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Factoring: Una oportunidad tecnológica para las Pymes
En Chile existen más de 900.000 pymes y microempresas. De este universo, no más de 40.000 realizan operaciones de Factoring, es decir, solo un 4% utiliza este servicio, lo que demuestra que es un negocio que tiene mucho para crecer y para desarrollarse.
Viernes 29 de marzo de 2019
El Factoring electrónico es un servicio TI que permite gestionar el financiamiento de las medianas y pequeñas empresas en base a las facturas y que se ha consolidado los últimos años, en concomitancia con las recientes Leyes que han impulsado la transformación digital de este documento. Las firmas que han olfateado este negocio han generado las plataformas digitales que permiten un procesamiento digital al 100%, facilitando que las empresas obtengan liquidez en plazos muy cortos, de días, a diferencia de las operaciones en papel, que era de semanas e incurrían en costos adicionales, tales como notarios, timbres, almacenaje, cobranzas y traslados.
El volumen de operaciones y de montos va de la mano con la economía, sin embargo, el último año ha sido muy significante. Según informes del SII, durante el 2018 se cedieron electrónicamente 4.310.911 documentos, lo que representa un alza de casi un 15% respecto a 2017 y en términos de montos, correspondió a más de US$ 32.800 millones de financiamiento directo a las empresas del país y que es un aumento de un 14,7% en relación al total cedido durante el año anterior. En Chile existen más de 900.000 pymes y microempresas. De este universo, no más de 40.000 realizan operaciones de Factoring, es decir, solo un 4% utiliza este servicio, lo que demuestra que es un negocio que tiene mucho para crecer y para desarrollarse.
El desarrollo del Factoring electrónico presenta grandes desafíos, algunos de los cuales se corresponden con el mundo digital en el que ya está inmerso, entre ellas:
Nuevos servicios y condiciones de operación a implementar producto de cambios legales. La reciente Ley N° 21.131 sobre Pago a 30 días (Pago Oportuno), publicada en el D.O. el 16.01.2019, que obligará a que los proveedores tengan un derecho a pago del “saldo insoluto contenido en la factura” por un período no mayor de 30 días y que entrará en completa operación a partir del 2021. Ella incluye un “interés moratorio” para el cliente que no pague la factura dentro del plazo, que será el interés corriente por cada día de atraso y que se requerirá un convenio especialmente formulado si es que ambas partes pactan un plazo mayor, lo que conlleva a nuevas condiciones de operación para el riesgo y la cobranza principalmente.
La “uberización” del servicio: Uberizar apunta a las plataformas electrónicas disruptivas que ofrecen un proceso de desintermediación, en donde cualquier persona o empresa puede sumarse a prestar un servicio, incluso adelantándose o saltándose a las normativas legales basadas en que la fuerza de un mejor servicio termina imponiéndose. Llevado a la Facturación Electrónica, quien posea fondos podría invertir esos fondos directamente en la compra de documentos, permitiendo una mayor competencia y por consiguiente abaratando el servicio para el proveedor de la factura. Esto conlleva, además la implementación de plataformas que permitan entregar información que ayuden a análisis y la gestión del riesgo del agente que quiere invertir, de la cobranza y seguramente de acceso a financiamiento y medios de pago del mismo agente que quiere invertir.
La inteligencia de Negocios y el Bigdata permitirán diferenciarse en un mercado cada vez más competitivo. El creciente almacenamiento y uso de la información de las operaciones electrónicas, impondrá desafíos a las instituciones de Factoring, que deberán adaptarse a este nuevo escenario de mayor conocimiento del cliente y de sus operaciones y constituirá una importante herramienta para transar más rentablemente estos instrumentos, permitiendo por ejemplo, adelantarse a ofrecer liquidez, en los montos y tiempos en que la empresa lo requiere, a mejoras las evaluaciones de riesgo, etc. También, el procesamiento de grandes cantidades de operaciones y de la información que cada una conlleva a través de tiempo permitirá, por ejemplo, obtener financiamiento para grandes volúmenes de facturas individuales, tales como, las que manejan empresas como las telefónicas quienes pueden adicionalmente segmentarlas por tipo de cliente.
La internacionalización de las PYMEs es una prioridad para gobierno de Sebastián Piñera, lo que presenta nuevos desafíos para el Factoring electrónico. Cada vez son más las empresas chilenas con comercio internacional en el mundo y en distintos países de Latinoamérica y que requieren de soluciones capaces de adaptarse a la legislación tributaria de cada uno de ellos, por ejemplo, permitiendo que facturas de una empresa nacional puedan ser liquidadas en el extranjero y así facilitar compras de insumos en esos países. Adicionalmente, se requiere de plataformas en la nube, que puedan ser operadas con el rendimiento adecuado en diferentes partes del planeta y que permitan también ofrecer ofertas de financiamiento inexistentes hasta ahora en el factoring tradicional nacional.
En conclusión, el mundo financiero y de la tecnología deberían estar atentos a este servicio, que tiene grandes expectativas de crecimiento y rentabilidad, una importante influencia en la dinámica de la PYMES, y con grandes desafíos tecnológicos.