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José Francisco Insunza, el médico de Casas Viejas
El profesional egresó hace sólo dos años de la carrera y actualmente trabaja en el Centro de Salud Familiar Vista Hermosa, ubicado en Casas Viejas, comuna de Puente Alto, ahí se desempeña como coordinador del programa cardiovascular.
Martes 16 de mayo de 2017
Hace poco más de un año José Francisco Insunza dejó su Talcahuano natal para venir a trabajar a Santiago. El médico egresado de la Universidad San Sebastián (USS), es coordinador del programa cardiovascular del Centro de Salud Familiar Vista Hermosa de Casas Viejas, en la comuna de Puente Alto. Optó por este cargo porque quiere optar a una beca que le permita especializarse como cardiólogo.
En 2009 Insunza entró a estudiar Medicina en la Sede de Concepción de la USS porque "sentía que era donde podía ayudar de forma más directa a la gente", cuenta el profesional. El médico agrega que lo marcó la formación sebastiana: "En Concepción uno de nuestros sellos es que no te enseñan a resolver enfermedades sino que te enseñan a curar personas. Eso involucra un trato digno hacia el paciente, preocuparte no sólo de su dolor, sino que también de sus problemas. Si bien, uno no puede cambiarles el mundo si puede sumar con una gotita, con una atención que les alegre el día y que les cambie un poco su predisposición hacia su problema de salud".
En el centro de salud Vista Hermosa, que fue inaugurado hace poco más de 6 meses, atiende desde bebés prematuros hasta adultos mayores, con tan sólo 27 años es el coordinador de los programas cardiovascular, de hipotiroidismo y epilepsia del centro médico. Según el facultativo lo que agradece de su formación "tiene que ver con la entrega de los profesores, eso es lo que hace el sello distintivo".
Un médico con vocación social
-¿Cómo fue tu relación social en la U. San Sebastián?
- La etapa en la que yo estuve en la universidad, además de estudiar la carrera participé en varios grupos de ayuda a la comunidad: "Sangre es Vida", "Programa Paciente Contexto", que fue uno de los que más me marcó en mi formación y que lamentablemente fue descontinuado. Tenía que ver con enseñarte a ser médico entendiendo el contexto de la persona, más allá de diagnosticar una enfermedad. Íbamos a quedarnos a las casas de las personas, trabajábamos con ellos, y tratábamos de ver cómo podíamos influir para que cambiara sus hábitos de vida o que en medio de su rutina pudiera ordenarse para tomar los medicamentos. Ahí participé como alumno durante cuatro años y después de egresado me tocó ser el médico a cargo del proyecto.
- ¿Cómo fue la experiencia de ser coordinador de este proyecto?
- Muy enriquecedora. Allí fue la primera vez que me tocó tomar la presión, que aprendí a evaluar a un paciente de forma rápida, a trabajar en equipo, a administrar un grupo de trabajo, planificar en salud y las intervenciones comunitarias. Lo más difícil era el financiamiento, financiar esas actividades era bastante difícil y también la programación previa porque había que compatibilizar todos los horarios con estas actividades que estaban fuera de la malla curricular.
-¿Cómo fue tu experiencia en los internados?
- Me tocó trabajar en casi todos los campus que tenía la universidad en la región: Hospital Naval, de Coronel, de Lota, de Los Ángeles y pese a que están en una misma región, son realidades bien distintas. El Hospital Naval –por ejemplo- es como una clínica; el Hospital de Los Ángeles, que el año pasado fue distinguido como el tercer hospital de Chile o el Hospital de Coronel que es como la mayoría de los hospitales públicos que se las arregla con lo que tiene. Son realidades súper diversas, por lo mismo uno queda preparado para trabajar en establecimientos que disponen de recursos y para aquellos que tienen casi nada.
El médico de cabecera
-¿Por qué elegiste ser médico local de zona?
- Ser médico general de zona me da la posibilidad de trabajar tres años y ahí tener claro que especialidad tomar. Ahí voy a esperar a mi beca de medicina interna, porque me gustaría ser cardiólogo.
