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Lectura como espacio de diálogo para manejar las emociones de los niños en tiempos de crisis
La lectura tiene múltiples beneficios, desde el desarrollo del lenguaje y la escritura, el permitir conocer distintas realidades, temáticas y promover el desarrollo socioemocional e incluso potenciar el pensamiento crítico, entre otros.
Domingo 22 de noviembre de 2020
En el marco de la conmemoración del Día Mundial del Niño, en que se recuerdan sus derechos, la importancia de velar por su bienestar y cuidados, desde la carrera de Pedagogía en Educación Básica de la Universidad San Sebastián, sede Valdivia destacan al fomento lector como un aspecto prioritario a considerar, al ser provechoso en el ámbito emocional.
Es que en el contexto de la crisis sanitaria que vivimos, la secretaria de Estudios de la carrera, Teresa Vidal, sostiene que es fundamental orientar a la comunidad en relación con el impacto socioemocional que implica la pandemia, en especial cuando los niños y niñas se han visto vulnerados frente a la incertidumbre y el encierro, que conlleva muchas veces cambios de humor.
“Es justamente aquí, donde las familias cumplen un rol esencial, debiendo –en lo posible– buscar formas de contención, que permitan crear espacios para el respiro. Es decir, para comprender y apoyar a regular las emociones”, explica la académica.
Al respecto, la docente manifiesta que “la lectura de un libro permite potenciar los procesos comunicativos que viven las personas, así como también su propia comprensión del mundo y sus dilemas. Es más, en el proceso de lectura entre un adulto, como mediador, y el niño, prima la afectividad y la creación de un momento acogedor y gratificante”.
Asimismo, Vidal, quien durante los últimos años ha liderado proyectos de fomento lector en distintas comunas de la Región de Los Ríos, sostiene que “desde nuestra experiencia formativa destacamos que existe una serie de cuentos infantiles, que de forma directa o indirecta promueven el diálogo de temas como la muerte, la amistad, la empatía, la autoestima, el abandono, el humor, el amor y la solidaridad, entre otros. Ello, a través de la lectura nos permite conformar un espacio de diálogo con los niños y niñas, para así poder conversar sobre sus emociones”.
“Al leer un libro en familia y dialogar en torno a estos, nos ayuda a que los niños adquieran habilidades para reconocer y manejar lo que les pasa, desarrollar el cuidado y la preocupación por el otro, para establecer relaciones positivas”, agrega.
Junto con esto, recalca que la literatura les brinda a los lectores el privilegio de sentir, experimentar, reconocer y proyectarse en las historias. Los niños y niñas reconocen a través de estas historias a sus pares y así mismos, pudiendo comprenderse y comprender a los demás.
En el texto de Joëlle Turin (2014) “Los grandes libros para los más pequeños”, la docente dice que “se plantea que todo ser humano puede verse avasallado en uno u otro momento por las emociones, y si bien los adultos podemos inhibirlas o regularlas, los niños las expresan con mayor intensidad, por eso acompañarlos en sus emociones es reconocerlos como personas cabales”.
“El citado libro es una selección literaria de libros para leer a nuestros niños y niñas, siendo una guía con recomendaciones y reflexiones en torno a los libros que nos invitan a pensar, soñar, preguntar y también conmoverse”, recomienda.