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Luis Castillo, decano Medicina USS: “nuestra meta es estar dentro de las 6 mejores escuelas al 2023”
Este año la carrera de medicina de la Universidad San Sebastián vive uno de sus desafíos más importantes: enfrentar su tercer proceso de acreditación, un paso relevante para poder lograr el objetivo de estar dentro de las mejores escuelas del país.
Martes 21 de marzo de 2017
Actualmente existen 22 universidades que imparten la carrera de Medicina en el país, egresando cerca de 1.650 doctores al año (cifras 2015). No obstante, existe un gran déficit de estos profesionales, particularmente en los hospitales en regiones y en los centros de atención primaria de salud.
En ese contexto, el foco de la carrera de Medicina de la Universidad San Sebastián (USS), es formar profesionales que respondan a esta necesidad nacional.
Para asegurar que la formación de los futuros médicos sea acorde con las expectativas generadas, es muy importante el proceso de reacreditación en que se encuentra la carrera actualmente, sobre todo, porque es interés estratégico de la universidad estar en el grupo de las 6 mejores escuelas de Medicina del país en los próximos seis años, según afirma el decano de la Facultad de Medicina de la USS, Luis Castillo.
La meta es ambiciosa. Es por ello que se está fortaleciendo el área de investigación con la creación de un Centro de Investigación de Biomedicina y Biología Celular en Santiago, la educación médica y clínica con la creación del Centro de Educación Médica y Habilidades Clínicas, las áreas de simulación e innovación con la puesta en marcha en unos meses más del Centro de Simulación e Innovación Clínica, el posgrado con el impulso de nuevos programas de especialización médica y planes de educación continua, es decir, se dan pasos acelerados en la mejoría y potenciación de cada proceso académico que, finalmente, llevará a formar cada vez mejores médicos y profesionales de la salud.
En materia docente, se está perfeccionando la malla curricular de los estudiantes de pregrado. Al respecto, el decano explica que “se han nivelado los contenidos de todas las sedes permitiendo una malla mucho más unificada, pero no por eso menos consciente del entorno en la que se inserta, porque hay unidades específicas dentro de los ramos de la carrera en las que se dedican horas de estudio para aprender y entender la realidad epidemiológica de cada región”.
Por su parte, el vicerrector académico de la USS, Oscar Cristi, sostiene que “estos procesos de acreditación nos ayudan a verificar que estemos cumpliendo con nuestro rol público de formar buenos profesionales que van a estar encargados de resolver temas de salud de las personas”.
El académico agrega que “tenemos un proyecto educativo que pone al estudiante en el centro y eso tiene varias consecuencias prácticas en lo curricular, por ejemplo, se pasa de programas en objetivos a programas en resultados de aprendizaje, que significa que la principal labor del docente no es completar o pasar una determinada materia, sino asegurarse que unos determinados resultados de aprendizaje son aprendidos por los estudiantes”, explica el vicerrector académico.
Más de 200 campos clínicos
En la formación de los estudiantes son muy importantes los campos clínicos. Sobre este punto, el decano Castillo explica que antiguamente la universidad tenía sólo 80 centros asociados. Actualmente la cifra asciende a más de 200 y que se dividen proporcionalmente entre establecimientos de alta, media y baja complejidad, lo que permite que las diferentes prácticas e internados puedan ser cubiertos sin problemas.
Añade que en algunos de ellos se ha llegado a acuerdo de cooperación para poder mejorar su infraestructura como es el caso del Hospital de la Mutual en el que se construyeron más 500 metros cuadrados de salones y auditorios para que pudieran ser utilizados por los alumnos practicantes y también los mismos trabajadores del hospital.
Perfeccionamiento de sus docentes
Pero los cambios que ha vivido la carrera no han sido sólo a nivel de infraestructura, también ha habido un fortalecimiento de la planta docente. Los académicos fueron jerarquizados con criterios claros y que simula una estructura piramidal que premia la trayectoria y capacidades de los profesores, que se desglosa en profesores instructores, asociados y titulares. “La máxima expresión de la calidad, de la complejidad y la especialización que ha adquirido un profesor en el terreno que le es propio”, indica Castillo.
Además, se creó el Centro de Educación Médica en el cuál los docentes, tanto clínicos como no clínicos, pueden adquirir y mejorar sus habilidades pedagógicas a través de un diplomado en Educación Médica y Clínica que se imparte mayoritariamente a través del sistema e-Learning o educación a distancia.
Gestión y administración
Otra área de focalización es la gestión. Al respecto, en marzo se cumplirán dos años desde que comenzó a funcionar la Unidad de Administración y Control de Proyectos de la Facultad de Medicina, encabezada por el ingeniero comercial Guillermo Hartwig, quien conoce muy bien el sector salud, dado que anteriormente fue director del Servicio de Salud Metropolitano Central (2011) y además ocupó distintos cargos gerenciales en el ámbito privado.
Con el objetivo de coordinar el trabajo de la Facultad de Medicina, presente en tres sedes de la universidad: Santiago, Concepción y Puerto Montt, la unidad se ha encargado de agilizar los procesos que ésta lleva a cabo, lo que ha permitido la construcción del nuevo Centro de Investigación de Biomedicina y Biología Celular en Santiago.
Hartwig, director de la unidad, recuerda que antiguamente las operaciones eran mucho más lentas y requerían mucho tiempo en ser ejecutadas. “El hecho que haya una dirección le da una agilidad para que los procesos sean más fluidos”, algo que se ha demostrado en la planificación de los campos clínicos, que actualmente se comienzan a programar con seis meses de anticipación.
Hartwig comenta que como son lugares que no son propios de la Universidad, al momento de planificar los campos clínicos tienen que administrar recursos que no son propios, por lo que es necesario lograr acuerdos con los establecimientos, además de suministrar los insumos para que los alumnos puedan realizar sus prácticas y administrar a los docentes.
“Toda esa logística que implica la administración requiere una especialización y eso no lo puede hacer la parte académica, porque no es su foco”, además esto permite que durante el proceso de certificación el área docente se pueda dedicar con mayor énfasis en su tarea, mientras esta unidad ve otros aspectos que también son relevantes para la acreditación, afirma el ingeniero comercial.