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Salud Bucal
Bien se sabe que para establecer estilos de vida saludables en la población, será eficiente intervenir en etapas prematuras de la vida de los niños. Para reducir el riesgo de caries temprana de la infancia es necesario establecer programas de promoción iniciados antes de los 3 años de edad.
Miércoles 8 de junio de 2016
Según estudios realizados, la Salud Bucal de la población chilena ha mejorado en el último tiempo, siendo una de las prioridades de salud del país, tanto por la prevalencia y severidad de las enfermedades bucales como por la percepción de la población frente a estas patologías que van a afectar su salud general y su calidad de vida. Las patologías orales de mayor prevalencia en nuestro país son la caries dental, enfermedades gingivales y periodontales, y anomalías dentomaxilares. Debido a la alta prevalencia de éstas, ha sido necesario orientar las políticas de Salud Bucal en estrategias promocionales y preventivas a los grupos de alto riesgo y más vulnerables.
Cabe indicar que existen factores condicionantes de las patologías bucales, como el estilo de vida y los factores sociales que cobran importancia. El primero, asociado a los hábitos higiénicos y alimenticios, los cuales tienen un fuerte impacto en la salud bucal de los individuos, entre ellos el más importante es mantener el control de la placa bacteriana y la restricción del consumo de alimentos cariogénicos que favorecen la formación de ácidos generados por las bacterias que producen la caries dental. También uno de los factores protectores importantes es el consumo de agua potable, el cual en nuestro país está fluorada, previniendo y controlando la enfermedad de caries a través del uso del flúor. Se hace alcance que el fluoruro estimula la remineralización de lesiones incipientes de caries, y reduce la desmineralización del esmalte sano.
La concentración óptima del flúor en el agua oscila entre los 0.6 y 1.0 mg/L, el que no debe superar los 1.5mg/l. Este elemento es recibido a través de la ingestión de medios masivos, tales como la fluoración de la sal, leche y agua, de la utilización de medios individuales donde el propio paciente se los incorpora a través de las pastas dentales y colutorios (enjuagatorios) así como también por medios de aplicación profesional a cargo del odontólogo con la aplicación de geles y/o barnices. Se debe tener principal cuidado en su uso antes de los 6 años debido a que el reflejo de la deglución no está totalmente maduro, y se recomienda evitar ingestiones accidentales en los niños.
El segundo, porque los hábitos se aprenden en la familia, el colegio, la comunidad, observándose diferencias grandes según el nivel de pobreza, educación, nivel socioeconómico, y condición urbano rural.
Bien se sabe que para establecer estilos de vida saludables en la población, será eficiente intervenir en etapas prematuras de la vida de los niños. Para reducir el riesgo de caries temprana de la infancia es necesario establecer programas de promoción iniciados antes de los 3 años de edad. Es por ello, que el Minsal, Junji, Integra y Junaeb han desarrollado una intervención en salud bucal que está dirigida a los menores que asisten a la educación parvularia. Esta intervención contempla el desarrollo de cinco medidas las cuales se orientan a promover hábitos saludables de alimentación e higiene bucal, el consumo de agua fluorada, la instalación del uso adecuado de fluoruros, mejorar las condiciones de salud bucal del personal a cargo del cuidado de los niños, fomentar el autocuidado de las comunidades educativas mediante la participación en el diseño del programa a nivel local, integrar a los padres y apoderados de los niños y niñas en el cuidado de sus dientes.
En Chile las políticas de salud oral están orientadas a la promoción y prevención de la salud bucal de la población, enfocándose en los grupos más vulnerables. El propósito es que la población valore una Salud Bucal que le permita mejorar su calidad de vida. A su vez, es de vital importancia que las personas se informen de los beneficios odontológicos que poseen a través de las garantías explícitas en Salud (GES) que considera la atención dental para la Salud oral integral de la embarazada, Salud oral integral para niños de 6 años, Urgencia odontológica ambulatoria y Salud oral integral a los 60 años, las cuales contemplan educación y limpieza dental, operatoria (tapaduras), aplicación de sellantes entre otros tratamientos.
Siguiendo las políticas de salud oral orientadas a la educación bucal en la población y entendiendo que para mantener dientes y encías saludables es importante tener presente que nada reemplaza el cepillo dental, ya que la placa bacteriana y los restos de comida serán eliminados gracias a éste, es que se recomienda lo siguiente:
- Un cepillo dental de filamentos de nylon suaves con punta redondeada,
- Mango recto,
- Cabeza acorde al tamaño de la boca del paciente.
- Colocar pasta fluorada,
- Cepillar mínimo 2 veces al día
- Uso de hilo o seda dental para eliminar los restos de alimentos alojados entremedio de los dientes a los cuales el cepillo dental no logra llegar
- Cepillarse la lengua, es necesario porque en ésta, al igual que en los dientes, quedan restos de comida.
- Cambiar el cepillo cuando presente signos evidentes de deformación de sus filamentos o cada 3 meses por la acumulación de gérmenes en éste.
Hay que ser cuidadosos con el uso y cuidado del cepillo, sobretodo del lugar en donde se guarda y cómo se guarda, porque puede ser un foco de acúmulo de microorganismos en los filamentos, que después ingresarán a nuestra boca. Durante su uso se pueden transmitir cientos de bacterias bucales al cepillo. En la mayoría de los hogares este elemento es guardado en el baño donde habitan microorganismos intestinales, los cuales pueden pasar a los cepillos y terminar en la boca si la persona no se lava las manos antes de manipularlo. Otro dato a considerar, es que sugiero no cubrir o guardar en un contenedor cerrado, debido a que un ambiente húmedo es más propicio para el crecimiento bacteriano. Se debe guardar de forma vertical y alejado de otros cepillos para evitar el contacto físico y prevenir la contaminación cruzada. Una vez utilizado se debe lavar el cepillo con agua para permitir retirar todos los restos de pasta de diente y de comida que puedan quedar atrapados en las cerdas y secar. Aconsejo empapar el cepillo en un enjuague bucal antibacteriano, debido a que se ha demostrado que disminuye el nivel de bacterias que crecen en éstos.
A pesar de todo lo mencionado anteriormente, se debe dejar en claro que los cepillos dentales tienen una vida útil, que puede variar entre cada paciente, entre los tres y cuatro meses o cuando los filamentos se comienzan a deteriorar y abrir, esto provoca que se pierda la eficacia del mismo.
En conclusión el control de la placa bacteriana adherida a la superficie dentaria es la única medida eficaz para prevenir las enfermedades bucales como caries, gingivitis y periodontitis. La mantención de una correcta higiene bucal es la única forma de controlar la formación de placa. Y recuerde siempre que no hay que compartir los cepillos dentales.