Estudio de académica USS releva la importancia del autocuidado en los adultos mayores

El análisis concluye que un programa de autocuidado constituiría un entorno estimulante necesario para mantener o corregir el declive funcional natural del adulto mayor, favoreciendo su independencia en necesidades básicas de la vida diaria.

Viernes 20 de noviembre de 2015

Estudio de académica USS releva la importancia del autocuidado en los adultos mayores

Diversos indicadores revelan que Chile está en un cambio progresivo y acelerado de su pirámide demográfica, lo que se traduce en un aumento de la población sobre los 60 años. De acuerdo a la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional, CASEN, del año 2013, el país presenta la más alta expectativa de vida en Latinoamérica, siendo incluso superior a Estados Unidos y se espera que para 2050 sea la nación más longeva de Sudamérica.

Esta realidad impacta una serie de aspectos del día a día, y uno de ellos es el nivel de dependencia de los adultos mayores, que se relaciona con numerosos cambios que experimenta este grupo etario tanto en su estilo de vida, como en su sistema social y familiar, los cuales influyen directamente sobre su funcionalidad.

Para la Organización Mundial de la Salud, OMS, la funcionalidad representa el principal determinante del estado de salud entre los adultos mayores, midiéndola no en términos de déficit, sino en mantención de la capacidad funcional, es decir, la capacidad de una persona para llevar a cabo las actividades necesarias para lograr el bienestar a través de la interrelación de sus campos biológico, psicológico y social, con la existencia de adultos mayores funcionalmente sanos o capaces de valerse por sí mismos, y funcionalmente alterados o con dificultades para su autodesempeño.

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Marcela Sanhueza

Con el fin de evaluar el efecto de un programa de autocuidado en la funcionalidad de adultos mayores, pertenecientes a un Centro de Salud Familiar del sur de Chile, la académica de la Facultad de Enfermería de la Universidad San Sebastián, Marcela Sanhueza, participó en el estudio "Optimizando la funcionalidad del adulto mayor a través de una estrategia de autocuidado", el cual fue publicado en la Revista "Avances en Enfermería", de la Universidad Nacional de Colombia.

El análisis arrojó que el desarrollo de un programa de autocuidado constituiría un entorno estimulante necesario para mantener o corregir el declive funcional natural del adulto mayor, favoreciendo su independencia en necesidades básicas de la vida diaria, mejorando sus funciones mentales y autopercepción de salud.

"En nuestro estudio participaron 30 adultos mayores del Centro de Salud Familiar de Hualpén, con una edad máxima de 79 años; formaron un grupo de control y uno experimental, de 15 personas cada uno. El grupo experimental asistió a un programa de actividades para potenciar la funcionalidad física, psíquica y social, en dos sesiones por semana", explica la académica.

Agrega que "al comparar su situación al inicio y final del programa, mediante la aplicación de tests, se apreció un aumento significativo en la funcionalidad, que se traduce en la ausencia de problemas de dependencia en relación a las necesidades funcionales básicas. A diferencia del grupo de control, que no participó en una primera instancia de las actividades, en donde hay un mantenimiento de su situación inicial".

El programa desarrollado en este estudio desde marzo de este año, se ha implementado como parte de un nuevo programa de salud a nivel nacional para la división de atención primaria bajo el nombre "Más Adultos Mayores Autovalentes", específicamente para el componente de estimulación funcional, que considera las principales actividades del programa, estimulación física, cognitiva y educación en autocuidado.

En cuanto al autocuidado de los adultos mayores, la académica de la Universidad San Sebastián recomienda que para potenciar la funcionalidad se debe "poner énfasis en el funcionamiento físico, es decir, realizar actividad en forma individual o guiada en grupos. Actualmente existen monitores de que apoyan este tipo de actividades en Centros de Salud Familiar y espacios públicos; en el funcionamiento cognitivo, porque es fundamental el desarrollo de talleres para potenciar la memoria. Hay ejercicios simples que se relacionan con aumentar la lectura, recordar las actividades que se han realizado en el día, luego las del día anterior y así sucesivamente o realizar crucigramas y juegos de memoria; y en el funcionamiento social: la inserción en grupos comunitarios apoya el intercambio generacional y la mantención en actividad. Actualmente existe la Unión Comunal del Adulto Mayor (UCAM) que lidera encuentros y actividades masivas de adultos mayores en beneficio de su autovalencia y su reconocimiento como sujetos de derecho".

"Hay que aceptar que cada día estamos envejeciendo, existe la tendencia en rechazar el envejecimiento y darle una connotación negativa, cuando es parte de la naturaleza, porque desde que nacemos estamos ya envejeciendo. Por lo tanto, para entender y disfrutar de la mejor manera esta etapa, es necesaria una preparación tanto psicológica como física, donde los hábitos y conducta juegan un rol preponderante. Cuidar la alimentación, realizar ejercicios físicos, desarrollar la lectura, participación social, fortalecer redes de apoyo y asistir a controles de salud preventivos entre otras actividades, nos ayudarán a tener una mejor vejez, con menos enfermedades crónicas, mayor autovalencia e inclusión social", finaliza Marcela Sanhueza.

Fuente: USS

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