Problemas auditivos en la infancia y la detección precoz

El 50% de los niños que tienen pérdida auditiva permanente, generalmente nacen sanos y no tienen antecedentes previos que nos hagan sospechar de la existencia de una pérdida auditiva, por esto es que cobra importancia prestar atención a algunas conductas que se dan a edades muy tempranas y pueden ayudarnos a definir si es necesario consultar al especialista.

Martes 25 de noviembre de 2014

Problemas auditivos en la infancia y la detección precoz
escrito por

Marcelo Frient, director de Fonoaudiología Universidad San Sebastián.

Los niños pueden oír desde el nacimiento, y el desarrollo de lenguaje se da en parte importante por la imitación de los sonidos que ellos escuchan de su entorno más cercano. Es por este motivo que las pérdidas auditivas desde el nacimiento (congénitas), producen alteraciones importantes en el desarrollo de lenguaje.

Dos de cada mil niños que nacen, presentarán una pérdida auditiva permanente, y muchas veces esta condición no es tan evidente a edades tempranas; por otro lado, mientras más temprano se detecte el problema y se inicie el tratamiento, el pronóstico de su rehabilitación mejorará considerablemente. 

Consejos útiles para detectar la pérdida de audición a tiempo:

El 50% de los niños que tienen pérdida auditiva permanente, generalmente nacen sanos y no tienen antecedentes previos que nos hagan sospechar de la existencia de una pérdida auditiva, por esto es que cobra importancia prestar atención a algunas conductas que se dan a edades muy tempranas y pueden ayudarnos a definir si es necesario consultar al especialista.

Un sonido fuerte y repentino debería generar en el recién nacido un movimiento de sobresalto junto con un parpadeo, por otra parte, la voz materna genera calma cuando el recién nacido está llorando o irritable. 

A partir de los 3 meses de edad el recién nacido es capaz de mover la cabeza buscando fuentes de sonido nuevas. A los 6 meses, aparecen los sonidos conocidos como balbuceo, el cual es la generación de sílabas que se repiten en el tiempo, como por ejemplo “BA-BA-BA”.  

En caso de que alguna conducta no se observe en las edades esperadas, es necesario consultar en primera instancia a un otorrinolaringólogo, quien derivará a un fonoaudiólogo para realizar la batería de exámenes auditivos que descartarán o confirmarán una eventual pérdida de audición.

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