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Hacer actividad física en toda época y sin excusas
La importancia es abandonar la vida sedentaria y mantenerse activos durante todo el año, comenta Alejandro Saavedra, académico de la Universidad San Sebastián.
Martes 16 de agosto de 2016
Estamos en pleno invierno y los seres humanos tendemos a aquietarnos. Los días cortos y las pocas horas de luz son algunos de los argumentos que habitualmente las personas esgrimen para no hacer actividad física. Por lo general, andamos bastante cubiertos de ropas que nos ayudan a combatir el frío y esconder esos kilos de más que en otras estaciones del año nos atormentan.
Sin embargo, es importante recordar que la actividad física cumple diferentes roles beneficiosos para nuestros organismo. Quizás el menos importante, desde el punto de vista de los beneficios que nos aporta, sea su rol estético. Aquellos ligados a la salud propiamente tal, como ser agente protector del organismo, a veces son ignorados por parte de nuestra población. Eso sucede a pesar de las múltiples campañas orientadas a promover el fin del sedentarismo.
El grado de importancia también está ligado al ciclo de la vida en que nos encontremos, cobrando mayor significado en edades más adultas. Al preguntarle a la mayor parte de nuestros compatriotas si consideran que la actividad física regular es beneficiosa para la salud, la mayoría contestará que sí e incluso podría argumentar a favor de la misma. Sin embargo, si se les consulta si están adscritos a algún programa de actividad física regular, la mayoría muy probablemente contestará que no, planteando como argumentos el frío, la oscuridad y poco tiempo, entre otros factores.
Es necesario recordar entonces que mantener una vida activa y saludable, baja considerablemente el riesgo de sufrir algún tipo de patología o enfermedad no transmisible como la hipertensión y la diabetes, así también puede, una vez desarrollada alguna patología, mantenerla en niveles controlados o inclusive bajar algunos parámetros, por ejemplo, en la hipertensión arterial de un estadio a otro, contribuyendo inclusive disminuir significativamente la resistencia a la insulina, protegiendo al organismo de una posible diabetes.
También contribuye a mantener una musculatura adecuada a edades más avanzadas, previniendo la sarcopenia, que es la pérdida de masa muscular producto de la edad y que empieza a cobrar cada vez más importancia por sobre los treinta años. Por medio de la liberación de endorfinas, promueve la disminución de los niveles de estrés y, por medio de las mismas, progresivamente se sentirá mayor placer en la práctica regular de actividad física.
No importa cuál sea su motivación: salud, estética, bajar de peso o disminuir sus niveles de estrés; lo que debe tener claro es que la actividad física regular y bien programada, idealmente orientada por un especialista, le traerá solo beneficios, que retribuirán el tiempo invertido en la misma. Si le suma una alimentación balanceada y hábitos de vida saludables, tendrá una fórmula ganadora que su cuerpo agradecerá. No espere la primavera para activarse. Cualquier temporada es un buen momento para comenzar.