La citación era a las 5 de la tarde, pero la señora Laura llegó 25 minutos antes. Al igual que otras vecinas de Providencia, ella estaba ansiosa por comenzar este novedoso programa de actividades del cual le habían hablado en el consultorio donde está adscrita. Y de ese modo fue una de las primeras en inscribirse y anotar su nombre en un proyecto que aspira a marcar historia.

Se trata del Programa Paciente Empoderado, que creó la Universidad San Sebastián a través de su Instituto de Políticas Públicas en Salud, IPSUSS, y que la Municipalidad de Providencia acogió para ofrecérsela a sus vecinos, especialmente adultos mayores.

Lo mismo se hará a partir de mayo en la comuna de Cerro Navia, que también se adhirió al proyecto, y en otros municipios de la capital y de regiones que están interesados en integrarse durante el año.

El trabajo apunta a 'empoderar' a las personas para su autocuidado. Diversos estudios han demostrado que una de las mayores dificultades para el manejo de las enfermedades crónicas (que no se curan sino que se mantienen toda la vida) es que a los pacientes les cuesta seguir sus tratamientos porque no logran entender las instrucciones de los equipos de salud. Una encuesta del Instituto IPSUSS mostró que este problema se agrava si la persona tiene baja escolaridad. Por ejemplo, entre quienes cursaron sólo Enseñanza Básica, 47% no entiende lo que les dice el médico, enfermera o matrona, y el 44% no comprende los folletos de sus medicamentos.

El objetivo de este Programa Paciente Empoderado entonces es darles a las personas herramientas y habilidades para superar estos problemas.

A través de 10 talleres, diseñados especialmente para este Programa, los participantes podrán despejar mitos y creencias erróneoas sobre sus enfermedades, aprender a cocinar platos saludables, a leer adecuadamente las etiquetas de fármacos, de alimentos envasados o las recetas de sus médicos, a organizar sus remedios o lo que le entusiasmó a la señora Laura: ejercitar la memoria. También hay un taller donde se les enseñará a hacer ejercicio físico incluso dentro de sus hogares, algo que le interesó muchísimo a Juan Carlos, un vecino que pese a sus ganas tuvo que abandonar el gimnasio hace poco porque el esfuerzo le estaba provocando problemas. En el Taller de Actividad Física para la Salud, él y otros adultos mayores aprenderán a hacer ejercicios adecuados para su edad y condición.

Al dar la bienvenida a los participantes, el director de IPSUSS Jaime Mañalich les explicó que "lo que pretende este Programa es que en talleres extremadamente prácticos, ustedes hagan las cosas por sí mismos y puedan de alguna manera empoderarse de sus enfermedades y mejorar el control sobre ellas, hacerse un poquito más independientes, más autónomos, y no tener que ir al doctor o depender de que el farmacéutico les diga qué tienen que hacer, porque ustedes van a saber, van entender las complicaciones, los síntomas, y van a salir adelante".

Un equipo de profesionales de la U. San Sebastián está a cargo de estos talleres, que incluyen además mediciones de talla, peso, índice de masa corporal, presión arterial y glicemia. Las actividades en Providencia se prolongarán por cinco semanas, al cabo de las cuales los participantes que hayan asistido regularmente obtendrán un diploma que los acreditará como 'Pacientes Empoderados'.

El programa cuenta con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura, UNESCO, que formó una red de colaboración con diversas universidades del continente –entre ellas la U. San Sebastián- justamente con el propósito de promover la Alfabetización en Salud en el continente. Este concepto, según ha explicado la representante de UNESCO Mary Guinn Delaney "incluye no solamente la información a la que una persona puede acceder sobre un tema específico de salud, sino la capacidad de entenderla, evaluarla y aplicarla, tanto en la vida personal como en el contexto familiar y social".

En ese sentido, la experiencia iniciada ahora por la U. San Sebastián en la comuna de Providencia aspira a ser no sólo en un modelo para replicar en otros municipios del país, sino también una fuente de información científica, de manera que UNESCO evalúe el impacto concreto que este tipo de iniciativas tiene en las personas.