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Contracción muscular: los últimos descubrimientos del por qué se produce
El kinesiólogo e investigador de la Universidad de Calgary, Dr. Walter Herzog, analiza recientes investigaciones sobre las proteínas que participan en el proceso de una contracción muscular y que entrenadas ayudarían a proteger de lesiones.
Martes 29 de noviembre de 2016
Las contracciones musculares son una de las patologías diagnosticadas con más frecuencia en la medicina deportiva. Consiste en un espasmo involuntario de un músculo que provoca dolor y endurecimiento del mismo, que suele aparecer durante el esfuerzo físico o posterior a él si el ejercicio ha sido muy intenso y el músculo no es capaz de volver a su relajación previa.
Esa es la explicación a nivel físico, sin embargo, en el ámbito fisiológico durante los últimos 60 años se había pensado que la contracción muscular era provocada exclusivamente por la función contráctil de las proteínas actina y miosina. De acuerdo a la literatura, este pensamiento explicó la mayoría de las observaciones para las contracciones concéntricas –cuando se contrae un músculo- e isométricas –cuando se mantiene en su estado normal-, pero no para las contracciones del músculo excéntrico, es decir, cuando el músculo se extiende.
En este último caso es donde actúa una tercera proteína filamentosa, la titina, la más grande que se encuentra en el cuerpo humano, la que al ser entrenada podrían hacer más resistente al músculo y protegerlo de lesiones. Esto es lo que el Dr. Walter Herzog, destacado fisioterapeuta e investigador de la Universidad de Calgary, expuso en el I Congreso de la Asociación Chilena de Ciencias del Movimiento y V Jornada de Neuro-Rehabilitación, realizado en la Universidad San Sebastián.
Herzog señaló que, “cada vez hay más pruebas de que la parte proximal de la titina se une a la actina de una manera dependiente de la activación y la fuerza, acortando así su longitud libre, aumentando así su rigidez y fuerza. Por lo tanto, proponemos que la contracción muscular involucra tres filamentos, la actina, la miosina y la titina, y que la titina regula la fuerza uniendo el calcio y acortando su longitud del resorte uniéndose a la actina”.
Entre los avances de su investigación Herzog explicó que la fuerza de la titina se incrementa cuando las fuerzas de actina-miosina disminuyen, “proveyendo así un mecanismo preventivo de daño en los músculos estirados activamente a largas longitudes“.
Cabe mencionar que la mayor parte de las lesiones musculares son leves, aunque hay estadísticas que informan que un porcentaje cercano al 10% son graves, porque pueden ocasionar secuelas importantes. Las mismas informan que entre un 25 y un 30% de los deportistas de alto rendimiento se lesionan y lo relevante de esto es que hay que tener en cuenta que en un deportista de élite, entre un 30-40% de su peso corporal corresponde a tejido muscular.