En Santiago, especialmente en el Metro, en los centros comerciales o la calle, ya es frecuente escuchar a alguien que tose o que se suena incesantemente. Algo que se hizo habitual desde mediados de abril, cuando las atenciones de urgencia por enfermedades respiratorias comenzaron a aumentar en comparación a lo que sucedía el año pasado. Según datos del Ministerio de Salud hasta la semana pasada se habían registrado 1 millón 900 mil 296 atenciones de este tipo, en comparación a la misma semana de 2014, cuando hubo 1 millón 809 mil 376: en otras palabras un aumento del 5%.

Para Juan Aaby, médico internista especializado en enfermedades respiratorias y docente de la Facultad de Medicina de la Universidad San Sebastián, este fenómeno se debe a que “hay dos condiciones para que los virus adelante o retrasen su aparición: uno de ellos es la contaminación y los cambios drásticos en la temperatura. Tenemos mañanas muy frías y tardes bastante más templadas”.

Por otro lado el internista explica que “cada vez que hay mala calidad del aire los pacientes que son alérgicos o tienen enfermedades respiratorias crónicas tienden a tener cuadros obstructivos. Como estos cuadros empiezan a ser frecuentes el riesgo de contagiarse de enfermedades respiratorias aumenta”.

En Santiago, durante mayo se alcanzó el máximo histórico de temperatura desde 1866: 31,5° centígrados. Si bien en lo que va de junio las temperaturas no han superado los 22°, las mínimas han llegado a 1° y se espera que durante la próxima semana bajen de cero. Por otro lado ya se han decretado 14 alertas ambientales y 1 preemergencia en Santiago.

Medidas preventivas

Pese a que se han registrado más alertas ambientales que el año pasado -11 en total- desde el Ministerio de Medioambiente señalan que esto se debe al cambio en la medición de material particulado. Desde este año se controlan los elementos de un diámetro inferior o igual a 2.5 micrómetros, por lo tanto se esperaba un aumento en la cantidad de días con alta concentración. El subsecretario de Medio Ambiente, Marcelo Mena, explica que “sabemos que van a haber episodios críticos pero si comparamos lo que hubiera pasado si es que no hubiéramos tomado medidas de prevención vemos que hay un beneficio importante”. El subsecretario agrega que este año no ha empeorado la calidad del aire sino que se está actuando con un mayor rigor para evitar que ocurran episodios críticos. “Si comparamos con el año pasado tenemos más alertas, sin embargo se ha producido una menor cantidad de preemergencias. A esta altura del año ya se habían decretado 4, en cambio este año sólo una”, explica.

El docente de la USS Juan Aaby plantea que las medidas más efectivas para evitar las enfermedades respiratorias son evitar las aglomeraciones porque facilitan la circulación de los virus, abrigarse y fundamentalmente vacunarse para prevenir estos cuadros virales. Según el médico lo más probable que ocurra este invierno es que el período crítico de enfermedades respiratorias se adelante de julio a junio, con una duración menor a la habitual, 3 semanas en vez de 4, pero  mucho más concentrado.