27F: Un reconocimiento a los héroes anónimos

Exactamente en la madrugada de un día como hoy 27 de febrero, hace 5 años, nuestro país vivió una de las catástrofes naturales más severas que se haya registrado en historia del país.

Jueves 26 de febrero de 2015

27F: Un reconocimiento a los héroes anónimos
escrito por Jaime Mañalich

Los seres humanos estamos equipados con un mecanismo formidable que nos permite sanar. Este mecanismo es la capacidad del olvido.

Es así como momentos dolorosos, ofensas, vergüenzas van quedando atrás y adquieren un lugar justo en el baúl de los recuerdos; sorprendiéndonos a la distancia de lo tan mal que lo pasamos cuando estábamos en medio de esas situaciones.

Sin embargo, olvidar puede significar cierta injusticia: dejamos de recibir la solicitud de perdón que merecemos, o nosotros mismos no pedimos perdón, no saldamos deudas, no rememoramos a nuestros héroes y el rostro de nuestros difuntos parece difuminarse progresivamente.

Exactamente en la madrugada de un día como hoy 27 de febrero, hace 5 años, nuestro país vivió una de las catástrofes naturales más severa que haya registrado la historia humana. Era la madrugada del último fin de semana de vacaciones, afortunadamente quedaban menos personas en la cercanía de balnearios, el festival de Viña había terminado más temprano que de costumbre; en una fortuna que ciertamente evitó muchas víctimas.

Es cierto que mediante el olvido sanamos; pero es injusto olvidar a las radios que con locutores trasnochados y cansados sirvieron durante cada uno de los días siguientes a tantas ciudades y pueblos, a los voluntarios que rescataron heridos y muertos y que apoyaron a quienes lloraban desconsoladamente, a Carabineros que no por casualidad representan la institución más prestigiada de nuestro país, a los boteros que rescataron a cuantos pudieron en la Isla Orrego en la dolida Constitución, a los que asumieron liderazgos sin corresponderle, facilitando evacuaciones, tranquilizando ante el pánico, prestando los primeros auxilios. Tanta gente anónima que debería ser recordada en un día como hoy. Consuela el hecho de saber que en su alma atesoran la satisfacción de haber sido precisamente eso, héroes anónimos.

Chile debe recordar especialmente a los trabajadores de la salud. Nunca en ninguna parte del planeta una catástrofe había afectado tan severamente a hospitales y centros de atención. En cada sitio que se visitaba había gente cansada, pero tranquila, porque sentían que habían hecho lo que debían. Cortaron sus vacaciones y se presentaron a turno, entraron una y otra vez a hospitales mientras se derrumbaban para rescatar a niños, siguieron atendiendo partos a la luz de la vela, improvisaron camillas y camas en frazadas colchonetas y carpas, buscaron medicamentos hasta en sus propios domicilios. Nadie falló, nadie faltó. Si se pudiera expresar un anhelo después de estos 5 años sería que al menos en la ciudad de Curicó, en Talca, en Concepción, en Temuco, en San Antonio y en tantos otros lugares se levantara un pequeño monumento, dedicado al Trabajador de la Salud Desconocido; Chile 27 de Febrero de 2010.

 

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