas que las habilidades expresivas. Es decir, un niño comprende más de lo que es capaz de expresar.
Por ejemplo, un niño de dos años no va a poder decir “la pelota estaba al lado de mis zapatillas”, pero si la mamá le dice anda a buscar la pelota que está al lado de tus zapatillas, puede ejecutar esa tarea, pues comprende lo que se le está solicitando, ya que logra procesar la información verbal que recibe. Entonces respecto de la expresión, es importante observar cómo avanza en la adquisición del repertorio de palabras, si logra nominar los objetos o si nombra a los miembros de su familia, entre otras cosas.
Identificando posibles trastornos de lenguaje
Si la observación en los aspectos anteriores muestra que el niño presenta dificultades para comprender, o si avanza lentamente en la adquisición de nuevas palabras, es necesario consultar con un profesional fonoaudiólogo.
Así, en etapas posteriores, en el plano de la expresión, se debe observar si sus emisiones son inteligibles o no. Aquí es importante señalar que en ciertas etapas del desarrollo del lenguaje -particularmente entre los 2 y 4 años de edad- es esperable que un niño no pueda articular o “pronunciar” todos los sonidos de la lengua, o que tenga dificultades para producir palabras complejas.
De acuerdo a esto, que un niño de tres años diga “peyo” en vez de “perro” no constituye un problema, pues el sonido “rr” se adquiere más tarde. También si el menor por “refrigerador” dice “figedor”, tampoco constituye en un problema, pues aún está avanzando en la capacidad para producir palabras complejas. Lo importante es que la expresión del niño sea inteligible, es decir, que a pesar que aún no hay un desarrollo total de los sonidos de la lengua o de la capacidad para producir las palabras complejas se pueda entender lo que dice. Si desde el entorno se dificulta comprender lo que el niño está tratando de comunicar, esto es un indicador por el cual es necesario consultar con un especialista fonoaudiólogo.
Cómo se desarrollan este tipo de trastornos
Se habla de un trastorno en el desarrollo del lenguaje cuando existe un desarrollo que tiene dos características, “por un lado aparece un retraso respecto de las etapas normales de adquisición junto a una organización que se aleja de los patrones normales de organización lingüística. En general la primera sospecha se debe tener cuando aparece un desfase de tipo cronológico en la adquisición del lenguaje, pues inicialmente no podemos saber si este retraso es sólo eso -“un retraso”- o si este ya es un primer indicador de un trastorno del lenguaje.
Por ello es importante que ante un niño menor a tres años, del que tengamos la impresión que presenta un retraso se consulte tempranamente para iniciar un proceso de estimulación del lenguaje, ya que está descrito que la manera en que el niño responda a la estimulación puede dar indicios de si se está instalando un problema mayor. En general cuando hay solo un retraso la respuesta a la estimulación es positiva, pero la mayor resistencia a la estimulación se observa en los trastornos del lenguaje. Lo más importante es hacer una consulta lo más precoz posible con un especialista fonoaudiólogo a fin de hacer una intervención oportuna.
¿Qué hacer frente a un trastorno de lenguaje?
Frente a los retrasos de lenguaje dos indicaciones fundamentales:
• La primera es que los padres y el entorno familiar procuren para el niño un ambiente lo más verbalizado posible, con interacción directa con el menor. Aunque parezca muy básico, hay que hablarle al niño mientras se realizan las diversas actividades del hogar; mientras se juega con él. A esto se agrega la lectura de cuentos antes de dormir.
• La segunda indicación importante es integrarlo a un jardín infantil donde tenga la posibilidad de interactuar con otros niños. Lo anterior debe ir acompañado de control fonoaudiológico para ir evaluando la respuesta del niño a la estimulación recibida y evaluar a partir de ello si es necesario que se incorpore a un tratamiento más específico.
De esta forma, la adquisición de la lectura y la escritura se sustentan en habilidades de corte lingüístico y metalingüístico. Por ello es esperable que un niño que inicie el proceso escolar con un trastorno del lenguaje, tenga dificultades para avanzar en su aprendizaje si no recibe las ayudas necesarias en su medio escolar. Por ello, antes del ingreso a la escuela, es necesario que un niño que presenta un trastorno del lenguaje mantenga la atención fonoaudiológica entregada en la etapa preescolar, junto a ello la familia juega un rol fundamental a partir del cumplimiento de las indicaciones dadas por los profesionales donde lo esencial es que reconozcan su papel como modelos activos de lenguaje.
Una vez que un niño con trastornos de lenguaje ha ingresado al sistema escolar, éste le debe proveer los recursos para ayudarlo a avanzar en este aspecto de su desarrollo. Recursos que al menos deben considerar apoyo del equipo multiprofesional constituido por fonoaudiólogo, profesora diferencial y profesor de aula, quienes además deben procurar un trabajo colaborativo a fin de beneficiar al niño.