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El matemático que demostró el daño del esmog en Santiago
Desde 2005 el experto canadiense Sabit Cakmak analiza la contaminación en la capital de Chile y su impacto en la salud. Ya ha comprobado que episodios de alto esmog causan más mortalidad en adultos mayores, más casos de jaquecas e incluso más hospitalizaciones por epilepsia.
Lunes 16 de marzo de 2015
Llegó a Chile el fin de semana reciente y lo que más le llamó la atención, aparte de los 30 grados (...él salió de Canadá ¡con 20° bajo cero!), fue la cantidad de ciclistas en las calles y en los alrededores de Santiago.
"La última vez que vine en 2013 no vi tantas bicicletas. Tampoco ciclovías. Eso es muy estimulante", dice este matemático, dedicado hace más de veinte años a temas de salud. Sabit Cakmak se volcó a la bioestadística y trabaja en el Instituto de Investigaciones en Salud de Ottawa -dependiente del Ministerio de Salud de Canadá- estudiando los efectos de la contaminación del aire en la salud. |
Allí forma parte de un equipo multidisciplinario compuesto además por una veintena de especialistas en salud ambiental, biología, química, toxicología, epidemiología... y matemáticas.
"Creo que esta es un área muy rica para nosotros los matemáticos, para desarrollar diferentes métodos, metodologías matemáticas y buscar relaciones entre datos. En el tema Salud y Contaminación podemos estimar cuánto va a ser el mayor riesgo al estar expuesto a estos contaminantes, a estos químicos... Verdaderamente da la oportunidad de ver las cosas reales...Uno no está viendo sólo los aspectos abstractos, sino cómo cambia esto en el mundo real. Se puede ver las variaciones en zonas menos contaminadas y en otras más contaminadas, y modificar los modelos. Para los jóvenes es una oportunidad real de estudiar estos temas y experimentar con ellos. Es muy interesante".
El experto está vinculado a nuestro país. Vino por primera vez en 2005 como parte de un acuerdo de cooperación entre Canadá y Chile, para desarrollar un proyecto de la CONAMA (Comisión Nacional del Medioambiente) destinado a crear indicadores que permitieran predecir el aumento de ciertas enfermedades o riesgos para la salud en días de alta concentración de contaminantes del aire.
Además se buscaba desarrollar instrumentos de largo plazo para estimar el impacto de estas sustancias en la salud de la población. Para el profesor Cakmak era una valiosa oportunidad de investigación.
"Me interesa Chile porque aquí los niveles de contaminación son hasta 10 veces mayores que los que hay en Canadá. Entonces se puede comparar lo que pasa con personas expuestas a bajos niveles, como en Canadá, con lo que pasa aquí en Chile. La conclusión es que el incremento por unidad de contaminación se traduce en aumento de efectos en la salud. |
Para los matemáticos es más fácil demostrar las relaciones cuando hay altos niveles que cuando son más bajos. Como en Chile el nivel de polución es alto, nuestro método es más potente para detectar las asociaciones", asegura el experto.
Por esa razón el profesor Cakmak viene todos los años a Santiago. El equipo de trabajo chileno-canadiense ha revisado minuciosamente los registros de contaminación ambiental diaria de siete comunas de la capital desde 1997 hasta 2003 (2.557 días) y los coteja con estadísticas hospitalarias. Con esos datos se hace un análisis bioestadístico y epidemiológico, que hasta la fecha sigue dando resultados. Ya han publicado varias investigaciones en revistas científicas. Por ejemplo, demostraron que en días de alta contaminación del aire por partículas grandes (PM10) o pequeñas (PM2,5) la mortalidad en mayores de 85 años es 2 a 3 veces más alta que en los menores de 60 años; que esa mayor mortalidad se da entre abril y septiembre; y además, que afecta principalmente a personas con educación básica incompleta. Este grupo (mayores de 85 años) tenía un mayor riesgo de mortalidad de entre 11% y 17%, mientras que el riesgo en sus coetáneos universitarios era sólo de 2% a 7%.
"Creo que la explicación es que la educación actúa como indicador de susceptibilidad. Menor educación debe tener relación con menores ingresos", explica el profesor Cakmak.
"Además, esas personas no necesariamente deben seguir las indicaciones médicas o no se toman sus medicamentos, o no tienen acceso a atención médica, o tienen otras enfermedades, no se alimentan bien, y su sistema inmunitario los hace vulnerables". |
"Y cuando la contaminación aumenta, les afecta más que a los otros que tienen mejor condición de salud. Esto muestra que la polución debe estar interactuando con algunas dimensiones socioeconómicas". Al cruzar el registro de contaminación diaria en siete comunas de Santiago con otras estadísticas hospitalarias, el equipo demostró además fuertes asociaciones de esmog con aumento de casos de jaqueca e incluso con mayores hospitalizaciones por epilepsia, un fenómeno que otros investigadores ya habían sospechado, debido a que los fenómenos inflamatorios que provoca el aire contaminado son de por sí un factor de riesgo para esta enfermedad.
El profesor Cakmak también ha estudiado el efecto del esmog en niños de Canadá que viven en zonas de alto tráfico vehicular, y va a presentar estas experiencias en el coloquio sobre Transporte y Efectos en la Salud que realizará este miércoles 18 el Instituto de Políticas Públicas en Salud, IPSUSS, en el Campus Los Leones de Providencia de la Universidad San Sebastián, en Santiago.