-¿Por qué elegiste Puente Alto para hacer tus tres años como médico general de zona?
- Lo que pasa es que Concepción es una región que exporta profesionales. Las primeras plazas que a nivel nacional se acabaron fueron las de Concepción y plazas buenas cerca de ahí no quedaban y las plazas de Santiago eran las que más puntaje daban para la obtención de las becas, y se me presentó la oportunidad y la tomé. No hubo mucho tiempo para pensarlo tampoco, tienes un minuto para elegir, no te dan tiempo para pensar y postular, a ti te llaman frente a mil personas y te dicen "elija la plaza", es súper violenta la elección. Pero me siento muy feliz de haber elegido esta plaza, ha sido súper bueno el ambiente, estoy agradecido de poder desarrollarme como médico y poder llevar a la práctica lo que aprendí porque si hubiera entrado directo a mi beca me hubiera centrado solamente en aprender de eso. Ahora como médico general de zona tengo que aprender de todo, tratar a niños, adultos y abuelos.
Los desafíos del joven médico
-¿Cuáles son los mayores desafíos de trabajar en un CESFAM como el de Casas Viejas?
- Los mayores desafíos van con las limitantes de recursos. Uno como egresado, como en casi todas las carreras, egresa y quiere cambiar el mundo y te das cuenta que hay una realidad con la que chocas que es bien diferente.
-¿Cómo enfrentas ese muro?
- No me frustra, me motiva ver que esa es la realidad que muchos de mis compatriotas están pasando me dan ganas de querer cambiarla. Agradezco a mis padres por entregarme la posibilidad de estudiar esta carrera y entregarme la motivación social desde siempre, siendo que no teníamos muchos recursos. El respeto por resto de las personas, la búsqueda de la dignidad, eso es algo que agradezco y entregar el mejor servicio posible a la gente que más lo necesita porque a diferencia de otras poblaciones las personas que viven en este sector no tiene otras opciones de salud, no puede ir a comprar un bono, recae en nosotros entregar la mejor salud posible.
El cariño de la gente me ha motivado, porque también ha sido tema cambiarme de ciudad, pero el hecho que la gente te diga que eres un superhéroe, que te digan que eres el doctor del pueblo, eso es lindo, que la gente valore lo que uno hace y no por la capacidad técnica, porque creo que mis colegas son tanto o mejores que yo, no hay diferencia en un egresado de la San Sebastián o la Católica o de dónde sea, tiene que ver con tratar a las personas como personas y no como un usuario o un cliente, tratarlos con dignidad, saludarlos, preguntarles cómo está, despedirse de ellos, mostrar real interés por el dolor que te traen. En mi opinión, por mi año de trabajo la mayoría de las consultas médicas tienen que ver más con dolores o con penas del día que con infecciones o problemas reales.
- ¿Te toca brindarles un apoyo psicológico?
- Sí, mucho. La mayoría de la gente va a consultar por dolor de espalda pero en realidad lo que quiere es que alguien lo escuche cinco minutos porque te cuentan, por ejemplo, que se pelearon con el marido o con el hijo y que alguien los escuché con atención muchas veces les quita más el dolor que haberle dado el mejor antiinflamatorio.
- Llevas un año trabajando en el CESFAM, ¿cómo sientes el reconocimiento de estar a cargo del programa cardiovascular?
- Me motiva estar a cargo de los temas cardiovasculares, me motiva que podemos mejorar más aún la calidad de atención que les entregamos a nuestros pacientes, de manejarlos con las indicaciones y medicamentos de la última línea nivel internacional, buscando estandarizar la atención.
- ¿Cómo te ves en 10 años más cuando tengas tu especialización?
- Me veo siendo cardiólogo, me gustaría seguir trabajando en el sistema público pero en un hospital y tener hartos proyectos. Me gustaría hacer fundaciones que tuvieran que ver con la inclusión, con romper los ciclos, los candados de la pobreza y de las carencias que he notado que van más allá de lo económico. Hay muchas veces que los bloqueos son más de lo emocional y de lo espiritual, y eso limita muchas veces el crecimiento de las personas que solamente tener menos recursos económicos.