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¿Cómo evitar extravíos o accidentes en la montaña?
Cuando el terreno se cubre de nieve en la montaña, se pierden todos esos detalles o puntos de referencia que sirven para orientarse, por lo que existe el riesgo de extraviarse o sufrir algún accidente o caída. Por eso es necesario utilizar algunos instrumentos y tener algunos conocimientos esenciales.
Miércoles 4 de julio de 2018
No sólo hace falta la experiencia, sino también la preparación y el equipamiento para aventurarse en la montaña. Particularmente hay que distinguir la diferencia entre los peligros y riesgos que existen.
Darío Arancibia, montañista con especialización en búsqueda y rescate y coordinador de seguridad académico de la carrera de Ingeniería en Expediciones y Ecoturismo de la U. San Sebastián afirma que “los peligros se refieren a los elementos propios de la naturaleza como el frío, el viento, una grieta, una avalancha. En cambio los riesgos, tienen que ver con la relación de las personas con la naturaleza, es decir, su preparación, capacidad y equipamiento técnico”.
El docente precisa que “el terreno cuando se cubre de nieve, se quitan todos los detalles como las rocas, los ríos, arroyos o las grietas en los glaciares se tapan, por lo que existe el riesgo de sufrir accidentes o caídas. Hay menos puntos de referencia y con cierta luz que es más plana, nos cuesta distinguir qué es cielo y qué es tierra. Ese efecto se llama el White Out, donde todo está tan blanco en donde no sabes si vas hacia arriba o para abajo”.
Por eso, Arancibia señala que en ese escenario “se necesitan herramientas más específicas porque ya no sirve solamente la navegación visual, cosa que en el verano si es más factible de hacer porque se ven los elementos que sirven para orientarse. Requieres de instrumentos como mapas, altímetro y brújula como mínimo”.
El especialista en expediciones pone como ejemplo el caso de una persona que falleció por hipotermia en junio del año pasado en el volcán Lonquimay tras extraviarse por 48 horas y dar vueltas en círculo en la montaña, se resguardaron en refugios improvisados en la nieve, debido a que no pudieron orientarse porque con el viento y la nieve las huellas se tapan. “La brújula permite triangular puntos, pero si no ves nada también requieres de un mapa y de un altímetro, para saber si vas ascendiendo o bajando”, explica.
Otro aspecto importante es aprender y saber interpretar las pendientes que tienen riesgo de avalancha. En ese sentido, el guía e instructor de montaña indica que “cuando hay una nevada intensa se debe esperar por los menos 24 horas, antes de internarse en la cordillera y tener cuidado con la zonas encajonadas o con pendientes, donde la nieve se puede desprender por acumulación”.
Respecto al viento, el especialista asegura que “la multiplicación de la velocidad del viento con la temperatura ambiente aumenta la sensación térmica y por eso mientras más intensas o rápidas son las ráfagas viento, más frío hace. Para protegerse de esto existen las carpas y en caso de emergencia se puede cavar en la nieve para hacer una cueva”.
En cuanto al desplazamiento en la nieve, Arancibia asegura que aunque se use zapatos adecuados, el avance es lento y la velocidad se reduce a medida que te vas enterrando hasta la rodilla, lo que provoca un mayor desgaste”.
Por eso dice que en otros países, “los desplazamientos son con esquís o raquetas de nieve ya que podría permitir salvar la vida de gente que está agotada y que corre el riesgo de tener hipotermia”.