En octubre habrá vacunación infantil masiva en Chile por sarampión

Campaña se repite cada 5 años para asegurar máxima cobertura contra la enfermedad. Reciente brote en EEUU demuestra vulnerabilidad de poblaciones no inmunizadas.

Domingo 8 de marzo de 2015

En octubre habrá vacunación infantil masiva en Chile por sarampión
escrito por Julio Enrique De Villegas

Más de 1 millón 250 mil niños deberá ser vacunado en octubre de este año, como parte de la estrategia en la que nuestro país está comprometido desde hace dos décadas para erradicar la enfermedad.
Si bien el sarampión está incluido en el Programa Nacional de Inmunizaciones, la cantidad de población infantil que se protege año tras año en Chile no es la óptima.

"Personalmente no me tiene tranquila", explica la doctora María Teresa Valenzuela, presidenta del CAVEI (Comité Asesor en Vacunas e Inmunizaciones del Ministerio de Salud), "porque estamos con coberturas de 92% para sarampión. Y eso significa que hay 8% de niños no protegidos que están susceptibles, más aquellos sí vacunados pero cuyos organismos no generaron suficiente protección, porque las vacunas en general no tienen un ciento por ciento de eficacia".

En la práctica, eso significa que cada año más de 10% de niños (unos 24 mil) quedan desprotegidos y van sumándose a los de las generaciones del año anterior que tampoco fueron vacunados, con lo cual se forman 'bolsones' de población vulnerable a contraer sarampión.

Pese a que no han aparecido más casos contagiados dentro del territorio desde 1993, está el riesgo de que un viajero traiga el virus y se genere un brote. Justamente las últimas notificaciones, en 2011, corresponden a 3 personas que contrajeron el microbio en el extranjero, una de las cuales contagió a su familia aquí en el país.

El sarampión es una de las enfermedades más fáciles de transmitir, como se ve en el siguiente cuadro comparativo. Como el virus se transmite por el aire es fácil que personas vulnerables (sin vacunar o con defensas bajas) que están cerca del enfermo, se contagien.

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De hecho, Estados Unidos había erradicado el sarampión de su territorio en el año 2000, pero bastó que se acumulara una cantidad suficiente de población no vacunada para que reapareciera la enfermedad. El año pasado fue el peak con 644 casos en 27 estados, y en diciembre último un brote que comenzó en el parque de diversiones Disneylandia, en California, ya se ha extendido a 17 estados, con más de 125 personas contagiadas.

En Europa y Asia, en tanto, hubo 22.149 casos el año pasado en países tan distintos como Georgia, Rusia, Italia y Alemania, lo que según la Organización Mundial de la Salud aleja el objetivo continental de eliminar la enfermedad a fines de este año.

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"Es inaceptable que después de los esfuerzos hechos en los últimos 50 años para que las vacunas efectivas estén disponibles, el sarampión continúe costando vidas, dinero y tiempo", dijo la encargada europea del organismo, Zsuzanna Jakab.

 

Ante todo esto, la doctora Valenzuela plantea que "esta es una tremenda lección en el sentido en que estamos frente a enfermedades que son transmisibles, contagiosas, y no puede quedar a la decisión individual que puedan tener algunos padres respecto a no vacunar a sus hijos, porque si se enferma el niño no vacunado, también va a afectar a otros, que no tienen nada que ver con la decisión que ha tomado en forma muy personal una familia".

El estudio epidemiológico del último brote en EEUU demostró que un porcentaje importante de los niños enfermos no había sido vacunado por decisión de sus padres, una costumbre que ha ido en aumento en los últimos años. Algunas familias aducen razones religiosas, y otras, convicciones 'naturalistas' o hasta desconfianza en las vacunas, basada en argumentos de poco peso científico.
Lo mismo ocurre en Europa, Asia, y también en nuestro país.

"Hoy en día con las redes sociales se propaga el miedo a las vacunas, y se ha perdido el respeto a las vacunas, lo que se suma a que muchas enfermedades no están a la vista", explica la presidenta del comité CAVEI. "Además empiezan a difundirse informaciones sobre efectos posteriores a la vacunación, como dolor, fiebre o convulsiones, que son de menor cuantía y no tienen ninguna relación si los ponemos en la balanza en comparación con los grandes beneficios de vacunar y proteger al niño de enfermedades".

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El sarampión aparece entre 8 y 12 días después de la exposición al virus. Provoca las típicas erupciones en la piel, fiebre, tos, dolores musculares, pero además puede complicarse y causar bronquitis, encefalitis, otitis y hasta neumonía, que en algunos casos es fatal. 80 niños murieron en el último gran brote que hubo en Chile en 1988.

El país se planteó entonces la meta de erradicar el sarampión del territorio. Hubo dos vacunaciones masivas (1992 y 1996) para niños y jóvenes de 1 a 15 años, con el fin de uniformar el estado inmunitario de la población. Y luego se ha repetido cada cinco o seis años, para niños entre 1 y 5. Esto, en forma paralela a la vacunación habitual que ejecuta cada año el Programa Nacional de Inmunizaciones a las guaguas de 12 meses y a los escolares de Primero Básico. La vacunación masiva de octubre próximo forma parte de esa estrategia de salud pública y nuevamente pondrá en juego las convicciones individuales y familiares con las responsabilidades sociales.

"El rol paterno en el desarrollo del niño es enorme, en cuanto a formación, valores, educación, cariño; pero en cuanto a enfermedades que son transmisibles, el Estado asume la responsabilidad para que no haya brotes epidémicos", enfatiza la doctora Valenzuela. "El énfasis debe estar dado en ver esto como un beneficio comunitario, que es un bien público".

 

 

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